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El territorio de Sierra Suroeste no se entendería sin la omnipresencia de un árbol, la encina, a la que los celtas llamaron kaerques, que es lo mismo que decir árbol hermoso, palabra que hoy, bajo la acepción latina de quercus, le da nombre científico.

La encina fue árbol sagrado en la Península Ibérica, al igual que en el resto del mundo mediterráneo, recibiendo culto entre los celtíberos, que, como otros pueblos pastoriles, rechazaban los grandes templos llenos de estatuas, propios de sociedades agrícolas.

En gran parte del bosque mediterráneo extremeño se ha modificado por el hombre para dar lugar a la dehesa, donde se integran aprovechamientos agrícolas, ganaderos y forestales, constituyendo en el caso de Sierra Suoreste un ejemplo modélico de equilibrio entre la extracción de productos y recursos útiles muy variados y el mantenimiento de valores ambientales y de madurez ecológica.

Ese bosque sería razón más que suficiente para viajar y descubrir Sierra Suroeste (de hecho son muchos los visitantes que llegan de toda España y Europa con ese solo propósito), pero es que, además, la comarca presenta otros muchos atractivos que también atrapan al viajero.

Cítese el magnífico patrimonio histórico-artístico que representan los castillos y fortalezas de Fregenal de la Sierra, Jerez de los Caballeros, Salvaleón, Salvatierra y Zahínos; los valiosos testimonios arqueológicos de El Pomar, Nertobriga, Castrejón de Capote o Letreros de Nijata; o el incomensurable legado religioso de todos y cada uno de los pueblos y ciudades de la comarca.

En cuanto al patrimonio cultural, Sierra Suroeste es el resultado de la fusión de múltiples civilizaciones que siguen 'hablándonos' a través de un soberbio legado, que ha merecido la declaración de fiestas de interés turístico en el caso de la Semana Santa de Jerez, la representación de la Pasión Viviente de Oliva de la Frontera y el Festival Folclórico Internacional de la Sierra, en Fregenal.

Con todo no se agota aquí el soberbiorepertorio religioso, lúdico, festivo y ferial de la comarca, pues otras muchas celebraciones brillan con luz propia: la Quema del Demonio (Higuera la Real), la Feria de Muestras (Salvaleón), la Feria del Barro (Salvatierra), la Lumbre de Navidad (Valencia del Mombuey), la Romería de El Palancar (Valle de Santa Ana y Valle de Matamoros), La Cruz (Zahínos), la Romería de los Gitanos (Fregenal), el Salón del Jamón Ibérico (Jerez) ...

Por tanto, Sierra Suroeste está jaspeada de pueblos y ciudades con un patrimonio cultural, histórico y artístico tan fantástico que a nadie deja indiferente:

Fregenal de la Sierra, la patria del insigne humanista Benito Arias Montano y del no menos aureolado pintor Eugenio Hermoso, nace para la Humanidad antes del principio de la Historia, cuando los celtas levantan Nertobriga,conocida luego por los romanos como Concordia Iulia.

Su vecina, Higuera la Real, no le va a la zaga, pues en su término se sitúa el formidable castro conocido como Castrejón de Capote, donde apareció la losa del mismo nombre, con una inscripción del Período Orientalizante.

Jerez de los Caballeros, que ya era ciudad cuando en la Baja Extremadura sólo ostentaban ese título Badajoz y Mérida, es uno de los territorios extremeños ocupados por el hombre más tempranamente, como lo atestiguan los dólmenes del Toriñuelo, Valcavado y Palomilla.

Enclave fenicio, romano, visigodo y musulmán, Jerez brilla con más fuerza, si cabe, tras la reconquista del territorio a los árabes, al ser convertida en capital de la Orden del Temple en el reino de León. Muy cerca, Oliva de la frontera -la patria del genial Timoteo Pérez Rubio-, que tiene orígenes romanos, fue tomada a los musulmanes en el siglo XIII, incorporándose al bayliato de Xere Equitum, hasta la disolución de los templarios a principios del siglo XIV.

Salvaleón, al norte de la comarca, tiene antecedentes muy remotos, pudiendo situar sus primeros asentamientos humanos en el segundo milenio a.C., lo mismo que en la vecina Salvatierra de los Barros, o de los Jarros, como fue conocida hasta mediados del siglo XIX, debido a su afamada producción alfarera.

Al otro lado de la comarca, sobre el río Ardila, Valencia de Mombuey ostenta el mismo poso antiquísimo, legitimado por un dolmen y por unos enigmáticos grabados en piedra, los 'Letreros de Nijata', relacionados con la cultura celta.

Ejemplos de pueblos magníficamente integrados en el medio natural son Valle de Matamoros y Valle de Santa Ana, cuyos principales monumentos son los caseríos mismos. A las extraordinarias panorámicas que ofrecen hay que unir sus hermosos entramados urbanos, con mil quebradas perpectivas y rincones de una gran plasticidad.

Por último, pero sólo por aquello del abecedario, Zahínos, cuyo primitivo asentamiento fue obra de los templarios, perteneciendo luego al señorío de Alconchel, a Jerez de los Caballeros, y a las casa de Mondéjar y de San Juan-Piedras Albas; siempre en medio del bosque mediterráneo, punta de lanza de lo que, con toda razón, se ha venido en llamar el último paraíso.

En definitiva, Sierra Suroeste, ese magnífico retablo de bellezas naturales y culturales, atrapa al visitante, que siempre vuelve. Por algo estamos ante uno de los territorios más hermosos de Iberia.

Fregenal de la Sierra

Se sitúa en el límite de la Baja Extremadura con Portugal y Andalucía, a mediodía de Jerez de los Caballeros, constituyendo junto con esa ciudad el otro gran centro de las Sierras del Sur.

Por su ubicación geográfica, constituye Fregenal un importante paso desde Extremadura a Andalucía. Es un nudo importante de comunicaciones atravesada por las nacionales 435 (r) que une Zafra / Huelva, y la nacional 435 que enlaza Badajoz y Huelva. Además, cuenta con ferrocarril que une Mérida con Huelva.

Elemento fundamental de la población es la Fortaleza, que contrariamente a la idea ampliamente difundida, no es de origen templario, pues cuando se le cede a esta orden, el castillo ya está realizado; lo que esta orden hace, es poner su escudo en una de las entradas, concretamente en la del Homenaje.

castillo fortaleza templario

En una de sus murallas se levanta la iglesia de Santa María la Mayor o más antigua o de la plaza.

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En sus orígenes fue pequeña capilla que fue aumentada en el siglo XVII, principalmente, gracias a los donativos de la población. Las dos terracotas policromadas de Santa Catalina, son atribuídas a Mercadante de Bretaña.

El Ayuntamiento tiene dos escuchos en su fachada, el de la villa y el real.

Entre los monumentos, cabe destacar el conjunto de San Francisco, fundado en la segunda mitad del siglo XVI, imponente obra de sillería es su iglesia, y de belleza superior su claustro, actualmente en proceso de restauración por la Escuela Taller Nertóbriga.

El Colegio e Iglesia de los Jesuitas, y el conjunto de la Paz, son obras creadas a partir de la donación de Alonso de Paz, pero se fundan ya en el siglo XVII.

