En las faldas de Sierra Nevada, moteado por diminutos pueblos encalados en blanco se encuentra la Alpujarra Almeriense. Una comarca por la que discurre el Río Andarax y especies que han dado riqueza a esta zona como los parrales, el almendro y los cerezos.
En sus pueblos, que arañan las laderas, podemos ver campos de cultivo que suben por las laderas de la montaña y que culminan en las frías cumbres de Sierra Nevada.
Su arquitectura hace de la Alpujarra un lugar único. Muchos de estos hitos, como el cultivo en bancales, el urbanismo y la arquitectura, tienen impregnados en sí, el paso del asentamiento árabe por esta Comarca.
Los topónimos de muchos pueblos nos hablan de esa presencia durante más de siete siglos.
Algunos califas granadinos, como El Zagal o Boabdil pasaron por sus tierras.
En 1.568 una nueva revuelta liderada por el morisco Aben Humeya hizo correr la sangre por las Alpujarras, siendo la batalla más relevante la de Guarros, cuando las tropas cristianas acabaron con 4.000 moriscos.
Hasta la implantación en esta comarca de industrias mineras y el cultivo de la llamada uva de Ohanes, ambos hechos sucedidos en el siglo XIX, esta comarca no volvió a tener la pujanza de antaño, y a partir de ese momento los bancales volvieron a estar reverdecidos y pujantes de colorido.
Esta comarca está conformada por 24 municipios: Alboloduy, Alcolea, Alhabia, Alhama de Almería, Alicún, Almócita, Alsodux, Bayárcal, Beires, Bentarique, Berja,Canjáyar, Dalías,Fondón, Huécija, Íllar, Instinción, Laujar de Andarax, Ohanes, Padules, Paterna del Río, Rágol, Santa Cruz de Marchena y Terque.
Alboloduy
La villa de Alboloduy ha albergado asentamientos
del Neolítico y del final de la Edad de Bronce; su actividad económica
se sustenta en los cereales, los olivares, los naranjos, los viñedos,
las harineras, las almazaras y el esparto.
En el Peñón de la Reina se han encontrado empuñaduras de bronce y restos de cerámica de tartesios y fenicios.
De la época de dominio musulmán se conservan los restos de una antigua mezquita y el complejo de El Hicán, compuesto por una antigua fortaleza
árabe, los restos de la muralla y un aljibe.
El patrimonio arquitectónico de Alboloduy lo
completan la iglesia parroquial de San Juan Bautista, levantada en el
siglo XVIII; la ermita del Santo Cristo de la Humildad; la Cruz de
Mencal; y el acueducto, de finales del siglo XIX.
Los trabajos de artesanía
que se realizan en esta villa de la comarca de la alpujarra almeriense
tienen como única finalidad servir de pasatiempo a algunos mayores del
lugar, que se dedican a realizar cestos con esparto.
Alcolea
Junto al río Alcolea y sobre una loma de la Sierra
de Gádor se encuentra este municipio de la Alpujarra almeriense. Su
nombre nos da una pista sobre sus orígenes, ya que proviene del árabe y significa pequeño castillo o castillejo.
Tras la construcción del Pantano de Beninar, a sus tierras se unieron los términos municipales de
Darrical y Lucainena. Este hecho le ha permitido ampliar su atractivo
tanto para los devotos del turismo rural como para los que prefieren destinos en los que poder contemplar edificios de interés histórico y artístico.
Entre los restos arqueológicos
que se encuentran en Alcolea destacan los de dos fortificaciones de
época árabe, una situada en el paraje conocido como El Castillejo y otra
llamada La Torrecilla, en lo que era Darrical.
En el recorrido por el casco urbano de este
municipio, destacan entre sus construcciones cúbicas con aleros de
pizarra, varios edificios de carácter religioso: la Iglesia Parroquial de Santa Rosa de Viterbo, en la que destaca su alta torre que domina todo el caserío; la Ermita de San Sebastián y San Ildefonso, fechada en el siglo XVIII y localizada en el camino viejo de Ugijar; y la Iglesia del Santo Ángel Custidio, en lo que era el término de Darrical.
También son de interés los diferentes miradores
que existen en Alcolea: el de la ermita, el del Cerro de la Cruz y el
de la Era de la Ermita, que brindan al viajero las mejores vistas de la
zona.
Los aficionados al turismo rural,
y sobre todo los que disfrutan practicando deportes al aire libre como
el senderismo podrán elegir entre las diferentes rutas que existen en
Alcolea y sus alrededores y no deben perderse el Área Recreativa de las
Hortichuelas, situada junto al río de igual nombre que el municipio.
Para obtener una amplia panorámica de la Alpujarra, Sierra Nevada y la Sierra de Gádor, se puede subir al Peñón de Baños, a 900 metros de altitud.
Otra de las rutas interesantes es la llamada de Darrical, que se extiende a lo largo de 15 kilómetros, hasta el pantano
de Beninar. También merece destacar la ruta de la subida a las Eras del
Cortijuelo y al Empalme de las Balsitas.
Alhabia
El origen de la localidad de Alhabia se remonta al de una antigua alquería de la época de dominio musulmán.
El edificio con más encanto del pueblo es la
Farmacia, fundada a finales del siglo XIX por el bisabuelo del actual
farmacéutico.

