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Las pequeñas plazas y calles
 
Los rincones más entrañables de nuestra ciudad son pequeñas plazas, a menudo escondidas, como la plazoleta de Sant Just o la de Sant Felip Neri, y callejuelas que conservan aún su encanto de tiempos antiguos, como la calle del Call, la calle de Paradís y otras no menos representativas de la Barcelona romana y medieval, o calles como la de Montcada, que fue arteria señorial de la ciudad durante el siglo XIV. Para llegar a ellas tendremos que adentrarnos en pleno corazón de la ciudad antigua.

En el corazón de esta ciudad vieja, hay muchos lugares entrañables, por su historia y tradición, como corresponde a una ciudad de la que las primeras piedras datan de siglos muy lejanos en el tiempo, pero muy cercanos por la presencia real de sus manifestaciones arquitectónicas. Comprenderemos y apreciaremos mejor estos rincones si recordamos que los orígenes de la Barcelona actual se encuentran en el pequeño monte del Táber. La ciudad se fue extendiendo en el llano rodeado por las colinas de Monterols, el Putget, la Creueta, el Carmel, la Montanya Pelada y el Turó de la Peira, y la tribu de los Layetanos que se instaló en este terreno, se convirtió en la antigua ciudad ibérica de Laya, la cual dobló su extensión después de ser conquistada por los romanos, quienes le dieron el nombre de Colonia Favencia Julia Augusta Paterna Barcino.

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Paseo de Gracia y rambla Catalunya  
Todas las ciudades tienen, entre sus vías más importantes -por su trazado clave en las comunicaciones, sobre todo en las grandes ciudades- algunas calles que son vías comerciales amplias y concurridas, y que conservan un atractivo especial debido, sin duda, a su pasado, el cual no se pierde del todo con los cambios y remodelaciones necesarios para su adecuación a los nuevos tiempos.

En Barcelona, este fenómeno se hace patente en vías como el paseo de Gracia, y, especialmente, la rambla de Cataluña. Las terrazas de las cafeterías le dan vida, conjuntamente con las tiendas tradicionales y de oferta variada y las entradas a las modernas galerías comerciales llenas de luz. En su cruce con la Gran Vía encontramos una pequeña fuente luminosa, con cuatro "putti" sobre delfines.

 La casa Milà

 

No hemos de olvidar dos monumentos emplazados al comienzo y al final del paseo: un toro y una jirafa, llamados Meditació i Coqueta, respectivamente, obras de Josep Granyer de 1972. La instalación de estas figuras fue patrocinada por los vecinos de la rambla de Cataluña. Esta vía, de 30 metros de ancho, que nace en la Diagonal y acaba en la plaza de Cataluña, ha conservado el encanto de su paseo central bordeado de árboles.

El paseo de Gracia fue, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, el centro residencial de la burguesía catalana de más categoría. Pocas casas tenían tiendas en la planta baja, pero desde 1925 muchos de los edificios han sido transformados y tienen ahora comercios en esta planta.

Este paseo sigue la línea recta del antiguo camino de Barcelona al pueblo de Gracia, actualmente barrio de Barcelona. Fue el año 1827 cuando este camino se convirtió en un amplísimo paseo con árboles. A diferencia de hoy, la parte central estaba destinada a los paseantes. En el año 1853 fue iluminado con farolas de gas. Un jardinero italiano plantó en sus orillas unos jardines a los que llamó Tívoli (1848), nombre que aún conserva el teatro de la calle de Caspe.

El modernismo ha dejado también en el paseo de Gracia su huella en edificios como la casa Lleó Morera, de Domènech i Montaner, la casa Batllò , de Antoni Gaudí, y la casa Milà también proyectada por este último. En el tramo del paseo comprendido entre las calles de Consell de Cent y de Aragó, encontramos también el contraste de los edificios de Enric Sagnier, de estilo Luís XV modernizado y la casa Amatller , de estilo neogótico, obra de Puig i Cadafalch. La variación de estilos ha popularizado este sector con el nombre de manzana de la discordia.