La parroquial de Santa Catalina es la menos alterada en su aspecto originario, habiendo sido restaurada recientemente. Su estructura es basilical, con numerosas capillas adosadas entre las que destaca la de la Virgen de la Salud, que al exterior se significa por la gran corona de hierro que le sirve de remate.

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Además de sus artesonados y alfarjes encierra numerosos contenidos de mérito, como dos terracotas policromadas medievales, una atribuida a Mercadante de Bretaña, una talla de gran tamaño del Cristo del Perdón conectada con la escuela de Martínez Montañés.

También en la plaza principal se halla el Ayuntamiento, reconstruido en el siglo XVIII y restaurado en época moderna, en cuya fachada lucen lápidas romanas, dos cañones napoleónicos y parte del rollo medieval. Una zona de la plaza conserva sus antiguas arquerías.

Evidencia del auge de la localidad en el pasado son sus numerosas construcciones monumentales. Entre ellas cabe señalar el convento de Santa Clara, fundado en 1502 y trasladado en 1637 a un nuevo lugar; o el convento de Agustinas de la Paz, aún activo.

O el Colegio de Jesuitas, de ostentosa fachada y magnífica portada barroca en sillería; Hospital del Espíritu Santo e iglesia aneja al mismo, fundados también en el XVI por Don Alonso de Paz, etc.

De igual época es el Hospital de San Blas, al que posteriormente se anejó el de Misericordia.

Las ermitas fueron más de diez, contándose con otras instituciones como el Tribunal de la Inquisición o Casa de la Sangre, Audiencia, Cárcel Real y otras, incluida una Sinagoga durante la etapa medieval.

Hitos señalados de la estructura pretérita de la población son las fuentes públicas, de las que se conserva un interesante conjunto, y entre las que destacan las de La Fontanilla, Santa Ana, Marimiguel, Miranda, Pilar Redondo, Pilarito, Fuente Nueva, de las Flores, etc.

En la arquitectura civil las construcciones se distinguen por los potentes recercos graníticos que enfatizan las portadas, las balconadas corridas que ostentan muchas viviendas y los blasones que manifiestan su abolengo.

Muchas mansiones ostentan amplios zaguanes, y otras que se estructuran bajo la influencia de los modelos andaluces en torno a hermosos patios centrales. Destacamos en este apartado los palacios de Sánchez Arjona y el de la Marquesa de Ferrara.

Las fachadas son sencillas, limitándose la decoración a las cornisas, molduras y escudos de armas.

Hito inseparable de Fregenal es la ermita de la Virgen de los Remedios, Patrona de la localidad, que se sitúa en un hermoso encinar a 6 kilómetros de la población. Originaria del siglo XVI y remodelada en época barroca, contó en el pasado con hospedería, refectorio y otras instalaciones.

Hoy la singularizan su camarín de bella decoración, el atrio porticado exterior y el patio con su fuente.

La naturaleza y la historia se conjugan en el interesante yacimiento arqueológico de Nertóbriga, situado en la Sierra del Coto, a 6 km. Al SO de Fregenal. Allí se encuentran restos celtíberos y romanos del municipio de Nertóbriga Concordia Julia, ciudad que fue destruida hacia el s. III de nuestra era.

No abandonaremos Fregenal de la Sierra sin visitar la Casa-Museo de Eugenio Hermoso, situada en la calle de su mismo nombre y que se mantiene en su forma original.

En la actualidad Fregenal es una población en desarrollo rica en nuevos tejidos de modernas construcciones, equipamientos y servicios de toda índole, que le confieren un aire de centro pujante y evolucionado, que va perdiendo aceleradamente su carácter tradicional de núcleo estrictamente rural. En consideración a sus sobresalientes valores histórico-artísticos la ciudad fue declarada Conjunto de Interés Monumental por la Junta de Extremadura en 1991.

En Fregenal se puede disfrutar de una red compuesa por numerosos y atractivos caminos rurales en los que es posible desarrollar el ciclismo de montaña, que sin duda, es una de las mejores formas de conocer los hermosos parajes que conforman el entorno de este pueblo.

Fregenal dispone de una red de senderos locales. Las rutas son las siguientes:

  • El Moriano
  • Camino Huertas de la Rivera
  • Cruz de los Mártires- “Pino de la Junta”
  • Cegón
  • Jetrero- Las Carrascosas
  • Los Molinos

Ruta Ornitológica

Fregenal de la Sierra ofrece al visitante un rico patrimonio histórico artístico, además de haber sido declarado bien de interés cultural. Sus maravillosas iglesias, conventos y otras edificaciones centenarias no solo ofrecen deleite a la vista del visitante, también existen unos seres vivos que se aprovechan de la existencia de estos edificios: son las aves.

Estas aves están presentes a lo largo y ancho de nuestro casco urbano, incluidos los jardines. Más de una treintena de especies de diferentes familias están representadas en la localidad; entre estos grupos se encuentran las rapaces diurnas con dos especies: el cernícalo primilla y el cernícalo vulgar.

Otras rapaces, nocturnas en este caso, son la lechuza común, el cárabo, el mochuelo común o el autillo, que puede ser escuchado ocasionalmente. Los columbidos están representados por paloma zurita y tórtola turca.

Los paseriformes son el grupo más numeroso entre los que destacan las currucas, golondrinas, aviones, roquero, mirlo, estornino o jilguero, entre otros.

Ruta de Árboles Singulares

Uno de los símbolos del escudo de Fregenal de la Sierra, es el árbol, concretamente se trata de dos fresnos que flanquean un libro y una espada. El nombre de la localidad igualmente puede proceder del latín fraxinus, de fresno, árbol que se encuentra presente en nuestros campos y que quizás en otro tiempo pudo ser muy abundante.

A lo largo de la historia de la localidad han sido numerosos los pleitos que han tenido como protagonista al árbol, especialmente la encina y el alcornoque. No en vano, nos encontramos en una de las zonas más importantes de bosque mediterráneo y dehesas del suroeste de la provincia de Badajoz. Igualmente, podemos observar bosques galería, formados por especies como el fresno, las mimbreras, olmos y chopos.

Además, la población cuenta con el Complejo deportivo Municipal, dotado de:

dos pistas de tenis de tierra batida

dos pistas polideportivas

un pabellón cubierto

magnífica piscina olímpica

campo de minigolf

Es de resaltar la gran cantidad de aficionados al atletismo, que mantiene una escuela municipal en la que ya se han formado numerosos deportistas.

Higuera la Real

Se localiza en las proximidades de Fregenal, en dirección al sur, sobre un dominio de acusado atractivo natural. La población dependió tradicionalmente de este centro como aldea, bajo el apelativo de Higuera de Fregenal. El lugar resulta rico en contenidos arqueológicos, encontrándose en sus alrededores el asentamiento de Castrejón del Capote, con importantes vestigios tartésicos.

