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Rambla dels Caputxins
La rambla de los Capuchinos, también conocida como rambla
del Centro, comienza en el espacio conocido como Pla
de la Boqueria (Llano de la Boquería) -situado entre
la calle del Hospital, el Teatro
del Liceo y la entrada a la calle de la Boqueria
- y se prolonga hasta la plaza del Teatro. Este tramo
de la Rambla es la parte que primero fue paseo para
todos los que, por la mañana, se reunían con los amigos,
dando a esta parte de calle un aire popular. Las noches
en las que había representación de Ópera, el paseo se
transformaba con la presencia de la burguesía catalana
saliendo del Liceo.
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Empezando nuestro recorrido a partir del Pla de la Boqueria,
encontramos en el suelo una parte de pavimento decorado
por Joan Miró. A la derecha, el Teatro
del Liceo, reconstruido siguiendo fielmente el modelo
del antiguo teatro desaparecido en el incendio del 31
de Enero de 1994 y, pasada la calle Unión, aparece el
edificio del Hotel
Oriente construido en 1882. Los arquitectos Eduard
Fontseré y Juli Mariscal aprovecharon el antiguo colegio
de San Buenaventura, obra de Pere Serra (siglo XVII).
Al lado del hotel está ubicado el cuartel de la Guardia
Urbana del Distrito I, y si nos adentramos un poco más
en la calle Nou de la Rambla, encontraremos el Palacio
Güell, obra de Antoni Gaudí, empezado a construir en
el año 1885 y terminado en el año 1889. La fachada principal
es de piedra blanca con elementos modernistas y, en
su interior, hay que destacar la monumental escalera
de mármol que lleva al hall superior, recinto que atraviesa
verticalmente todo el edificio, como un patio cubierto
que recibe la luz desde la cúpula alta y de manera indirecta
a través de las ventanas con contrapuerta.
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Al lado
izquierdo de la Rambla, encontramos la calle de la Boqueria,
conocida por su comercio tradicional de tiendas antiguas,
y el Café de la Ópera, en frente del espacio en donde
se levanta el nuevo Teatro
del Liceo, uno de los cafés más antiguos que se
conservan en Barcelona, inaugurado en el año 1929. A
continuación viene la calle Ferran, que nos llevará
hasta la plaza Sant Jaume.
En la esquina de la Rambla con la calle Ferran había
en el año 1936 una antigua armería, Beristain, que más
tarde fue una tienda de artículos de deporte, destacable
por la elegante estructura de la fachada.
Siguiendo hacia adelante encontramos la entrada a la
plaza Reial (plaza Real), que, como la mayoría de espacios
públicos habían sido conventos o edificios religiosos.
Esta plaza ocupa el solar del antiguo convento de capuchinos
desde el año 1848, en que el arquitecto y urbanista
Francesc Daniel Molina la creó.
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A finales de siglo se instaló en dicha plaza la fuente
de hierro de Las Tres Gracias; los dos faroles de la
fuente, obra de juventud de Gaudí, tienen unos brazos
que arrancan de diferentes alturas, como si quisieran
imitar ramas de árboles. Las palmeras contribuyen a
darle su aire característico. La plaza ha sido reformada
en diversas ocasiones, la última por Antoni Milà i Federico
Correa, entre los años 1982 y 1983.
Conserva todavía una parte de los establecimientos antiguos
del estilo del siglo XIX. Yendo hacia la derecha, en
el rincón sur, se encuentra el romántico pasaje de Bacardí,
abierto en el año 1856, atravesado por un puente de
hierro que, originalmente, tenía los cristales pintados
con paisajes tropicales. Los pórticos del lado norte
han llegado a ser famosos como lugar de consumo de cerveza.
Volvemos hacia la Rambla y bajamos un poco: llegamos
a la plaza del Teatro. Aquí comienza el último tramo
de la Rambla: la rambla de Santa Mónica.
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