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Filabres - Sierra Alhamilla

 

La comarca almeriense de Fibrales- Sierra Alhamilla está formada por un total de 13 pequeños municipios que, en su mayoría viven del campo y del turismo, casi siempre de carácter rural.

Quizás el más conocido sea el de Tabernas, donde se encuentran los famosos escenarios naturales y artificiales de muchas películas americanas del oeste.

Otros, como Lucainena de las Torres y Turrilles, tienen la fortuna de encontrarse en los límites del Parque Natural Sierra de Alhamilla, uno de los apreciados espacios protegidos con los que cuenta Andalucía.

También los hay que pertenecen a la Ruta de los Castillos por tierras andaluzas. Entre ellos destaca la localidad de Gérgal.

Pero el mayor atractivo de casi todos estos pueblos es, además de su entorno natural, su típico y tranquilo casco urbano de calles estrechas y empinadas, con caserío blanco en el que sobresale la iglesia parroquial.

Los municipios son : Alcudia de Monteagud ,Benitagla , Benizalón , Castro de Filabres , Gérgal, Lucainena , Olula de Castro ,Senés , Tabernas , Tahal , Turrillas ,Uleila del Campo,Velefique.

Alcudia de Monteagud

El corazón de este pueblo serrano guarda una de las mayores empedradas de todo nuestro país que llamará la atención de quienes visiten Alcudia de Monteagud.

Los primeros restos de yacimientos arqueológicos que han aparecido tienen unos 6.000 años de antigüedad, son vestigios de hachas de piedra de los habitantes que ocuparon cuevas cercanas.

alcudia de monteagud

Pero si queremos ver las huellas que aún permanecen en la villa, es preciso visitar la Torre de Alhabia, del siglo XII. Además de ésta, se conservan también la Torre de los Casares y la Torrecilla; como restos de fortificaciones que defendían antaño estas tierras.

En lo más alto de Alcudia de Monteagud de alza el Monasterio que da nombre a la localidad; un lugar que regala unas impresionantes vistas panorámicas de toda la sierra y sus municipios vecinos; hasta aquí se desplazan cada año en romería sus habitantes y los de la localidad de Benizalón.

Ya en su casco urbano es recomendable una visita a la Iglesia de la Virgen del Rosario, del siglo XVI y con el techo de estilo mudéjar; así como la Parroquia de Santa María, del siglo XVII.

Los amantes del senderismo encontrarán en esta localidad un destino perfecto pues podrán conocer sus alrededores serranos y disfrutar también de rutas hacia lo más alto del pueblo.

Para descansar es recomendable hacer noche en los numerosos cortijos que se alquilan, ya que el turismo rural tiene aquí nombre propio.

Benitagla

Si queremos disfrutar de unos días de descanso y dejar atrás el ruido y la contaminación de la ciudad, Benitagla es el destino ideal.

En este municipio el tiempo se detuvo siglos atrás, sus casas aún conservan el aspecto del siglo XVI y, como dato curioso, en sus calles no encontraremos ningún bar.

benitagla

Los restos que podemos contemplar de sus anteriores pobladores son las torres defensivas ubicadas en la Alquería de Alhabía, son vestigios de la ocupación morisca, mezcladas con el estilo de la cultura cristiana.

Aunque su casco urbano se desarrolla en torno a un gran árbol que ocupa el centro de su principal plaza, merece la pena una visita a la pequeña Iglesia de la localidad; en honor a San Juan.

Si continuamos de paseo por el pueblo comprobaremos que el estilo de sus casas nos devuelve a un tiempo remoto, fachadas blancas encaladas y techos de pizarra.

No existen rutas específicas para la práctica del senderismo puesto que sus alrededores son fáciles de conocer para los amantes de la naturaleza, que en Benitagla es intensa pero amena.

Por ello es recomendable disfrutar aquí del turismo rural; en un lugar que mezcla las huellas del pasado con la naturaleza en estado puro.