Posee dos iglesias: iglesia de San Bartolomé, de estilo herreriano y la iglesia parroquial de Santa Catalina Mártir (s. XV), edificación encalada de variada volumetría, a la que sus hermosas portadas y numerosas capillas adosadas confieren destacado valor compositivo.

iglesia de san bartolome

Destaca su Retablo Mayor (1641), con pinturas de Gerónimo Ramírez. Pieza sobresaliente es el realizado por Luis de Morales para la capilla del clérigo Ginés Martínez, compuesto por seis magníficas Tablas (1565).

También son de mérito el órgano, fabricado en 1818 por suscripción popular, y la platería del tesoro, en la que destaca la custodia del XVI procedente de Zacatecas (México).

En un extremo de la población, se alza la ermita de Ntra. Sra. de Loreto, de origen templario, en la que perdura la capilla mayor originaria del siglo XIII y la sobria portada gótica de acusado conopio.

Delante de ella se sitúa la popular "Mamarrachá", intrigante figura granítica representando una leona, a la que se han atribuido toda clase de interpretaciones estilísticas.

lamamarracha

Cerca se encuentra la fuente de Loreto, también denominada a nivel local como "Fuente del Chiripa" (s. XVI-XVII) por la figura del mosquetero en bronce que la remata.

fuente del chiripa

Una plaza de toros de principios del XIX determina el límite de la población.

En dirección a Fregenal se sitúa la Fuente de Gargallón, en cuyas inmediaciones perduran restos del muro, quizá medieval, de una vieja presa o albuera.

Y especial atención merece igualmente el Yacimiento en el Castrejón de Capote (poblado celta).

Emplazado en el extremo noroccidental de Sierra Morena, el Castrejón de Capote es un rocoso y agreste paraje, en los límites de Extremadura con la provincia de Huelva y muy cercano a la frontera con Portugal.

A 7 Km. al sur de Higuera la Real, este yacimiento se encuentra muy cercano al paso de la ctra. N-435, en una zona rica en aguas, que domina los cauces de los ríos Sillo y Ardila.

Singularizan este yacimientos sus monumentales restos arquitectónicos y materiales, y su magnífica accesibilidad y buena comunicación, a la vez que sorprenderá descubrir un paisaje con infinidad de parejes montañosos, en un mar de encinas, castaños, fresnos y afloramientos graníticos, que han motivado la creación por parte de la Junta de Andalucía, del Parque Nacional de los Picos de Aroche y Sierra de Aracena, cuyos límites llegan al pie del mismo yacimiento.

Jerez de los Caballeros

Se sitúa en el extremo sudoccidental de la Sierra del Sur, sobre un terreno accidentado y agreste dominado por dehesas de tupidos encinares. Su término es el más extenso de la región tras los de Cáceres, Badajoz y Mérida.

En el aspecto monumental, cabe distinguir dos componentes: por un lado sus múltiples realizaciones concretas, y por otro, el conjunto urbano de las edificaciones ordinarias en el que se integran los hitos monumentales, cuya configuración general para adaptarse a la complicada orografía del asentamiento cautiva por su pintoresquismo.

Las calles son angostas y en fuerte pendiente, organizadas bajo la influencia de las numerosas iglesias, conventos, ermitas, fuentes, palacios y otros hitos monumentales, organizando una trama cuya nomenclatura resulta bien expresiva de sus características: Calzada, Corredera, Cuesta Arriba, Lagares, de los Ahorcados, y otras semejantes que configuran un conjunto toponímico extraordinariamente sugerente.

De tal manera, uno de los principales atractivos de Jerez es precisamente el recorrido de su tortuoso urbanismo, pleno de panorámicas insospechadas.

Estructuralmente la población se asienta sobre dos colinas que constituyen sus focos iniciales.

En una se levanta el castillo y la iglesia de Santa María de la Encarnación, y en la otra la iglesia de San Bartolomé.

En los espacios intermedios se levantó en el siglo XV la iglesia de San Miguel. Esta es el área correspondiente al casco histórico que rodea la muralla medieval. La cerca, construida en piedra y con numerosas torres de refuerzo, contaba connumerosas puertas de las que se conservan las llamadas del Burgo y de la Cilla o San Antoñito.

La iglesia de Santa Catalina surgió algo más tarde extramuros, en el barrio bajo de poniente.

Componente fundamental de la población fueron las fundaciones religiosas, entre las que, además de sus cuatro parroquias, llegó a contar con ocho conventos, tres beaterios, dos hospitales y hasta veinticuatro ermitas.

En el dominio de la arquitectura señorial eran asimismo numerosos los palacios y casas solariegas de nobles fachadas timbradas por blasones, entre las que cabe recordar las mansiones de los Corregidores, Vicaría de Santiago, Martínez de Logroño y otros muchos, algunas ya desaparecidas.

Con todo, lo que mejor distingue a Jerez es el inigualable conjunto de sus iglesias de torres barrocas, cuyo valor hace de esta población centro único justamente afamado.

La iglesia de Santa María de la Encarnación , inmediata al castillo, se erige sobre una posible basílica visigoda de la que aún perdura una columna alusiva a su consagración a la Virgen en el año 556. Presenta torre diferente a las otras tres, siendo su silueta la que se recorta sobre el hermoso Parque de santa Lucía cuando se divisa la ciudad desde el sur.

Los distintos y variados elementos que configuran esta ciudad llevaron a su declaración como Conjunto Artístico-Monumental en 1966.

Fortaleza Templaria

De origen árabe, es una obra que podemos considerar arquetípica en los conceptos de la estrategia militar para el aprovechamiento de los primeros castros celtibéricos y su reconversión en fortalezas y alcazabas de posteriores épocas.

fortaleza jerez

El primitivo y secular fuerte tudetano de defensa, luego sucesivamente romano, visigodo y sarraceno, fue reconstruido por los templarios y tras la desaparición física de estos, les fue entregada -la ciudad y su fortaleza- a la Orden de Santiago con lo que sufre una nueva reparación teniendo en cuenta su importancia estratégica, como consecuencia de su cercanía con las fronteras portuguesa y musulmana.

El esquema básico de la edificación se desarrolla alrededor de un gran patio central, sobre el que se van estableciendo los diferentes baluartes defensivos y los servicios de guarnición.

El castillo ha ido desempeñando diferentes cometidos a través de los tiempos, todos de carácter militar. En el año 1847, cuando don Pascual Madoz escribía su Diccionario Geográfico, aún prestaba la fortaleza servicios de esta naturaleza. Pues así lo catalogaba, entre los edificios notables de Jerez, como: Un cuartel de caballería para dos escuadrones, sobre la que en otro tiempo era una fortaleza templaria.

Tras el traslado de la guarnición, la ciudadela queda sumida en un período de letargo por falta de actividad, lo que la llevaría a un estado imparable de ruina que la ponía en trance de desaparición física, a pesar de la robustez de sus murallas y de la prestancia de sus torreones, que eran conocidos con los nombres: de las Armas, de la Casilla, de la Veleta, del Carbón y, entre todas, destacaba la fabulosa Torre Sangrienta -del Homenaje-, donde según la tradición oral jerezana se llevó a cabo la degollación de los últimos caballeros templarios, que se opusieron a la disolución de su Orden, tras una disposición real del año 1312, firmada por el rey Fernando IV.