El municipio de Alhabia incluso cuenta con un monumento
levantado en honor a la mujer del farmacéutico.
Además de existir todavía en el pueblo viviendas-cueva, los visitantes pueden acercarse a ver al Reloj de Sol, con más de 300 años de antigüedad, y la Casa de la Mezquita, construida en el siglo XIX en estilo neoarabizante.
La cerámica es la principal actividad de artesanía
de esta localidad de la alpujarra almeriense y con ella se realizan
todo tipo de objetos disponibles para todos los turistas que la visiten.
Alhama de Almería
En este municipio almeriense nació el que fuera
presidente de la Primera República, Nicolás Salmerón, por eso también sele ha llamado Alhama de Salmerón, además de Alhama la Seca.

Pero si por algo se conoce este municipio es por su Balneario de San Nicolás,
cuyas aguas termales, que permanecen a una temperatura constante de 45º, son muy apreciadas desde la antigüedad.
No en vano, en sus instalaciones se siguen conservando restos de lo que fueron los Baños
Árabes.
En las tierras del término municipal de Alhama de Almería se han encontrado vestigios arqueológicosde la época romana, el más destacado es el puente llamado La Puente.
Un lugar desde el que se obtiene una bella panorámica de la zona. Pero son
más evidentes y numerosos los restos pertenecientes a su pasado árabe.
El entramado de sus calles estrechas y empinadas es un claro ejemplo,
como también lo son los restos de su fortaleza nazarí en el Cerro de la
Cruz y del morabito musulmán de la Cruz de Arriba.
El balneario se inauguró en 1877,
coincidiendo con la edad dorada del termalismo. A él acudían entonces
familias de toda la provincia de Almería y se convirtió en el punto neurálgico de la vida social de Alhama de Almería.
En él, como en otros balnearios andaluces, se celebraban bailes, encuentros literarios y
otras actividades de ocio y cultura.
Otro de los edificios emblemáticos de Alhama de Almería es el Café La Tertulia,
que fue construido a principios del siglo XX por un grupo de
“parraleros”. Era la época en la que el municipio tenía gran importancia
por su producción de uvas. En él destacan sus grandes lámparas y
espejos venecianos.
También son interesantes la llamada Huerta Rosalía
o Casa de don Nicolás Salmerón, que se encuentra situada a la entrada
el pueblo y que en parte hoy ocupa el Parque Municipal de Alhama; y la Casa de don Melchor Rodríguez, otro ejemplo de casa señorial decimonónica de finales del siglo XVIII.

De su arquitectura religiosa destacan la Parroquia de San Nicolás de Bari y la Ermita de San Antonio.
Alicún
Uno de los aspectos más bonitos de Alicún es su
paisaje, escalonado con hermosas terrazas pobladas una frondosa
vegetación. Además, su pasado musulmán queda patente en las chimeneas
que asoman de las azoteas, como si de linternas orientales se tratase.

También de la estancia del pueblo árabe se
conserva un alminar, pero los asentamientos humanos se dieron ya muchos siglos antes.
Así, Alicún cuenta con un yacimiento megalítico en la Loma de Alicún y con una Fuente Termal en la plaza del pueblo, conocida como
Baños Huecijanos y que fue usada en tiempos del Imperio Romano.
Más reciente es la iglesia parroquial de San Sebastián, patrón del pueblo, construida a principios del siglo XX.
Almócita
El término municipal de Almócita está incluido en el Parque Natural de Sierra Nevada
y su casco urbano conserva la arquitectura morisca, perviviendo la
judería en el barrio bajo. En el Cortijo de las Paces, se puso fin en el
año 1570 al levantamiento de los moriscos de la Alpujarra.