Benizalón

Se asienta entre montañas en un mirador desde donde poder admirar bellas vistas panorámicas de las sierras cercanas a la villa.

benizalon

Pero es preciso conocer su pasado a través de las huellas que ha dejado el paso del tiempo; el aspecto de sus calles y sus casas es claramente morisco, aunque hay otros yacimientos arqueológicos.

Es el caso de las ruinas de Belemina, antaño fueron un cuartel y una casa señorial; y se asientan sobre unas ruinas donde se pueden contemplar perfectamente las estructuras de lo que fueron numerosas casas y hasta un cementerio.

Un poco más lejos, se aprecian los vestigios de su muro defensivo.

La influencia árabe ha convertido a Benizalón en un testigo mudo de la fisonomía de Al-Andalus; por eso tras un paseo por sus calles, el visitante tendrá una idea clara de cómo era la vida siglos atrás.

Pero hay otros monumentos destacados en la villa, como la Iglesia de Santa María, del siglo XVI y en cuyo interior alberga un coro que no defraudará a los que se acerquen a contemplarlo.

Y completa el capítulo de edificios religiosos la Iglesia de la Virgen de las Angustias, de estilo mudéjar.

Hay varias zonas recomendables para disfrutar de la naturaleza que rodea Benizalón, el visitante podrá dar paseosmuy agradables por los parajes de El Almendral, la Galera y Era Alta.

Un destino perfecto también para el turismo rural.

Castro de Filabres

El origen de esta población tiene nombre de mujer, ya que fue la reina bereber Al Kahima, la que fundó la población actual, antaño tan sólo un campamento que coronaba la sierra de los Filabres y que lo hacía huyendo de la ocupación árabe.

Aunque éstos fueran sus primeros pobladores, allá por el siglo VIII; la mayor parte de los restos arqueológicos que encontraremos en esta villa datan de la Edad Media. Es el caso del castillo que se construyó para su defensa y del que tan sólo quedan ya ruinas.

castro de filabres

Y es que Castro de Filabres ha sido desde siempre el lugar elegido por aquéllos que huían por causas religiosas. La razón podemos buscarla en su ubicación geográfica, pues corona la sierra que le da nombre regalandobellas vistas panorámicas de la sierra. Además sus veranos son frescos y el aire de sus calles limpio; de ahí que muchos busquen entre sus rincones lo que la ciudad no puede ofrecer.

El monumento más destacado de su centro urbano es la Iglesia Parroquial de Santa María del Rosario, del siglo XVII, en su interior conserva una imagen de la virgen de gran valor, que es, además, patrona de Castro de Filabres.

Además de disfrutar de la paz y la tranquilidad de sus calles y de sus casas, aún realizadas con pizarra; es preciso conocer su entorno natural. Un enclave perfecto para la práctica del senderismo al ubicarse en la ladera de la montaña y en plena sierra de los Filabres.

Gérgal

Una visita a Gérgal es la última parada antes de llegar al desierto almeriense. Asentada sobre la ladera de la sierra de Filabres y coronada por un majestuoso castillo, esta villa ha sabido resistir al paso del tiempo y de las distintas civilizaciones que la han ocupado.

gergal

Los primeros pobladores de los que existen restos de yacimientos arqueológicos son de origen bereber: sepulturas de santos y de herramientas de labranza; vestigios que se pueden visitar en los parajes de El Almendral y El Sepulcro.

Pero si hay algo que llama la atención del visitante nada más llegar a la villa es el Castillo que se alza sobre la ladera de la montaña que sirve de abrigo al municipio. Se trata de una gran fortaleza del siglo XVI que sirvió de refugio y defensa en tiempos pasados; incluso fue elegido para defender la provincia de Almería del asedio de los piratas.

Tras muchos años de abandono ha sido restaurado y aunque es de propiedad privada puede visitarse sin problemas.

Otro monumento destacado que encontraremos ya en su casco urbano es la Iglesia de Santa María, de estilo mudéjar y del siglo XVI. Merece la pena entrar para conocer los diez altares que conserva en su interior.