Iglesia de Santa María de la Encarnación

Es el más antiguo de los templos parroquiales de la ciudad. Parece ser de origen visigodo por una inscripción grabada sobre una columna que traducida dice:
"El noveno día de las Kalendas de enero de la era 594 (25-12-556) fue dedicada a esta iglesia de Santa María".

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El 6 de marzo de 1965 un incendio hizo grandes destrozos en el interior de la iglesia. Custodia este templo una gran riqueza de ornamentos y una buena imaginería sobre la que destacan: la "Magdalena Penitente" atribuida a Mena, la "Virgen de las lágrimas" y un "Descendimiento", obra actual de León Ortega. Proliferan los blasones sepulcrales (Cáceres, Vargas, Figueroas, Girón, etc) algunos de notoria prestancia como el de los Pacheco-Portocarrero, en la Capilla Mayor.

En su aspecto exterior, el templo constituye un macizo conjunto de gran solidez y majestad, con basamentos, angulares y contrafuertes de sillería granítica; Sobre ello despunta la fina y enhiesta aguja de su dombo renacentista y la adusta mole de su torre cuadrangular, de solidísima base de 8 metros de lado, también de granito, que forma un pórtico o atrio de robustísimos pilares, sustentando arcos de medio punto y constituyen el habitual acceso al templo.

No se tienen datos de la fecha de la construcción de esta torre, que es, sin dudas, muy posterior a la del templo.

Iglesia del Apóstol San Bartolomé

Hermoso templo parroquial, dedicado al Santo Patrón de la Ciudad. Según la leyenda, su origen se remonta a tiempos de la Reconquista, cuando los reyes de León hacían incursiones por estas, entonces, tierra de moros. La fábrica actual es muy posterior -s. XVI-, pero aún quedan muchos vestigios de su gótica fisonomía anterior que debió iniciarse como ermita en la parte más prominente de la población, que luego se aglutinase en su entorno. Prueba aún más su antigüedad el hecho de que los Templarios, al fortificar esta plaza, la incluyesen dentro del cinturón de sus murallas.

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En 1691 se colocó el retablo del Altar Mayor, obra barroca del tallista José de la Barrena.

Es muy valiosa la imaginería, sobre la que destacan San Pedro de Alcántara de notable factura, un crucificado de gran fuerza expresiva:"Cristo de la Piedad" y Santa María de la Cabeza de reminiscencias góticas. Abundan los blasonados enterramientos, entre los que merecen especial atención las estatuas yacentes de don Vasco de Jerez y su esposa -1535-.

El exterior del templo es un conjunto arquitectónico de notable aspecto, sobre el que destaca su esbelta y giraldina torre, de forma cuadrangular, con robusta base de sillería de granito sobre la que se asientan cuatro estamentos o cuerpos.

Su estilo es barroco con fábrica de ladrillo y aplicaciones de barro cocido y yesería, con revestimientos de vistosa cerámica vidriada. La torre se reconstruyó en 1759 sobre la base de otra anterior arruinada por un terremoto en 1755.

Iglesia de San Miguel Arcángel

Notable templo con suntuoso aspecto de colegiata. Su construcción debió iniciarse a finales del siglo XIV, a raíz del establecimiento de los caballeros santiaguistas en la Ciudad, cuando Enrique II hizo merced de ella a esta Orden.

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Su estilo es barroco, aunque en ella se entremezclan elementos diversos que responden a los distintos períodos de evolución, con adosamiento de nuevas capillas, camarines, etc. El Altar Mayor lo constituye un templete barroco de tres caras, de gran riqueza ornamental, con buenas tallas de los cuatro Evangelistas. Posee también un coro alto con voladiza tribuna dorada y órgano de gran clase.

Su torre barroca es una sólida construcción de ladrillo con aplicaciones ornamentales en barro cocido y basamento de piedra granítica que sobrepasa la altura de sesenta metros.

Fue diseñada por el presbítero de la parroquia, don Basileo Fernández Atalaya y comenzó a construirse en el año 1749, concluyéndose la obra en 1760 con la colocación del giraldillo o remate. Según manifestación expresa en su testamento, en esta parroquia, junto a las cenizas de su madre, quiso descansar eternamente el adelantado de la Florida, Hernando Méndez de Soto.

Iglesia de Santa Catalina

Respecto a los restantes templos de Jerez, éste difiere no sólo en su estructura y estilo, sino también en la fecha de su construcción ya que es posterior a las otras tres. Sin embargo conviene destacar que no hay gran diferencia de fechas en lo que respecta a las actuales fábricas de los otros tres templos, puesto que todos ellos fueron ampliados y ennoblecidos a partir del siglo XVI , parejos con el esplendor de Jerez, que en esta época llega al culmen de su grandeza.

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Su origen está en el siglo XVI, y a diferencia de las otras iglesias, no se aprecian rasgos de una fábrica anterior. El Altar Mayor es una obra barroca de grandiosa hermosura, formado por dos cuerpos sostenidos por columnas salomónicas y rematado por una enorme concha tallada de gallón.

Su ejecución tuvo lugar entre los años 1746-1750 y fue obra de los grandes artífices Ignacio el Tallista y Francisco Martínez Cañet. Es esta la parroquia que atesora la mejor imaginería, destacando del conjunto el "Cristo de la Victoria", "San Pedro de Alcántara" y "San Diego de Alcalá".

La torre fue levantada en el año 1762, en su mayor parte con las aportaciones y limosnas de los vecinos como consta en una inscripción existente sobre la misma. Su altura sobrepasa los sesenta metros, rematados por un giraldillo que representa la imagen titular de la parroquia. Entre los valiosos ornamentos que posee esta iglesia hay una custodia barroca del siglo XVIII, donativo del Rey Carlos II en el año 1763.

Jerez de los Caballeros, posee el privilegio de contar con unos embalses que son verdaderas joyas en su clase para la pesca, y que debido a su existencia han fomentado la afición a dicho deporte. Aunque todos merecen ser elogiados el de más antigua tradición es el embalse de LA ALBUERA, en el que todos los años se celebra el llamado Concurso Tradicional de Pesca, cuya antigüedad se cifra en mas de 275 años.

La tenca es la protagonista de este concurso. Dado que Jerez de los Caballeros, posee multitud de montes y sierras, es lógico que exista gran afición al deporte cinegético. Las especies de caza en nuestro terreno, son el conejo, la perdiz, la tórtola, la paloma torcaz y el zorzal.

Oliva de la Frontera

Se localiza entre Jerez de los Caballeros y Valencia del Mombuey. Se trata del foco, junto con Jerez más importante del partido judicial. Hasta este mismo siglo ostentó el nombre de Oliva de Jerez.

Elemento peculiar es la conducción abovedada subterránea por la que en la pasado se canalizaba bajo el caserío el arroyo Oliva. En la actualidad la población constituye un centro evolucionado, moderno y bien urbanizado, con amplias calles y sugestivas plazas, cuyo vistosos Paseo de las Palmeras resulta uno de los ámbitos de su especie más atractivos de la región.

Numerosas instalaciones y servicios completan sus equipamientos, configurándola como un centro abierto y pujante cuya dinámica le asegura las mejores perspectivas.