En el patrimonio arquitectónico de este pueblo de Almería se encuentra la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Misericordia,que conjuga el estilo mudéjar con unas bellas portadas barrocas.
Otros edificios de carácter religioso son la ermita de Almócita y la ermita de
Nuestra Señora de los Desamparados, esta última en ruinas.
Otros lugares dignos de visitar son las ruinas
de las minas de la Pandora y la Minilla y el poblado de las minas de la
Solana, así como un aljibe de la época musulmana que en la actualidad
hace las funciones de lavadero.
La única labor de artesanía conocida en esta localidad es el trabajo del esparto, de forma aislada y como pasatiempo, por parte de algunos mayores.
Alsodux
El municipio de Alsodux, como muchos otros de esta
parte de Andalucía, se forma sobre una antigua alquería situada en un
lugar estratégico entre el río Nacimiento y el acceso a Guadix.

Además de los yacimientos arqueológicos, que
dan fe del paso del hombre por sus tierras a lo largo de la historia,
Alsodux cuenta con la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, levantada sobre una antigua mezquita, y con la ermita de las ánimas.
Bayárcal
Bayárcal es el municipio más alto
de toda la provincia de Almería, una característica que, sumada a su
riqueza natural y serrana, hacen que aquí se respire aire puro, limpio
de contaminación.
El origen de su población es claramente
musulmán, aunque de la ocupación morisca posterior también conserva restos históricos por sus calles.

Y es que esta localidad constituye en sí misma un relato de la historia. Sólo al admirar el Castillo de Yniza,comprobaremos que ha merecido la pena llegar hasta este punto.
Se trata de una fortificación milenaria que durante la Edad Media musulmana
controlaba todo el tráfico del el Puerto de la Ragua.

Cerca de ella, se pueden admirar también los restos de una antigua iglesia del siglo XVI.
Una vez en el centro de Bayárcal es
recomendable un paseo por sus calles, llenas de tradición, con rincones,
pasadizos, terrazas y casas que durante el invierno desafían a la nieve
con sus tejados inclinados.
El monumento más destacado
de su casco urbano es la Iglesia Parroquial, de estilo mudéjar y con una
bella torre de azulejos donde se pueden ver restos de balas,
consecuencia de la ocupación morisca. En su interior alberga una talla
del patrón de la localidad, San Francisco Javier.
Tras conocer las huellas que la historia ha
dejado en Bayárcal, el visitante no puede marcharse sin conocer su
entorno natural, perfecto para los amantes de la montaña y la naturaleza.
Bosques de encinas, prados verdes y pastos, hacen de sus alrededores un escenario perfecto para la práctica del senderismo. Y en invierno, si llegamos hasta el Puerto de la Ragua, podemos disfrutar del esquí de fondo.
Beires
Beires es un municipio que invita al descanso y
donde se respira la tranquilidad de un pueblo serrano cuyo término
municipal forma parte del Parque Natural de Sierra Nevada.

Aunque el origen de su población no está muy
claro, existen en él restos del pasado musulmán, época que marcó
notablemente la fisonomía de la localidad.
De este periodo son los vestigios del Castillo Musulmán ubicado a la afueras de Beires que además está declarado Bien de Interés Cultural.
Pero no estos no son los únicos restos
arqueológicos que el visitante encontrará en su paseo por Beires, en las
calles de la villa se conservan fuentes de piedra monolíticas que dan
fe del culto al agua que existía en la antigüedad.
El recorrido continúa por el centro de la localidad en una visita a sus monumentos más
destacados. Es el caso del Templo Parroquial de Nuestra Señora de la
Misericordia, data del siglo XVII y en su interior alberga un valioso
lienzo de Alonso Cano.

Completan el cartel de edificios religiosos
la parroquia dedicada al patrón, San Roque, y su Ermita, que comparte
con los municipios aledaños de Almócita y Padules; en honor a Nuestra
Señora de los Desamparados.
No hay que olvidar la vista que nos ofrece
Beires desde su plaza principal, una bella panorámica que discurre desde
la Sierra de Gádor hasta el Cabo de Gata.
Paisajes donde abundan los
castaños y una rica variedad de fauna y flora por donde realizar rutas
de senderismo hasta llegar al área recreativa de la Fuente del
Nacimiento.
Se sitúa cerca del barranco del Nacimiento, que separa los
dos barrios de la localidad a los que se puede pasar a través de un
puente de piedra que data del siglo XVII.
Bentarique
La expresión “este pueblo es un tesoro”
goza en el caso de Beires de un significado real, puesto que en su
término municipal apareció un valioso tesoro que corresponde el siglo
XV. Está formado por piezas muy valiosas de orfebrería y se expone en el
Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
El origen de su actual población hay que
buscarlo en la dominación romana, época en la que las termas eran protagonistas.