El paseo de Gracia y la avenida Diagonal son dos vías que han aglutinado la circulación y el comercio, y son al mismo tiempo calles residenciales y lugares de emplazamiento de restaurantes, cines y locales diversos: galerías comerciales, discotecas, cafeterías...

 La casa Milà

 

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La Plaza Nova  
En plena ciudad antigua, junto con otras pequeñas plazas entrañables, como son la de Sant Josep Oriol, la de Sant Felip Neri, la plazoleta del Pi, la de Sant Just, la plaça del Rei...sorprende un espacio de gran amplitud y modernidad: es la plaza Nova, vestíbulo de la Catedral de Barcelona, que precede al Pla de la Seu (Llano de la Catedral), plazoleta que conduce directamente a las escaleras del templo.

En su origen, la plaza Nova era un llano como otros que se formaban frente a las puertas de la ciudad romana. En el año 1355 se convirtió en una plaza, cuando el Consejo de la ciudad decidió canalizar, hasta la plaza de Sant Jaume, las aguas procedentes de la sierra de Collserola. En abril de 1358 quedaba terminada la plaza, y, desde entonces, lleva el nombre actual. Hace pocos años se abrió para comunicar con la avenida de la Catedral. Las dos torres romanas conservadas, fueron completadas y reformadas, en gran parte, durante el siglo XII. En el siglo XVI se abrieron en ellas varias ventanas. La urbanización actual de la plaza se realizó en el año 1991, y, como dato curioso, diremos que está bajo la advocación de Sant Roc, cuya figura se encuentra en una de las torres.

 
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La plaza de Sant Jaume  
La plaza de Sant Jaume une, por las calles de Jaume I y Ferran, dos vías tan importantes como la Vía Layetana y la Rambla. Por su situación, en el corazón de la ciudad, tiene un pasado histórico que arranca de la época romana. Era originalmente el cruce de los dos ejes viarios (Decumanus y cardo maximus) que atravesaban la ciudad de norte a sur -actualmente las calles de la Llibreteria y del Call -y de oeste a este -actualmente las calles del Bisbe (Obispo), de la Ciutat (Ciudad) y de Regomir. La plaza de Sant Jaume, flanqueada por el Palau de la Generalitat (Palacio de la Generalidad) y el edificio del Ayuntamiento , adoptó su estructura actual el año 1840 y se inauguró con el nombre de plaza de la Constitución.

 
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La Rambla  
La Rambla es un paseo que se transforma según las horas del día y de la noche. Pocas calles como la Rambla tienen tan acentuada esta capacidad de cambiar su aspecto, el ritmo de su vida y, hasta sus olores y sus colores, según sea la estación del año y el momento del día.

Además de ser una calle que conserva, casi por completo, sus características primitivas, ha tenido, al mismo tiempo, como ninguna otra calle, una capacidad de asimilación de las huellas que en ella han dejado los diversos acontecimientos que se han producido a lo largo de las diferentes etapas de su historia.

Es un paseo para llevarse en el recuerdo.



 
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La plaza de la Sagrada Familia  
La plaza de la Sagrada Familia se ha convertido en un núcleo turístico y comercial muy importante. Se encuentra situada entre dos calles principales del Eixample (Ensanche): la calle de Mallorca y la calle de Provença (Provenza). Debe su nombre al templo de la Sagrada Familia , proyectado por Antoni Gaudí. La plaza ha sido remodelada, desde sus comienzos, con el fin de darle más amplitud y adecuarla a las necesidades que, actualmente, existen debido a la gran afluencia de visitantes al templo y de ciudadanos que habitan esta zona en la que se ha instalado el mercado municipal del mismo nombre.