Un recorrido por sus calles nos llevará hasta la plaza principal de Gérgal, de gran belleza, paseando entre casas blancas y calles empinadas; entre tejados aún de pizarra.

En sus alrededores es común la práctica de la caza y para los amantes de la naturaleza, hay rutas de senderismo.

Lucainena

Esta localidad almeriense ha atraído desde el Neolítico a numerosos pobladores gracias a la riqueza en metales de la que gozaba. Y es que sus minas de hierro otorgaron un esplendor que hoy podemos contemplar en la majestuosidad de los ocho hornos donde se calcinaba este mineral.

Aunque el origen de su población actual lo encontramos en la época romana con restos arqueológicos de lo que fue toda una villa romana.

Más tarde llegó con la ocupación musulmana y con ella su denominación actual puesto que la localidad se rodeó de una muralla y siete torres que defendían a sus habitantes, razón por la que pasó a denominarse Lucainena de las Siete Torres; quedando más tarde reducido a su actual nombre: Lucainena de las Torres.

lucainena

Ya en siglo XVII se construyó la Iglesia Parroquial de Santa María, que se conserva en buen estado; aunque la patrona de la villa es la Virgen de Monte Sión.

Si continuamos el recorrido por el pueblo llegaremos a su plaza principal donde se ubica el Ayuntamiento y un árbol centenario. Además conserva intacto un lavadero público y una fuente donde se puede beber agua de la sierra.

Su entorno merece una visita sólo por conocer las antiguas minas de hierro y también la fuente de aguas sulfurosas que se ubica donde antaño se construyeron unos baños públicos; pues, según cuenta la leyenda esas aguas tienen propiedades curativas.

Así que Lucainena es un destino perfecto para los amantes del turismo rural que quieran pasar unos días admirando paisajes que mezclan tradición y naturaleza.

Olula de Castro

En la Sierra de Filabres hay varios pueblos cuyo origen tiene nombre de mujer y Olula de Castro es uno de ellos. La reina bereber Al Kahima es el punto de partida de su población actual

Sin embargo existen restos de yacimientos arqueológicos que dan fe del establecimiento de población aquí desde la Prehistoria. Unos vestigios que se encuentran en las zonas conocidas como el Huerto del Moro y el de Los Rodeos.

olula de castro

Pero si algo tiene de espectacular esta villa es su ubicación geográfica ya que, además de tener forma de triángulo, se encuentra en la ladera de esta sierra almeriense desconocida para muchos.

Ya en el casco urbano de Olula de Castro, el visitante podrá disfrutar de la belleza de esos pequeños rincones escondidos entre las calles estrechas y empinadas; herencia de otras culturas.

De hecho no es extraño ver en los balcones de las casas infinidad de macetas que parecen dar la bienvenida a los que elijan esta localidad como destino. Su monumento más destacado es la Iglesia Parroquial.

Y si lo que tiene el viajero es afán de aventura es recomendable una visita a la zona llamada Verdelecho, donde se puede practicar senderismo; o bien llegar hasta el final de la cuesta que discurre cercana a la carretera, para contemplar los barrancos y las formas geométricas que ha trazado la naturaleza con el paso de los años.

Senés

Desafiante al paso del tiempo y de las civilizaciones, Senés se distribuye a lo largo de la falda de la sierra de los Filabres formando un auténtico balcón natural hacia el desierto de Tabernas; un paisaje que contrasta con la vegetación serrana formada por pinos, encinas o romero.

El origen de su actual población es árabe aunque hay restos de poblaciones muy anteriores, ya que desde la Prehistoria hubo asentamientos humanos en Senés.

senes

Los vestigios más importantes se pueden admirar en las zonas de Cuesta Roca, Cerro del Mortero y El Cortijillo. En ellos se conservan inscripciones árabes, ruinas de lo que fueron casas, grabados rupestres en las rocas o incluso restos de una fundición de hierro que data del siglo XII.

Una vez lleguemos a su casco urbano, merece la pena dar un paseo por sus calles y contemplar la estructura de sus casas y sus tejados, algunos de pizarra.