Sin embargo, hubo que esperar a la llegada de los musulmanes para que Bentarique adquiriera su aspecto actual, con claros
rasgos de municipio burgués.
El hecho de haber encontrado un importante
tesoro en sus tierras ha provocado la aparición de multitud de leyendas
sobre la riqueza de esta villa.
Además de conocer el rico pasado histórico de
la localidad, merece la pena detenerse en su casco urbano, donde se
alza uno de sus monumentos más destacados.
Es la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XV.
Un recorrido por las calles del pueblo que
nos llevará hasta zonas tan atractivas como la Plaza de San José, se
trata de un conjunto arquitectónico de estilo neoclásico.
Si damos una vuelta por los alrededores de
Bentarique podremos disfrutar de un entorno natural privilegiado,
formado por parrales y campos de cítricos que en primavera desprenden un
agradable olor a azahar.
Berja
El municipio de Berja, que en otros tiempos fue
famoso por sus minas de plomo, ofrece al viajero un abundante patrimonio
histórico y artístico, así como enclaves ideales para los aficionados a
deportes como el senderismo y para los que prefieren practicar el llamado turismo de sol y playa.

El recorrido por su casco urbano puede iniciarse en la Plaza de la Constitución,lugar donde se encontraba el mercado musulmán.
Ahora aquí se asientan edificios tan interesantes como la Iglesia de la Anunciación, del siglo XV y reconstruida a principios del XIX según los cánones del estilo neoclásico; la Torre de los Encisos, del XVI y que hoy alberga un museo; y el Ayuntamiento, del XIX y estilo neoclásico.
En la calle Aguas destaca la Casa del Molino del Perrillo,
uno de los pocos molinos hidráulicos que siguen en funcionamiento en
Almería y que presenta una característica fachada en la que abundan
puertas y ventanas enrejadas; y muy cerca de una de las numerosas
fuentes que existen en Berja, la del Toro, el viajero podrán ver otro de
los inmuebles interesantes del municipio: la Casa de los Zapata-Pimentel.

Fue levantada en el siglo XVIII y constituye uno de los mejores ejemplos de casas barrocas de la zona.
Otros enclaves de interés son: la Ermita de la Virgen de Gádor, patrona de Berja, que está a los pies de la Sierra de Gádor y que fue construida en el XVI según el estilo mudéjar; la Ermita de San Tesifón, en el Barrio de Castala; los Baños Hispano-Musulmánes, en la Barriada de Benejí; el yacimiento arqueológico del Cerro de Villavieja, con restos romanos de anfiteatro, torreones, murallas y coronado por el Alcazaba; y el yacimiento de Alcaudique, donde se halló un importante sarcófago paleocristiano.
Una de las posibilidades para conocer todo lo que Berja encierra es recorrer la llamada Ruta de las Fuentes.
Así el viajero podrá ver lo ya citado y las casi treinta fuentes que
existen repartidas por todo el municipio. Las más destacadas son la
Fuente del Toro y la de Alcaudique.
Los aficionados al sol y la playa disfrutarán en su Playa de Balanegra, y los devotos del senderismo, en las diferentes rutas por la Sierra de Gádor y que tienen como punto de referencia el Parque Periurbano de Castala.
Canjáyar
En el punto medio entre la parte alta y la baja de
esta comarca almeriense se alza Canjáyar, como un municipio donde se
mezclan los colores, por un lado, abunda la vegetación y por el otro, la
vista se asemeja a los cultivos de secano.

El origen de su población es remoto aunque la mayor parte de los restos de yacimientos arqueológicos que han aparecido datan de la época musulmana.
Es el caso de la Cueva de las Nieles, descubierta en el siglo XIX. Es de difícil acceso y en
ella aparecieron vestigios de esqueletos, vasijas y ánforas, como
muestras del antiguo poblamiento conocido como “Puertas de la
Alpujarra”.
Otro rastro del pasado son las ruinas del que fuera Castillo del Fondón, en su lugar está la Ermita de San Blas, justo en la ladera de una colina que ofrece preciosas vistas de toda la villa.
Esta localidad sufrió los devastadores
efectos del terremoto de 1804, razón por la que hubo que reedificar parte de su iglesia parroquial.
Ésta es el principal monumento
de su casco urbano, data del siglo XVI y es de estilo románico; además
en su interior alberga una reliquia de la Santa Cruz que apareció en el
año 1611.
Los alrededores de Canjáyar son perfectos para la práctica del senderismo,
por lugares como la Cueva de las Nieles o por el cerro de San Blas,
donde se ubica la ermita. Recorridos que se pueden hacer también en
bicicleta o a caballo.
Dalías
Este municipio almeriense cuenta con dos núcleos depoblación: el que da nombre al municipio, Dalías, y el de Celín.