 
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La avenida Diagonal  
La avenida Diagonal rompe la cuadrícula del plan Cerdà y atraviesa la ciudad oblicuamente, de levante a poniente. Su trazado va desde Diagonal-Mar hasta la salida de la ciudad, dirección Lleida y Madrid. Esta vía tan característica conserva edificios de un gran valor histórico y arquitectónico y monumentos representativos de la historia de Cataluña. Mencionaremos el palacete de Can Terrades, conocido también con el nombre popular de Casa de les Punxes , por sus torres de aguja. Este edificio neogótico está situado entre la calle del Bruch y la calle de Roger de Llúria.

El palacio Quadres, obra de Puig i Cadafalch de 1906, destinado actualmente al Museo de la Música , es también, entre otras construcciones, merecedor de mención. Está situado entre la Vía Layetana y el paseo de Gracia.

 
Una amplia zona de esta avenida está dedicada al comercio: podemos encontrar en ella grandes almacenes, galerías comerciales y tiendas de firmas prestigiosas. También es zona de restaurantes y cafeterías, y espacio que acoge organismos oficiales y empresas destacadas. La Diagonal, junto con el paseo de Gracia, es una de las vías más señoriales de Barcelona.

Hay que destacar también la parte en la cual están situadas las diferentes facultades de la Universidad de Barcelona y de la Politécnica. Esta zona es la llamada Zona Universitaria en la que se encuentra el Palacio Real de Pedralbes que tiene una gran zona ajardinada, abierta al público.

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La plaza de Sant Just  
Esta plazoleta es uno de los lugares que conservan mejor el carácter de la Barcelona tradicional, por el hecho de no haber sufrido la decadencia de otros núcleos antiguos, ni los efectos del progreso, que han hecho perder una parte de su encanto a calles como la Rambla o el paseo de Gracia.

La plaza de Sant Just es una parte que quedó, en el siglo XIX, del viejo cementerio de Sant Just, en el cual, según la tradición, fueron enterrados los primeros mártires cristianos de Barcelona. Destacamos la fuente gótica que se encuentra en la esquina de las calles de la Palma de Sant Just y de Lledó. Fue fundada por Joan Fiveller, en el año 1367.

 
La fuente ha recibido influencias de la época neoclásica, pero conserva una imagen de Sant Just, unos halcones alusivos a las cacerías del fundador y los escudos del rey y de la ciudad. En el ángulo entre las calles de la Daguería y del Bisbe Cassador (Obispo Cassador) se levanta el Palau Moixó (Palacio Moixó).

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La Gran Vía  
La Gran Vía de las Cortes Catalanas es una de las principales calles de la ciudad y la de mayor longitud; atraviesa la ciudad del sudoeste al nordeste. Encontraremos en ella edificios importantes por su arquitectura, por su historia, y por ser sede, en la actualidad, de entidades públicas, como, por ejemplo, la central de la Universidad de Barcelona y el Instituto Catalán de la Salud. Hay que mencionar también los edificios de los cines Comedia y Coliseum , antiguos palacios particulares, de arquitectura destacable. Encontramos, también en esta vía, los edificios de los hoteles Avenida Palace , Havana Palace y HUSA Palace (antiguo Hotel Ritz).

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La calle y la plaza de Sant Felip Neri  
Tanto la pequeña calle de Sant Felip Neri como la plazoleta del mismo nombre, forman un rincón de un sabor muy particular. Para quien, por primera vez, se adentra en esta calle sin salida, es una sorpresa el encuentro con la plazoleta al final del corto recorrido de la callejuela romana.

La plaza, originalmente parte del cementerio llamado "de Montjuïc del Bisbe", tiene en el centro un surtidor que hace las delicias de las personas que contemplan este conjunto formado también por la iglesia que lleva el nombre del santo y dos casas renacentistas: la del gremio de caldereros y la del gremio de zapateros.