Debe resaltarse, además, que el crecimiento se ha realizado de manera inteligente, sin menoscabo para su fisonomía y características tradicionales.

En el aspecto monumental se significa la iglesia parroquial de San Marcos, que se sitúa en el centro de la población, presidiendo su hermosa plaza. Se trata de edificación de gran porte y elegante traza neoclásica con planta de cruz latina, erigida en el siglo XVIII sobre otra precedente.

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Su amplio inferior es de nave única y cúpula sobre el crucero. El retablo mayor es de fábrica con grandes columnas exentas, según el modelo de la época. Una airosa balconada y una somera torre presiden la severa fachada clasicista.

La ermita de San Pedro, datable en el XVII, es obra de mérito en la que se distingue su amplia cabecera cupulada. Más moderna es la iglesia del convento de las HH. de la Cruz, de modesto exterior y ampulosa decoración interior realizada en estuco. Numerosos edificios civiles del XIX, entre los que se cuenta el Ayuntamiento, peculiarizan el paisaje constructivo de esta bonita y bien cuidada población.

De especial significación como su hito más representativo, es la ermita de Ntra. Sra. de Gracia, de soberbia torre barroca comparable con las de Jerez de los Caballeros. La obra, levantada en el siglo XV, quizá sobre una basílica visigoda anterior, fue remodelada en el XVIII y XIX. Su aspecto actual data de la reconstrucción prácticamente total realizada a principios de la presente centuria según proyecto de Rafael Béjar Mendoza.

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Presenta cuerpo de tres naves con triple cabecera y camarín con rica decoración barroca de estucos y pinturas populares. Al exterior conserva la portada gótica de los pies, único vestigio del edificio primitivo, coronada por el escudo de los Suárez de Figueroa. Sobre el atrio delantero, y como obra independiente, se alza la hermosísima torre barroca concluida en 1772.

Desde Oliva y por la carretera de Encinasola, podemos llegar hasta el río Ardila. El río se convierte en la frontera con Portugal al sur de la Sierra del Oratorio. Todo este trayecto, que, por supuesto, hemos de hacer a pie, discurre por unas parajes de sierras, talladas por el río, que son de una belleza impresionante.

Son frecuentes en nuestros campos las siluetas del Ratonero común (Buteo buteo), Milano negro (Milvus migrans) y Milano real (Milvus gallicus) y la calzada (Hieraaetus pennatus), aunque por suerte pueden ser relativamente fáciles de encontrar a lo largo del año.

También son muy numerosas y abundantes las especies de paseriformes, grupo de aves que engloba a la mayoría de los pequeños pájaros. En total se supera ampliamente las cien especies de aves que podemos observar. El vivir en Oliva, rodeados de una naturaleza más o menos bien conservada, no nos debe hacer olvidar que son muchos los problemas que afectan a su conservación, siendo un privilegio en el mundo de hoy contar con un entorno natural como el nuestro.

Salvaleón

La antiguísima villa de Salvaleón encuentra su enclave histórico en el asentamiento celta del vecino Monte Porrino, al suroeste de la provincia de Badajoz. Su marco natural presenta un relieve quebrado, cubierto de dehesa, monte bajo y otra vegetación frondosa y húmeda con abundancia de cuevas, lo que hace de este municipio una visita obligada.

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Sobre una eminencia próxima perduran los restos del viejo castillo, entre los que se destaca la maltrecha silueta de un poderoso torreón de piedra de planta cuadrangular con algunos muros anejos. La población presenta una configuración muy pintoresca debido al lugar que ocupa.

Hasta época no muy lejana, diversos arroyos procedentes de las sierras circundantes discurrían por las calles, exigiendo la presencia de pasaderas y puentecillos para salvarlos, lo que originaba una peculiar estructura urbanística de acusado atractivo morfológico.

El caserío se organiza en torno a la iglesia parroquial de Santa Marta. Esta resulta originaria del siglo XVI, con numerosas remodelaciones de época posterior; la última, consistente en la reposición de las cubiertas, data de fecha reciente.

El edificio es de grandes proporciones, con estructura de cajón de composición exterior poco variada. El interior presenta gran espacialidad, con cabecera más elevada que la nave. El retablo mayor constituye pieza de particular interés, que se cuenta entre las mejores de su especie en la región. Se trata de obra clasicista en cuya realización intervinieron los entalladores Francisco Gómez y Salvador Muñoz, con pinturas del pacense Sánchez Picaldo.

De gran raigambre y devoción resulta la ermita de Ntra. Sra. de Aguasantas.

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Otro centro religioso destacado fue el convento de franciscanos descalzos, que en el siglo XVII fue trasladado a Salvatierra de los Barros.

Como elementos etnográficos de interés se conservan los pilares del Castillo, Valdejerez y las Cogutas.

La fisonomía tradicional de la población se encuentra en fase de transformación por causa de las numerosas construcciones de nueva planta que están proliferando en los últimos tiempos, sobre todo en las áreas periféricas. Con todo, en el núcleo más antiguo se conservan rincones de acusado encanto, con edificios de tipología tradicional, típicas portadas, chimeneas, ventanas y otros componentes de la arquitectura popular más representativa.

Como ruta de senderismo, podemos tomar la Finca Comunal "Monte Porrino", que nos pone en contacto con otros términos municipales -Barcarrota, Salvatierra de los Barros y Jerez de los Caballeros-. En la misma encontramos restos de la edad de bronce, dólmenes y ruinas romanas.

Especial interés tienen: el Albergue Rural (nave de 275 m2) y dos cortijos rurales recientemente restaurados por el Ayuntamiento de Salvaleón.

Salvatierra de los Barros

Se localiza próxima a La Parra, sobre un emplazamiento que participa de sus mismas condiciones geográficas, ocupando posición muy estratégica en una encrucijada de caminos que la conecta con todos los núcleos de los alrededores.

Su apelativo debe considerarse relacionado, no con el partido judicial que así se denomina, de la que Salvatierra se encuentra separada por un conjunto de sierras que establecen una clara divisoria entre los territorios de las dos vertientes, y en los que, dado el alejamiento y las evidentes diferencias geofísicas, no resulta encuadrable, sino con el material que sirve de base a la actividad por la que la población resulta universalmente conocida: la arcilla alfarera o barro.

Hito sobresaliente de la población es el poderoso castillo que la domina desde las alturas cercanas.

La fortaleza, compuesta por un atractivo conjunto de cubos y torreones, data de finales del siglo XV, habiendo sido erigida por Hernán Gomes de Solís sobre una fortificación anterior, asolada poco antes por el segundo Conde de Feria, Gómez Suárez de Figueroa.

castillo barros

El castillo tiene dimensiones propias de alcazaba y fue muy codiciado y combatido durante su época de esplendor. Los numerosos torreones cilíndricos dan un marcado carácter de fortaleza que impresiona al visitante, aunque en la actualidad es de propiedad privada, por lo que se dificulta la visita a su interior.