Sus tierras ya fueron habitadas en tiempos prehistóricos, como lo demuestran
los yacimientos de El Cerroncillo y El Cerrón. En ellos se han encontrado vestigios de la Edad del Bronce, de un poblado íbero y de tiempos de los romanos.
Pero son más llamativas las huellas de su
pasado árabe, muy presente en el trazado de su casco urbano, el típico
de calles irregulares, estrechas y a veces ciegas, con casas con huertos.
En aquella época, en la que Dalías se llamaba Dalyat, el municipio era una alquería con fortaleza y mezquita. De la primera se
conservan algunos restos, así como de torres de vigía que constituían el
sistema de defensa de la zona. Entre ellas, la más popular es la
llamada Torre de la Garita.

En el núcleo de Celín se puede ver la Torre de Aljízar,
también llamada Torre del Garabito, fechada entre los siglos XIII y
XIV, en la época nazarí, y que hoy se presenta adosada a la Ermita de Alíjzaro de la Virgen de los Dolores.
Esta última parece que fue construida en el XVIII sobre lo que fue una rábita o mezquita árabe.
También de la época de la dominación musulmana son los llamados Baños de la Reina, que se encuentra a los pies de la colina donde está la citada Torre de Alíjzar, y muy cerca del denominado Pantano de la Reina, también de origen árabe. De éste sólo queda la parte superior que hace de puente a una vereda de Celín.
Otros edificios interesantes en el municipio de Dalías son la Iglesia de San Miguel de Celín, en la que destaca su torre campanario con reloj; la Santa Cruz, templete construido en el siglo XIX sobre un pequeño montículo; y el Casino, también del XIX, de estilo decimonónico y centro neurálgico de la vida social y cultural del pueblo.
Dalías se encuentra a tan sólo 12 kilómetros
de la playa y constituye un destino apropiado para la práctica de
deportes al aire libre como el senderismo,la escalada, el parapente o la bicicleta de montaña.
A través de su red de pistas forestales, se puede llegar a lugares como la Balsa Sabinar.
De su entorno también destaca el arroyo de Celín o la Rambla de
Almecete.
Fondón
El municipio almeriense de Fondón está formado por
tres núcleos de población: el que le da nombre, el de Benecid y el de
Fuente Victoria, que se encuentran en la depresión llamada Llano de Andarax.
Su entorno natural, del que forma parte el Parque Natural y el Parque Nacional de Sierra Nevada, y su patrimonio histórico y artístico lo convierten en un destino adecuado tanto para el turismo rural como para el denominado cultural.

En el recorrido por las calles de sus núcleos
urbanos, el viajero comprobará cómo aún perdura parte de la estructura
típica de los pueblos que en tiempos estuvieron dominados por los árabes.
También de su pasado árabe nos hablan los vestigios de una fortaleza que se encuentran en el llamado Cerro del Castillo, y que
permite a Fondón formar parte de la Ruta de los Castillos por tierras
andaluzas.
En el núcleo principal, el de Fondón, los edificios más interesantes por su valor arquitectónico son: la Iglesia de San Andrés con su torre acabada en aguja, la Fuente de Carlos IV, el antiguo pósito hoy sede del Ayuntamiento, la Ermita de Nuestra Señora de las Angustias,
y casas señoriales como la de la calle Aljibe, la de la Plaza Poeta Martín del Rey o las de la Calle del Agua y la calle Cruz.
En el núcleo de Fuente Victoria destaca su iglesia parroquial y casas como la de Don
Juan de Austria; y en el de Benecid, también su iglesia parroquial, la
casa señorial de la Plaza de la Iglesia y la fuente situada en la misma
plaza.
Los aficionados al turismo rural
encontrarán diferentes alojamientos adecuados para tal fin, así como uncamping y la zona recreativa Fuente Mahón-La Parra.
Y a los devotos de deportes al aire libre como el senderismo o la bicicleta de montaña
disfrutarán por los diferentes senderos que recorren la Sierra de Gádor,
y por los que discurren por el Parque Natural de Sierra Nevada.
Huécija
Huécija es una villa de tradición milenaria que aún conserva el aspecto de señorío que la caracterizó durante varios miles de años.
Y es que fue capital del señorío de Marchena en la antigüedad, dada su proximidad a la localidad.
Sin embargo, el origen de su actual población
lo encontramos en la época romana aunque es desde la ocupación
musulmana cuando se empiezan a conocer más datos sobre Huécija.