La casa del gremio de caldereros estaba situada originalmente en la calle de la Bòria. Al desaparecer una parte de esta calle, por la construcción de la Vía Layetana, la fachada de la casa gremial fue trasladada a la plaza Lesseps. Posteriormente fue de nuevo trasladada a su actual emplazamiento.

 
En el lado derecho de la plaza hay otra casa gremial renacentista: la del gremio de zapateros, actual sede del Museo del Calzado. En su fachada puede verse el león de San Marcos, patrón del gremio.

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La plaza de Espanya  
Fue urbanizada en el año 1929, año de la Exposición Universal, celebrada en Barcelona. En el centro de la plaza hay una gran fuente, obra del arquitecto Jujol, discípulo de Antoni Gaudí, ornamentada con esculturas de mármol y bronce realizadas por Miquel Blay. El conjunto de edificios de obra vista se deben a Nicolau Maria Rubió i Tudurí, y fueron hotel durante la Exposición.

Las remodelaciones realizadas en años sucesivos han ido transformando la plaza, pero aún se conservan las dos torres de Ramon Raventós que dan entrada a la
Fira de Barcelona y a uno de los accesos a la montaña de Montjuïc, en la cual se pueden visitar los jardines de Aclimatación , los de mossen Cinto Verdaguer , mossen Costa i Llobera , los dedicados al poeta Joan Maragall y disfrutar de una vista extraordinaria de toda la ciudad desde diversos lugares de la montaña.

 
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Calle y plaza de Montcada  
Cerca del ábside de la iglesia de Santa Maria del Mar , hay, a la derecha, la plazoleta de Montcada por la que entramos en la calle del mismo nombre.

Pocas calles como esta despiertan en el corazón de los barceloneses, de nacimiento o de adopción, el sentimiento de interés por épocas pasadas, debido a su conjunto artístico e histórico de características poco frecuentes. La calle recibe este nombre por la saga de magnates que en ella vivió: por sus hechos y sus personajes.

Los Montcada estuvieron al servicio de los Condes de Barcelona y, hacia la mitad del siglo XI, llegaron a ser la primera potencia del país. La fundación del
Monasterio de les Santes Creus marca el momento culminante de la familia. Ocuparon la mayor parte de los cargos clave del país y, en el período del su máximo esplendor, Guillem Ramon de Montcada fue nombrado regente durante la minoría de edad de Alfonso II.

Los palacios de la calle de Montcada han sido reconstruidos en diferentes períodos y actualmente acogen instituciones como
Omnium Cultural, en el Palau Dalmases, y museos, como el Picasso , alojado en los palacios Aguilar, Castellet y Meca, y el palacio de los Cervelló, ocupado actualmente por la galería de arte Maeght .

 
 
El palacio de los marqueses de Llió, antiguamente sede de la Reial Acadèmia de Bones Lletres, contiene actualmente el Museo Textil y de la Indumentaria .

Otros edificios muy interesantes por su arquitectura son: la casa de la torre trífora, la casa ocupada antiguamente por el asilo Bressol del Nen Jesús (Cuna del Niño Jesús), la casa de la celosía, la casa de la gran arcada y la casa de la puerta toscana.

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La plaza de la Universidad  
Este espacio debe su nombre al edificio de la Universidad de Barcelona , obra del arquitecto Elies Rogent (1821-1897), construida dentro de un estilo basado en el románico catalán. La fachada y el vestíbulo están inspirados en las formas del monasterio de Poblet . Dan vida a la plaza el ambiente estudiantil y el hecho de ser punto de confluencia de calles de gran movimiento comercial, como son la ronda Sant Antoni, la calle Pelai, la ronda Universitat y la calle Tallers.

 
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La plaza del Rey  

La plaza del Rey es la unidad urbana más noble de la Barcelona vieja. Al fondo, se levanta la fachada del Palau Reial Major (Palacio Real Mayor) en el que se encuentra el Salón del Tinell.