El monumento más destacado de la localidad es su Iglesia Parroquial de estilo mudéjar, construida en el siglo XVI.

Además de disfrutar de la tranquilidad de un pueblo serrano, en Senés se puede beber agua procedente de los manantiales de la sierra en las fuentes que encontraremos distribuidas por el pueblo.

Y en sus alrededores hay ofertas de ocio para todos los gustos, desde cotos de caza, hasta rutas de senderismo, de bicicleta de montaña o ala delta

Tabernas

Este municipio almeriense cuenta en su término municipal con un valioso tesoro: el impresionante desierto de Tabernas. Declarado Paraje Natural, ha sido escenario de infinidad de películas desde los años 50.

tabernas

Directores como Steven Spielberg lo convirtieron en Nuevo México, Oklahoma o Texas, en películas donde Orson Welles, Harrison Ford o Claudia Cardinale fueron protagonistas.

Y aunque la majestuosidad de este desierto caracterice a Tabernas, no siempre ha sido así ya que según los restos de yacimientos arqueológicos que han aparecido, en otra época este era un terreno rico en fauna y flora. Algo que se puede constatar visitando el Poblado de Terrera Ventura, del periodo Neolítico.

Sin embargo, el origen de su actual población lo encontramos en la época romana y musulmana; testigos de su paso por la villa son las ruinas de la antigua fortaleza nazarí que defendió a sus habitantes del asedio y monumentos como la Ermita de San Sebastián, construida sobre una antigua sinagoga.

tabernas

Otros edificios de interés son la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, del siglo XVI, el Ayuntamiento y el Santuario de la Virgen de las Angustias.

Una vez conocido su casco urbano, es obligada la visita al Paraje Natural del desierto de Tabernas, lugar donde además de admirar la belleza desértica de laderas y barrancos; se pueden contemplar animales salvajes que están en semi-libertad.

En esta zona hay una media de 3.000 horas de luz solar al año, razón por la que se ubica aquí un importante centro de investigaciones científicas: la Plataforma Solar.

Tahal

Antes de llegar a las famosas canteras de mármol almeriense, justo en la ladera de una colina en plena sierra su sitúa Tahal en un emplazamiento que otorga al visitante preciosas vistas de toda la comarca.

tahal

El origen de su población actual lo encontramos en el periodo musulmán, ya que aún conserva el aspecto morisco de casas blancas, tejados rojizos y calles estrechas. Sin embargo, hay yacimientos arqueológicos que nos muestran que desde mucho antes ya se asentaba aquí un importante núcleo de población.

Hablamos de huellas del Neolítico y de la Edad de Bronce, aparecidas en el paraje de “Cerro del Mojón”.

cerro del mojon

Otro vestigio importante de la historia es la fortaleza que corona la localidad, se trata de un castillo del siglo XVI que está ya casi en ruinas.

En su casco urbano hay varios monumentos destacados que merecen una parada del viajero. Es el caso de su iglesia parroquial, que conserva una torre que antaño sirvió como lugar donde resguardarse del ataque enemigo.

Si continuamos recorriendo Tahal veremos una bonita fuente del siglo XVIII, una lápida de mármol fechada en 1881 y un antiguo horno donde se cocían antiguamente las tejas del pueblo.

Su entorno natural bien merece una visita, un paraje serrano perfecto para la práctica del senderismo o para dar tranquilos paseos disfrutando de un día de campo.

En su artesanía local característica son importantes los talleres de telares que desde hace años confecciones prendas, seda, paños y jarapas.

Turrillas

Nos encontramos en un municipio que se eleva sobre la sierra de Alhamilla para convertirse en un balcón natural de la depresión que discurre hasta la Sierra de los Filabres. Todo dominado por una gran torre que antaño sirvió a la localidad para defenderse de los piratas procedentes de Turquía.

turrillas

Sobre su pasado histórico, el origen de su actual población parece encontrarse en la mitad de la Edad de Bronce, puesto que han aparecido restos de yacimientos arqueológicos del periodo argárico.