En su casco urbano hay varios monumentos destacados muy recomendables para los que visiten esta localidad.
Es el caso del Convento de los Agustinos, del
siglo XVI, coronado por una hermosa torre sin competencia en toda la
comarca almeriense. Su estructura recuerda a las antiguas atalayas,
aunque de mayor tamaño.
Un recorrido que puede continuar por la
Iglesia Parroquial de nuestra Señora de la Encarnación, del siglo XVI y
estilo mudéjar; y para terminar, la Ermita de la Santa Cruz.
Huécija cuenta también con un rico entorno
natural, formado por bosques de encinas y vegetación típica
mediterránea, compuesta por lentisco. Un paraje de especial belleza que
nos llevará hasta el complejo recreativo de Afarax; donde se puede acampar y disfrutar de la naturaleza.
Uno de los cultivos principales de Huécija es el maíz y, como consecuencia de ello, existen en la villa talleres de artesanía para la farfolla, esto es, el material que rodea este cereal.
Íllar
Merece la pena conocer Íllar sólo por las impresionantes vistas
que nos regala de toda la parte laeral de la comarca alpujarreña
almeriense. Aunque una vez en aquí merece la pena detenerse en cada
rincón de este bello pueblo serrano.

Los primeros yacimientos arqueológicos que
han aparecido datan de la época musulmana porque esta localidad, al
igual que algunos de sus pueblos vecinos, formó parte del señorío de
Marchena.
Por eso Íllar tiene una estructura urbana
resultado de la mezcla de la ocupación árabe primero, y cristiana
después. Antiguos lavaderos, fuentes, plazas y casas blancas convierten
el centro del pueblo en un lugar perfecto para pasear entre calles
llenas de encanto.
De sus monumentos destacados
hay que citar la Iglesia de Santa Ana, del siglo XVI y estilo mudéjar;
con una portada barroca en su interior de gran valor. Llamativo es
también el Ayuntamiento y la Glorieta; con gran tradición histórica.
Merece la pena conocer el entorno natural de
Íllar, formado por huertas que se asientan sobre la colina que nos
conduce hasta el pueblo; rodeado además de auténticas obras de arte que
son las acequias y canalizaciones que construyeron los musulmanes para
regar las cosechas. Se trata de un paraje al que llegar dando un paseo o
en bicicleta.
Instinción
Desde lo lejos llama la atención este municipio por su ubicación pues Instinción se alza sobre una elevación del terreno justo en la ribera del río que baña estas tierras, el río Andarax.
Una localización que le otorga ya antes de conocerlo, un atractivo para los
visitantes ya que es lugar de paso hacia la Alpujarra.

Existen restos de yacimientos arqueológicos
desde la ocupación musulmana, época en la que esta villa alcanzó su
máximo esplendor, gracias al cultivo de la uva y los cítricos.
De este periodo se conservan algunos jardines y, sobre todo, la fisonomía de sus calles y de sus casas.
En su centro urbano hay varios monumentos destacados
que merecen una visita, como la Iglesia Parroquial dedicada a San Juan
Bautista, es de estilo mudéjar y además es una de las más bellas de toda
la provincia.
Además de este templo religioso se conservan
varias ermitas en buen estado, son las de Don Cosme y Damián. Aunque el
Ayuntamiento local también llama la atención por sus columnas y
capiteles.
Si decidimos recorrer las calles de
Instinción admiraremos las casas señoriales decimonónicas, con claro
aspecto burgués que forman parte de su fisonomía urbana.
Aunque si hay algo que llama la atención en
esta localidad es el lugar donde se ubica, ya que esta elevación del terreno profiere unas preciosas vistas de toda la comarca.
Son alrededores perfectos para los amantes del senderismo que encontrarán a su paso cultivos de parrales, de cítricos y olivos.
Laujar de Andarax
Este municipio de La Alpujarra almeriense se
encuentra enclavado en un valle formado por la Sierra de Gádor y Sierra
Nevada, un entorno ideal para los amantes del turismo rural y de deportes al aire libre como el senderismo.