Construcción de singular interés situada en sus proximidades, es el Pozo de la Nieve que se localiza en el paraje de Los Baños del Moral, ocupando un paraje de extraordinaria belleza natural.

pozo barros

La instalación, destinada a contener nieve, consta de dos torreones cilíndricos de piedra, con sólidas bóvedas de ladrillo y diversas dependencias anejas. Fue construido en el siglo XVI por los Señores de Feria, y por su extraordinario valor etnográfico como pieza única en el apartado de la arqueología industrial de la región, en 1990 fue declarado Bien de Interés Cultural.

En el mismo ámbito, sobre el lugar del Charcón, se encuentran los Baños del Moral, cuyas aguas ferruginosas y bicarbonatadas se emplean contra el escrofulismo y otras dolencias.

La población se asienta sobre un terreno en pendiente, configurando un conjunto de acusado plasticismo, compuesto por edificaciones de sabor popular, muchas con esgrafiados en las fachadas, grandes chimeneas, y otros componentes de singular atractivo formal.

El centro que articula la trama es la iglesia parroquial de San Blas, recia obra de aspecto militar, con maciza torre cuadrangular. En la cabecera presenta hornacina adornada con escudos y otras piezas procedentes de edificaciones ya desaparecidas, entre ellas el convento franciscano primitivamente enclavado en Salvaleón.

En la calle Alcantarilla, o de Jerez, se conserva, empotrada en una fachada, una lápida romana, ya mencionada por Solano de Figueroa.

Turismo Rural

Existen numerosas rutas:

RUTA DE LOS CASTAÑOS conocida también como ruta de la Historia que empieza por un camino de tierra que nos llevará finalmente hasta la llamada "Era López", donde encontraremos un merendero y un estupendo paisaje para disfrutar y realizar acampadas. Continuando por caminos rurales, en esta ruta podemos encontrar el collado de "Las Corderas", cañada de ganados, cumbres de "La Mira" y "Peña Utrera", convento franciscano de Santa María de Jesús (siglo XVI) y finalmente de camino de vuelta al pueblo, podemos visitar el castillo, en un desvío a la derecha.

RUTA DE LOS ENCINARES. Por sus 36 Km., es recomendable hacer esta ruta en bicicleta. En el recorrido podremos disfrutar de grandes bosques de encinas y alcornoques donde pacen vacas y piaras de cerdos. Durante el trayecto, además de dehesas, llegaremos a un monte repleto de gran variedad de animales como jinetas, gatos monteses y meloncillos. En "Peña Utrera", nos encontramos con "el Pozo de la Nieve", obra de mediados del siglo XVI declarado Bien de Interés Cultural.

RUTA DE SANTA MARÍA. Es otra alternativa para disfrutar de la naturaleza. Comienza con un fresco paraje rodeado de sauces y fresnos, situado junto al arroyo de Santa María, denominado paraje "La Romana". Más adelante, localizamos los riscos de Juan Demás por un camino de castaños, alcornoques y helechos. Desde allí, un sendero nos adentrará en la sierra, hasta donde se localiza la antigua ermita de Nuestra Señora de Entrambasaguas.

RUTA DE LOS BAÑOS DEL MORAL. Un camino en cuyo recorrido encontraremos numerosas higueras y matorrales, así como pequeñas fuentes, nos llevará hasta el valle donde se ubican los Baños del Moral. Este lugar que antiguamente fue un balneario, todavía conserva su agua ferruginosa, muy conocida por su calidad medicinal. Es un lugar apacible y silencioso, donde se puede disfrutar de la frondosa vegetación y el sencillo sonido de la naturaleza.

Valencia del Mombuey

Su relieve es ondulado aunque se accidenta en las proximidades de arroyos y riachuelos. Predomina el clima mediterráneo con ciertas peculiaridades debido a la meridionalidad, su baja altitud y su proximidad al Atlántico. Los pueblos más cercanos son Oliva de la Frontera a 20 Km, Villanueva del Fresno a 16 Km y Amaraleja (Portugal) a 9 Km.

En lo referente a hidrografía destaca el río Ardila que atraviesa el partido judicial, en esta zona también destacan el Godolid y el Zaos.

El lugar fue comprado en 1402 por Gómez Suárez de Figueroa, pasando a integrarse en el Señorío de Feria. Durante las guerras con Portugal del siglo XIV quedó destruida y despoblada hasta el extremo de quedar sólo un vecino en la localidad.

En 1641 y 1704 resultó incendiada y arrasada de nuevo por los portugueses, siendo conocida a partir de entonces como Valencita la Quemada.

Hasta su asolamiento en el siglo XVIII el núcleo se localizaba en lugar distinto, a unos 2 Km. del actual, llamado Fuente del Higo. En la actualidad constituye un pequeño asentamiento de carácter eminentemente rural, integrado con el hermoso paisaje que lo rodea.

El templo parroquial, dedicado a la Purísima Concepción, es la construcción más destacada del lugar. Fue comenzada en el siglo XIV, rehecha en el XVI y concluida en el XVIII.

 purconcepcion

Unas lápidas empotradas en los contrafuertes del ábside indican que esa parte del edificio se realizó entre 1572 y 1576, siendo su mayordomo, Juan Garías, alcalde de la Villa. Aunque carente de monumentalidad exterior, la obra se integra con los espacios y construcciones adyacentes originando una realidad ambiental de acusado valor. Al interior destaca la cabecera, con bóveda de crucería cubierta de llamativas pinturas decorativas, y retablo mayor barroco de buena talla.

A las afueras, en un hermoso paraje se sitúa la ermita de San Benito, interesante realización del XVIII, hoy muy maltrecha. La ermita de Santa Bárbara, emplazada sobre un collado en dirección a Villanueva del Fresno, aunque de presencia modesta resulta de acusado plasticismo, y muy bien integrado también en el paisaje.

En la arquitectura civil la edificación más notable es la antigua casa palacio del Marqués de Valdeterrazo. En la zona baja del ámbito del pozo Gordo abundan los rincones pintorescos entre los que destaca el propio pozo.

Elemento de valor etnográfico singular por tratarse del único, quizá, de su especie, que se conserva en la región, como muestra de una instalación que en ningún lugar llegó a faltar, es el Corral del Concejo. Consiste en un somero cercado con cobertizos destinado a guardar ganado.

Cerca del río Ardila, hay una zona donde podemos encontrar antiguos Molinos Harineros de diferente tipología, llamando la atención sobre todo los de estructura circular.

Qué visitar

ASENTAMIENTO CELTA: Data del 3500 a.C. data un asentamiento celta del cual se conservan los denominados "Letreros de Nijata". Se trata de sepulturas guerreras con numerosos grabados en piedras que se encontraron a cuatro kilómetros de la población. Son cuatro letreros. El primero de ellos, según algunos autores representa un escudo, un carro y tres figuras humanas. El segundo parece representar cuatro figuras humanas. El tercero, también contiene figuras humanas en distintas posiciones, unos sentados, otros danzando, otros de pie destacando en estas figuras sus atributos sexuales. El letrero número cuatro carece de descripción.

DOLMEN FUNERARIO: En Valencia del Mombuey se denomina la "Piedra Pinchá" y se trata de un dolmen funerario cercano al margen del río Ardila.