Hay muchos lugares por conocer en este balcón de la sierra; justo antes de llegar a su casco urbano se puede acceder hasta la Ermita de San Antonio, un mirador que regala al visitante una preciosa vista hacia el horizonte.

Una vez lleguemos a su casco urbano merece la pena un paseo por sus calles, formadas por casas blancas con tejados rojizos, que dan un aspecto rural muy característico. Entre ellas llama la atención la torre de la Iglesia de Turrilas, data del siglo XVI y ha sido testigo de infinidad de enfrentamientos a lo largo de la historia de la localidad.

Otra huella del paso del tiempo son los vestigios de la muralla de Los Pichiriches, construida en la Edad de Bronce.

En el apartado de riqueza natural hay que destacar varios parajes que forman parte de Turrillas; son Los Zapos, Los Coloraos, Los Retacos y Los Escalmados; lugares todo ellos donde poder practicar senderismo y disfrutar de la naturaleza. Además son zonas que se han convertido en segunda residencia para muchos de sus habitantes o de la capital de Almería. Un enclave perfecto también para el turismo rural.

Uleila del Campo

Uleila del Campo es un municipio de contrastes, por un lado, su ubicación, entre la inmensidad del desierto de Tabernas y la sierra de Filabres; y por otro, en sus calles, estrechas y empinadas, donde encontraremos un majestuoso edificio: la Iglesia de Santa María.

uleila del campo

El origen de su actual población se remonta a la dominación bereber, como la mayoría de los municipios de la sierra almeriense.

Pero el monumento más destacado de la localidad es la Iglesia de Santa María, es de estilo neorrománico y llama la atención por su enormidad. Un majestuoso edificio religioso que se puede ver desde las afueras del pueblo.

Además esconde muchos rincones llenos de encanto que han permanecido inalterables a pesar de los años.

Es el caso de la plaza de los Álamos, lugar de reunión para la mayoría de los habitantes de Uleila del Campo, su popularidad es tan grande que hay días que parece festejarse algo, por concentrar en ella a cientos de personas.

Al situarse en un pico elevado, entre dos paisajes totalmente diferentes, esta villa constituye en sí misma un mirador natural hacia sus poblaciones vecinas y su entorno natural. En él, encontraremos zonas que han servido de escenario para el rodaje de películas y, por otro lado, lugares donde practicar la caza menor.

Velefique

Venlefique puede presumir de ser uno de los pueblos almerienses con más trayectoria histórica a sus espaldas. En la antigüedad era famoso por ser un pueblo de acogida, la razón hay que buscarla en la época musulmana cuando dio cobijo a una secta jarichí muy perseguida en Córdoba.

Aunque ya mucho antes, en el siglo VIII, sirvió como refugio para un grupo de bereberes que ocuparon toda la comarca, guiados por la reina al-Kahima.

velefique

Sin embargo, fue en la dominación árabe cuando alcanzó todo su esplendor. De hecho muchas de sus casas conservan aún hoy un aspecto blanco que sumado a la pizarra, el elemento común en sus calles, convierten en recomendable un paseo por la localidad.

Se conservan algunos yacimientos arqueológicos de importancia, como los vestigios de una antigua fortaleza medieval, ubicada justo en la ladera que conduce a la Sierra de Filabres.

Otro resto del pasado son las ruinas de la muralla de la Casa de la Balsa, cuyo origen data de la Edad de Bronce.

En su casco urbano hay varios monumentos destacados que pueden conocer los que visiten Venfique, es el caso de la Iglesia de Santa María, del siglo XV. Dentro guarda una valiosa imagen de la Purísima Concepción que se atribuye al taller de Alonso Cano. También quedan vestigios de una Mezquita rural.

Merece la pena dar una vuelta por sus alrededores, pues desde la torre de la Iglesia se vislumbra el amplio valle que da paso a la Sierra de Filabres, zonas perfectas para la práctica del senderismo.

 

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