Pero además de naturaleza, Laujar de Andarax ofrece a viajero un interesante patrimonio histórico y cultural en el que destacan, por su
abundancia, las fuentes o pilares que se pueden ver repartidas por todo
su núcleo urbano.
Desde el punto de vista arquitectónico, el edificio más sobresaliente es la Iglesia Parroquial de la Encarnación,conocida también como la “catedral de La Alpujarra”.
Fue levantada en el siglo XVII sobre una antigua mezquita y muestra elementos de estilo
mudéjar en su exterior y barrocos en su interior. También son
interesantes la Ermita de Nuestra Señora de la Salud y el antiguo Convento de San Pascual Bailón, ambos fechados entre el XVII y el XVIII; el Ayuntamiento, del XVIII y estilo neoclásico; y casas señorialesen la calle San Miguel y en la de Granada.
Entre sus numerosas fuente destacan la de Los Cuatro Caños, la de San Blas, el Pilar de San
Antonio.
Las huellas de su pasado árabe se pueden contemplar en el llamado Cerro del Castillo,
donde quedan algunos restos de la antigua Alcazaba de Laujar de Andarax
donde residió el Rey Boabdil, así como vestigios de antiguas murallas y
torreones.
Los devotos del senderismo se encontrarán con numerosos caminos recuperados para tal fin, que también pueden ser recorridos a caballo o en bicicleta de montaña;algunos equipados con refugios y zonas de acampada.
Entre ellos está el de Los Cerrillos-El Encinar, que trascurre por la vía que antiguamente
comunicaba Laujar de Andarax con Fiñana y que comunica con otras sendas de interés como la de Monterrey y la de la Hidroeléctrica.
Hay que tener en cuenta que las tierras de este municipio forman parte tanto del
Parque Natural como del Parque Nacional de Sierra Nevada, y cuenta con uno de sus Centros del Visitante.
Ohanes
Las tierras del municipio almeriense de Ohanes forman parte tanto del Parque Natural como del Parque Nacional de Sierra Nevada, dos de los espacios protegidos más atractivos de Andalucía, y de especial interés para los amantes del turismo rural y los aficionados a la práctica de deportes al aire libre.

Este enclave ya atrajo al hombre en tiempos
prehistóricos, como lo demuestran los vestigios hallados en cuevas como las de Nieles y Almacena, que datan del Neolítico.
Y se cree que también la habitaron los romanos por su proximidad a una calzada romana. De
tiempos de los árabes quedan el trazado de sus calles estrechas y
serpenteantes y los restos de lo que fue una fortaleza nazarí.
Desde el punto de vista arquitectónico, los edificios más destacados de Ohanes son tres: el Santuario de la Virgen Tices, situado a unos tres kilómetros de su casco urbano y que se levantó sobre una antigua ermita a principios del siglo XIX; la Casa de la Torre, en la calle Tesoro y que cuenta la leyenda que fue construido por un virrey mejicano en el siglo XVIII; y la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción,
originariamente obra mudéjar del siglo XVI que fue reformada más tarde según los cánones neoclásicos.
También llamarán la atención del visitante la estatua del obispo Diego Ventaja, en la plaza del
Ayuntamiento; la estatua a Miguel de Cervantes, en la plaza de Juan
Cristóbal; y la Placilla del Altillo, en la parte más
alta pueblo y que actúa como un espléndido mirador desde el que se
obtiene una amplia panorámica del casco urbano de Ohanes.
De su entorno natural destacan, además de la
zona del citado santuario, el Collado del Espino, que cuenta con área
recreativa; la Majada de las Vacas, con refugio; el Peñón de la Polarda y
el Puerto de La Ragua.

El viajero que busque trabajos típicos de la artesanía de Ohanes encontrará objetos elaborados con esparto y artículos textiles como alfombras y tapices de estilo alpujarreño.
Padules
Un bello entorno natural que no deja indiferente a
quien lo visita junto con los rincones de estilo árabe que guarda
Padules en su interior, hacen de esta localidad un destino muy atractivo
para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad de la sierra.

Y es que su situación geográfica ha
propiciado que durante la historia, este municipio haya sido testigo de
numerosas rebeliones y conflictos que afectaban a sus pueblos aledaños.
El significado de su nombre dice mucho de
cómo es la villa, puesto que significa pequeñas lagunas, que antaño
recorrían la comarca.
Ahora queda en la memoria del visitante el sonido del agua cayendo por sus manantiales.
Pero antes de conocer este regalo de la
naturaleza es recomendable una visita a sus monumentos destacados, como
la Iglesia Parroquial, del siglo XVI y estilo mudéjar; así como la
ermita de Nuestra Señora de los Desamparados.
Además entre sus calles encontraremos rincones donde aún se puede apreciar el encanto árabe que
los dominó tiempo atrás.
Es momento ahora de adentrarnos en su entorno
natural y conocer la Cueva Caliente. Se trata de un lugar escondido
entre paredes verticales de agua que caen hasta formar un pequeño lago de aguas cristalinas perfectas para cuando el sol aprieta.
Para descansar una vez realizadas las rutas de senderismo, hay barbacoas cerca del río para disfrutar de una jornada en contacto con la naturaleza.
Paterna del Río
Este municipio de la sierra almeriense es famoso por las propiedades curativas de sus aguas, muchas de ellas, procedentes del deshielo y que han formando varios riachuelos que llenan de belleza a la localidad.
La influencia árabe es clara en esta villa, al comprobar que se divide en cuatro barrios perfectamente separados.