 

Valencia del Ventoso

Se localiza en el borde meridional del ámbito zafrense, ya en plenas estribaciones de las sierras del sur, sobre un terreno cubierto de dehesa y monte bajo, de destacada hermosura natural. Perteneció a la Orden de Santiago con categoría de Encomienda.

El núcleo ocupa un asentamiento en suave pendiente, configurando una estructura radiocéntrica en la que el caserío adopta forma de abanico, con las calles principales proyectándose en distintas direcciones a partir del foco que ocupa la iglesia parroquial. Otras construcciones surgieron posteriormente sobre el lado contrario de esta trama primitiva, hasta conectar con el palacio-castillo que aparece en el extremo opuesto.

castillo ventoso

Según la tradición, la población se asentó originariamente en lugar distinto, sobre el paraje denominado "El Cañuelo" y otros próximos regados por el arroyo Ventoso, denominándose entonces Valencia de Alba Real, apelativo corrompido después en Valencia del Barreal o Barrial.

Más tarde, el poblado cambió su emplazamiento al sitio actual, para evitar las inundaciones del arroyo y lo insano del lugar, adoptando el nombre presente.

En la actualidad existe en las proximidades del pueblo una pequeña presa para abastecimiento de agua, construida sobre el río Ardila.

Los naturales son conocidos jocosamente en el partido judicial por el apelativo de "atravesaos".

Monumentos

La iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Esperanza se trata de una realización en la que aparecen elementos que no se repiten en otros lugares. La obra, de grandes proporciones y compleja organización arquitectónica, es originaria del siglo XV y repetidamente remodelada después, presentando distintas zonas bien diferenciadas.

iglesiavalalenciapartetrasera

Entre ellas se distinguen la torre fachada delantera, con atrio en el cuerpo inferior y remate almenado de factura mudéjar; galería alta, cabecera cupulada de gran desarrollo con capillas anejas, etc. Escudos gárgolas y otros componentes completan su interesante configuración.

Muy característica de la localidad resulta la casa fuerte palaciega que se localiza en el extremo oriental de la villa, asentándose sobre una base rocosa. Su construcción fue iniciada en 1.477 por el Comendador santiaguista Rodrigo de Cárdenas, no concluyéndose hasta un siglo más tarde, siendo aquí donde radicaba la Encomienda de la Orden.

Constituye una sólida realización de mampostería y piedra, de planta hexagonal irregular, con macizos muros almenados a los que se adosan siete cubos cilíndricos de refuerzo. Sobre la esquina meridional se abren sendas terrazas sobre arcos, originando una estructura volumétrica de gran plasticismo.

Una placa y un escudo imperial sobre la portada principal, aluden a la finalización de la obra en tiempos de Felipe II.

El convento de la Concepción, fundado en 1.542 por Íñigo de Rosales, se sitúa en las proximidades de la iglesia parroquial.

De las cuatro ermitas con que contó la localidad, sólo se conservan la ermita de Ntra. Sra. del Valle, de fuerte sabor popular, y la ermita de la Piedra, habiendo desaparecido las de San José y San Juan.

Aneja a la primera, se sitúa una pintoresca placilla de toros de forma irregular, asentada sobre una acusada pendiente, en la que se aprecia la atención dedicada a su cuidado. En sus inmediaciones se erige también un pozo de nieve.

Elementos de notable significación etnográfica de los que se conserva un valioso repertorio, son las fuentes y pilares tradicionales con sus abrevaderos. Como piezas más destacadas cabe recordar los del Carmen, Cuatro Caños, Paniagua y "Pedro Capitán". En las traseras del castillo se sitúa el llamado "de Abajo", obra de granito que por su configuración y plasticismo resulta modelo especialmente representativo.

En el pueblo se desarrolla en la actualidad una inusual actividad, consistente en la fabricación artesanal de instrumentos musicales de cuerda, por parte de un experto lutier local.

Valle de Matamoros

Se trata de un pequeño núcleo muy próximo a Valle de Santa Ana, situado sobre una orografía accidentada en las cercanías de Jerez de los Caballeros, del que dependió tradicionalmente como aldea, ocupando asentamientos de gran belleza natural, cubiertos de abundante vegetación en la que abundan los castaños, las zarzas y las huertas.

valle de matamoros

Su principal atractivo reside en la configuración urbanística y el carácter de su arquitectura popular, cuya trama origina perspectivas y rincones del mayor pintoresquismo.

El origen del nombre de la localidad tiene diferentes versiones; según la tradición, el nombre de la localidad se debe a una supuesta matanza de árabes en este lugar por los cristianos de Alfonso IX a mediados del siglo XIII. Pero hay otra hipótesis que basa el origen del toponimio en un apellido muy común en Jerez de los Caballeros y que llevaba el personaje fundador del núcleo.

Este lugar ostentó la consideración de aldea de Jerez de los Caballeros, perteneciendo sucesivamente a las mismas jurisdicciones que detentaron la posesión de tal centro. En 1370 se incorporó a la Orden de Santiago, en virtud de la donación realizada por Enrique III de Castilla.

En 1653 durante la guerra de separación de Portugal del Trono de España, el lugar resultó incendiado y saqueado por los portugueses, quedando parcialmente destruido. Posteriores enfrentamientos con Jerez de los Caballeros se saldaron con grandes destrozos en el municipio.

Aunque el atractivo principal del enclave reside en las hermosas panorámicas que ofrece desde las alturas próximas o desde el mismo interior del caserío, posee también esta localidad construcciones dignas de mención como la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción, de indudable interés, correspondiente al tipo de pequeño templo rural conectable con la arquitectura popular.

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Rutas de Interés

Las diferentes rutas que se pueden realizar en la localidad de Valle de Matamoros, permiten al caminante disfrutar de todo un paseo por la naturaleza.

Ruta de los Castaños

La ruta de los castaños es muy atípica dentro de la dehesa extremeña, enclavada en la biomasa de castaños más grande de toda Extremadura, encontrándonos con castaños centenarios. Abundan Arbutus Unedo (Madroño), Peonias, Viburnus, Tinadurillo, Oleas Oropeas y observaremos ejemplares únicos de Junglan (Nogal), junto con toda una gran variedad micológica. En la cima de la Sierra contemplaremos una gran vista panorámica, dónde observaremos pueblos como Oliva de la Frontera, Zahínos, Jerez de los Caballeros, Higuera de Vargas, entre muchos otros, llegándo incluso, a observar algunos pueblos de Portugal.

Ruta de la Sierra

Esta ruta tienen su salida en la Plaza de España, atravesando el núcleo urbano. Tras cruzar la carretera, continuaremos por el camino que accede al Paseo de La Sierra, hasta llegar hacia un collado que marca el límite norte de la Sierra San José, donde observaremos unas magníficas vistas panorámicas. Llegaremos a un bonito bosque de alconrnoques y continuaremos por el camino principal hasta llegar  al Pantano de la Sirgada, donde nos encontraremos las antiguas minas. Esta ruta terminará en los castañales.

Ruta de la Mata

Ruta característica por encontrarse en plena dehesa de alcornoques y encinas. Esta ruta se adentra en ambas "Matas" de la localidad, "La Mata de Arriba" y "La Mata de abajo", teniendo su fin en las inmediacines del Pantano "Los Valles".