A la derecha, está la Capilla Palatina o Capella de Santa Àgata (Capilla de Santa Agueda) y, a la izquierda, el Palau del Lloctinent (Palacio del Lugarteniente) que albergó durante algún tiempo el Archivo de la Corona de Aragón, actualmente trasladado a la calle Almogàvers.

A la derecha, haciendo esquina con la calle del Veguer, está la casa Clariana-Padellàs, en la que se aloja actualmente el Museo de Historia de la Ciudad.

 
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La plaza de Catalunya  

La plaza de Cataluña es el centro de la ciudad, en ella confluyen calles tan importantes como el paseo de Gracia , la rambla Catalunya , la Rambla y el Portal de l'Angel, todas ellas calles concurridas por gran número de ciudadanos y visitantes. Esta plaza cuenta con comercios, cafeterías, entidades bancarias... y es también centro importante de comunicaciones urbanas.

El 17 de Octubre de 1986, gran número de ciudadanos se concentraron espontáneamente en esta plaza, para conocer el nombre de la ciudad que había de ser designada sede de los Juegos Olímpicos de 1992. La pantalla gigante que retransmitía la ceremonia de proclamación fue la gran protagonista del momento histórico de la proclamación de la ciudad de Barcelona como sede de estos Juegos.

 
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Las plazas de Sant Josep Oriol  
Al final de la calle de Petritxol encontraremos dos plazoletas vecinas, en primer lugar la del Pi, y a su lado, separada por una callejuela, la del Sant Josep Oriol. En la plaza del Pi hay, desde hace pocos años, un pino como el que hubo cuando se abrió la plaza, y que dió nombre a la misma. Encontramos dos edificios frente a la iglesia gótica de Santa Maria del Pi (siglo XV): el local del Gremio de Revendedores (1685) y la casa de la Congregación de la Purísima Sangre.

Como dato curioso, diremos que, provienen de la iglesia del Pi, los famosos gigantes de este mismo nombre, recuperados popularmente en 1960, como recuerda un plafón de cerámica a la entrada de la calle de Petritxol.

 
En la plaza del Sant Josep Oriol, se instalan, todos los fines de semana, pintores que venden sus obras. En esta plaza puede verse la estatua que representa al dramaturgo Àngel Guimerà. Es obra de Josep Cardona y fue instalada en 1983. También encontramos el edificio del nuevo palacio Fiveller, de 1571.


La calle de Petritxol

Bajando por la
Rambla hasta la calle de la Portaferrissa, encontramos a la derecha, la entrada a la calle de Petritxol. Es ésta una calle estrecha, recogida, pero con la vida que le dan las pequeñas salas de arte, los comercios tradicionales y las chocolaterías y pastelerías típicas, algunas de ellas renovadas, en las que los ciudadanos y visitantes pueden disfrutar degustando las especialidades típicas de nuestra tierra. Es una "dulce" calle, como la llama Josep Maria Huertas, y es una calle que guarda como un tesoro sus rincones más antiguos, en los que podemos ver mosaicos representando imágenes que conmemoran efemérides sucedidas en esta calle, y hornacinas con imágenes antiguas.

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La plaça Reial  

En el lado derecho de la Rambla , una vez pasada la calle Ferran, se abre la plaza Reial, uno de los espacios de la ciudad de más tradición e interés, por su configuración y la vida que en ella se desarrolla. Como una gran parte de los espacios públicos de la ciudad antigua, la plaza Reial ocupa el solar del antiguo convento de capuchinos. Fue creada en el año 1848 por el arquitecto y urbanista Francesc Daniel Molina.

Esta plaza, remodelada en diversas ocasiones, es actualmente punto de reunión de un público muy heterogéneo, el cual encuentra en este espacio, un lugar para sentarse y tomar unas copas al aire libre en las terrazas bajo los porches acogedores que la caracterizan. En el centro de la plaza está la fuente llamada de las "Tres Gràcies". Las dos farolas de la fuente son obra del joven Antoni Gaudí.

 
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