De sus yacimientos arqueológicos
destacan los restos de baños musulmanes en Guarros, donde permanecen
aguas gaseosas y ferruginosas, muy conocidas por sus propiedades
termales.
Del periodo medieval quedan algunos vestigios de lo que antaño fue una fortaleza denominada como
“Castillo de los Moros”.

Si damos una vuelva por el centro urbano de la localidad, podremos admirar la belleza de sus calles y de algunos de sus monumentos más destacados,
como la Iglesia de San Juan Bautista, data del siglo XVI y es de estilomudéjar.
Además conserva en su interior un altar mayor de gran valor; conjunto que ha sido catalogada como monumento histórico-artístico.
Pero si queremos disfrutar con fantásticas
vistas panorámicas de toda la localidad, es preciso acercarse al mirador
de Los Álamos, desde donde se puede divisar toda la comarca.
Sus alrededores están preparados para la práctica del senderismo,
en rutas señalizadas que nos adentrarán en parajes tan bellos como la Fuente Agria.
Aquí se encuentra una de los manantiales más famosos por sus propiedades curativas gracias a las aguas subterráneas que emanan de
la sierra.
Rágol
Se trata del municipio más occidental
de toda la comarca alpujarreña; una ubicación que convierte su paisaje
en diferente del resto de localidad de la sierra granadina.

El origen de su actual población lo encontramos en la dominación árabe de la que aún conserva muchas características. Los yacimientos arqueológicos
aparecidos dan fe de la importancia del agua para estas civilizaciones,
con construcciones de acequias y bancales para dirigirla.
Una herencia morisca que veremos al llegar
a su casco urbano, formado por calles estrechas y entrecruzadas que nos
llevarán hasta su monumento más destacado, la Iglesia Parroquial de San Miguel, del siglo XVII.
Es de estilo mudéjar y tuvo que ser reconstruida tras sufrir un devastador incendio durante la
Guerra de las Alpujarras.
Su entorno natural está ligado a la
belleza serrana de los montes que forman la parte sur de la Sierra de
Gador; una zona perfecta para dar paseos en contacto directo con la
naturaleza y con un paisaje formado por barrancos y cuestas conocidas, como la de Guadix y de Zaíro.
En relación a su artesanía, destacan los productos realizados en madera.
Santa Cruz de Marchena
Este pequeño municipio de La Alpujarra almeriense
fue, en tiempos de la dominación musulmana, una alquería dependiente de
lo que hoy es el municipio de Alboloduy, a la que llamaban Haratalgima.

Será tras la reconquista cristiana cuando cambia su nombre por el de Santa Cruz, añadiéndosele con el tiempo el apellido “de Marchena”.
Entre el caserío blanco de Santa Cruz de Marchena destaca La Iglesia de Santa María, que se construyó en el siglo XVI sobre lo que era su antigua mezquita y que muestra elementos de estilo mudéjar.
Uno de los atractivos más interesantes de Santa Cruz es que sus tierras forman parte del Parque Natural de Sierra Nevada, enclave protegido de Andalucía en el que se pueden practicar deportes como el esquí o el senderismo, entre otros muchos.
Terque
Para conocer el pasado de este municipio de La
Alpujarra almeriense, lo mejor es visitar su Museo Histórico. Fue creado
en el año 2002 con el fin de investigar y divulgar el patrimonio
antropológico y etnográfico de Terque, y está gestionado por el
Ayuntamiento y la Asociación de Amigos del Museo.

Entre el caserío de su casco urbano, son
llamativas las casas de estilo señorial de la época de esplendor que se
vivió gracias a la explotación de las minas de la Sierra de Gádor.
También destaca en este conjunto la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol,
que se construyó a finales del siglo XVI según los cánones del estilo
mudéjar, sobre lo que quedó del templo que ardió durante la rebelión de los moriscos.
Con el paso del tiempo, se le añadieron elementos de otros estilos arquitectónicos, como por ejemplo un altar churrigueresco y una
capilla barroca dedicada a la patrona de Terque, la Virgen del Rosario.
Las ruinas de una fortaleza en el Cerro de la
Matanza y las de un castillo musulmán en el Cerro de Marchena hacen
posible que Terque forme parte de la Ruta de los Castillos por
Andalucía.
Los amantes de la naturaleza deben saber que las tierras de este municipio están incluidas en el Parque Natural de Sierra Nevada, un enclave ideal para la práctica de numerosos deportes al aire libre.
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