Valle de Santa Ana

Al igual que Valle de Matamoros, se trata de un pequeño núcleo muy próximo a él, situado sobre una orografía accidentada en las cercanías de Jerez de los Caballeros, del que dependió tradicionalmente como aldea, ocupando asentamientos de gran belleza natural, cubiertos de abundante vegetación en la que abundan los castaños, las zarzas y las huertas.

Hay dos teorías sobre el origen de esta localidad.

Por un lado, se piensa en un inicial asentamiento alrededor de una vieja ermita dedicada a Santa Ana, motivo por el cual se justifica el topónimo de la población. Y por otro lado, otras opiniones consideran más reciente su creación, allá por los siglos XVII - XVIII, y justifican su aparición con la llegada de algunas familias jerezanas que huían de una epidemia que asolaba su localidad, y que llegados a estas tierras del valle, lo nombraron inicialmente como Valle del Pino.

Una cita conocida acerca de esta localidad dice: "esta aldea se compone de veinte y tres barrios, tan distantes unos de otros que ni es lugar ni es villa y es más grande que Sevilla"; esto refleja la distribución inicial de la población, repartidos en barrios distantes y separados por olivares, huertos e incluso monte.

No fue hasta 1860, cuando se establezca como municipio independiente de Jerez de los Caballeros.

Monumentos

Aunque el atractivo principal del enclave reside en las hermosas panorámicas que ofrece desde las alturas próximas o desde el mismo interior del caserío, posee también esta localidad construcciones dignas de mención como la iglesia parroquial de Santa Ana, de estilo gótico mudéjar, realizada en el s. XVI, de indudable interés, correspondiente al tipo de pequeño templo rural conectable con la arquitectura popular.

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Se compone de tres naves de acusada espacialidad sobre arcos graníticos, con cabecera triple, capilla mayor cupulada y edículo semejante a una torre fachada exterior.

Sobre la fachada de una casa situada frente a la parroquia, aparece empotrado en el muro hacia el exterior, en insólita disposición, un intrigante púlpito de mármol construido en el s. XVIII, dentro ya de las tendencias barrocas.

Igualmente, son destacables tres fuentes: La Fuente de Juan Vázquez -quizá la más antigua de la localidad, y usada antiguamente antes de que en las viviendas hubiese agua corriente-, la Fuente de calle Constitución, y la Fuente de los Salgueros.

El pozo de la calle Díaz Ponce, está construido en granito y cubierto por una cúpula semiesférica adornada por una imposta de cuarto de circunferencia.

El Molino de Amadeo, recogía el agua del arroyo que cruza la carretera de Jerez de los Caballeros, proveniente de Los Salgueros, vertiéndola después de usada, al Arroyo de los Molinos.

De él, actualmente, sólo se conserva la piedra de la solera y la cubeta de recogido del producto molido, así como restos del muro que conducía el agua hasta el molino -en la parte de atrás-.

Muy cercana al pueblo se encuentra la Gruta Rubiales -actualmente en fase de estudio expedeológico-, excavada en zona calcárea, de la que se conoce su interior de estalactitas y cámaras subterráneas que cruzan toda la población, y que fue objeto de una de las operaciones "Piraña".

Zahínos

Se localiza en el borde oriental de la Sierra, en el ámbito de Jerez de los Caballeros y Oliva de la Frontera, muy cerca del límite con Portugal. Los cercados de piedra con sus porteras, las piaras de cerdo ibérico, los chozos de los pastores, las carboneras, los antiguos molinos y puentes medievales, y otras expresiones genuinas de las formas de vida tradicionales de la región, salpican el terreno ofreciendo un evocador conjunto de extraordinaria riqueza paisajística y etnográfica.

Acceder a Zahínos desde Jerez o desde Oliva, o a través de Villanueva del Fresno o Higuera de Vargas, constituye una de las rutas más sugestivas que cabe realizar en el partido judicial.

zahinos

Aunque no se tienen muchos datos sobre el origen de Zahínos, se le atribuye origen templario -como puede deducirse de los restos en una cercana ermita templaria, conocida como El Monasterio-.

Probablemente, la población se asentara originariamente en la antiagua calle Cantarranas, en la que se han hallado restos anteriores incluso a la construcción de la ermita templaria.

Tras su inclusión en la Orden del Temple el núcleo perteneció sucesivamente al Señorío de Alconchel, a Jerez de los Caballeros, a la Casa de Mondéjar y a la Casa de San Juan y Piedras Albas.

Después de los importantes daños recibidos durante las guerras con Portugal en el siglo XVII, la población resurgió en el lugar donde ahora aparece, por lo que ciertas fuentes la señalan como de construcción moderna, estimando esta época como su principio.

Monumentos

Asentada sobre una ladera, la morfología urbanística de esta población resulta variada y pintoresca, rica en rincones de atractiva configuración y tipismo, compuesta por edificaciones de tipo popular muy representativas de la arquitectura tradicional extremeña.

Chimeneas de gran cuerpo cubiertas con molduras y esgrafiados decorativos; portadas de gran presencia, y otros detalles de interés, enriquecen el panorama edificatorio. Piezas de valor etnográfico resultan dos pozos: Pozo de la Caridad y Pozo Nuevo, así como los pilares de los Manantíos y los Cotos, y la gran chimenea cilíndrica que se halla junto al cementerio viejo.

En otro tiempo contó con un castillo o fortificación del que en la actualidad únicamente se conserva el Torreón de la zona alta, al que se aneja, en actuación arquitectónica poco adecuada, el Ayuntamiento erigido hace unas décadas.

zahinos iglesia

Próxima al Torreón y Ayuntamiento, y presidiendo la bonita plaza alta de la localidad, se levanta la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Remedios, de modesta apariencia exterior e intrigante estructura interna que llama la atención por lo poco habitual de su disposición y la riqueza de sus componentes morfológicos y espaciales.

En el interior de la iglesia, destaca El Cristo de la Salud, talla de madera policromada de 1773 y el Cristo de la Expiración, patrono de la Villa y símbolo del fervor religioso popular fechado en 1781.

También el Retablo, Altar e imagen de la Virgen de los Remedios, patrona de la Parroquia; Retablo Barroco de la Capilla de San Antonio Abad de mediados del siglo XVIII, Retablo barroco de la Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno e imagen del titular de la misma del siglo XVIII.

La imagen de la Virgen de los Dolores y la Custodia de la Parroquia, hecha en Méjico en 1752, así como la Pila Bautismal que presenta esculpido en la piedra granítica un escudo heráldico, que se cree pertenezca a la familia González-Silva.

Es el edificio más significativo de la localidad, reedificada posiblemente sobre la vieja ermita ya existente bajo esta misma advocación, según cabe apreciar en las diferentes secuencias constructivistas que la edificación posee.

Turismo rural

Para disfrutar del turismo rural, Zahínos ofrece una zona cubierta por las dehesas más representativas, y mejor conservadas, del bosque mediterráneo extremeño, ofreciendo panorámicas agrestes y bravías en las que la naturaleza se muestra en todo su esplendor.

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