Castilla León |
Canal de Castilla.Burgos, Palencia y ValladolidUna cicatriz de agua surca la llanura castellana. Se trata del canal de Castilla, la idea visionaria del marqués de la Ensenada, ministro ilustrado de Fernando VI, que en pleno siglo XVIII tuvo la idea revolucionaria de unir las capitales castellanas con el puerto de Santander mediante una red de canales navegables que facilitaran el comercio y el tránsito de mercancías. La obra quedó inconclusa, pero nos legó 207 kilómetros de cauce, dividido en tres ramales diferentes en forma de Y que unen Medina de Rioseco, Palencia, Valladolid y Alar del Rey. Las carreteras locales y los caminos de sirga que bordean el canal permiten disfrutar en coche y a pie de uno de los parajes más singulares de la comunidad castellano-leonesa. Alar del Rey, a 80 kilómetros de Palencia, es el límite norte de esta inacabada obra de ingeniería. Allí confluyen el canal, el río Pisuerga (del que toma las aguas) y la carretera nacional 611. Desde aquí hay 75 kilómetros y 24 esclusas hasta Calahorra de Ribas, donde se separan los otros dos ramales. Se pasa por Herrera de Pisuerga, donde la antigua casa del esclusero ha sido rehabilitada como Centro de Interpretación del Canal, y por Frómista, localidad monumental donde hay que visitar la magistral iglesia románica de San Martín. Desde Calahorra de Ribas se puede seguir el ramal de Campos, de 78 kilómetros de longitud, que se alimenta de las aguas del río Carrión y termina en Medina de Rioseco. Este ramal es el que menos esclusas tiene, solo siete, pues discurre por la zona más llana. El canal excavado termina en Medina de Rioseco, una de las ciudades más prósperas de Castilla en el siglo XVI, a la que se llamó la «India Chica» por sus riquezas. Si por el contrario en Calahorra de Ribas se toma el ramal sur, la ruta conduce tras 9 kilómetros hasta Palencia, la primera capital que atraviesa el canal de Castilla, que ofrece un casco urbano agradable y muy tranquilo salpicado de monumentos, entre ellos su célebre catedral. A 54 kilómetros está Valladolid, la ciudad más importante de la corona de Castilla desde el siglo XII al XV. |
Arribes del Duero.Zamora,SalamancaContemplados desde el aire, los Arribes del Duero son un enorme costurón en forma de S ciclópea que separa España de Portugal. Desde el interior del cauce, son 120 kilómetros de interminable desfiladero por el que el Duero fluye cautivo, entre paredes que alcanzan más de 200 metros de altura, un surco gigante tallado en el negro granito. Ocho presas domestican ahora el caudal en este cañón oculto. La más espectacular es la de Aldeadávila, instalada en un tétrico farallón de granito de 280 metros de altura cuya sola visión da vértigo; el lugar es tan angosto que todas las turbinas e instalaciones de la presa tuvieron que colocarse en una gran bóveda ahondada en el interior de la montaña. Cuentan quienes conocieron los Arribes antes de ser represados por los embalses que el Duero era tan bravío y peligroso aquí que más de un vecino y más de dos contrabandistas se dejaron la vida en el intento de cruzarlo. Las legiones romanas nunca pudieron superar el paso de las Estacas, sumergido ahora decenas de metros entre las presas de Villalcampo y Castro; tal era la fuerza con la que el agua se despeñaba. Y cuenta también la sabiduría popular que no hubo lobos en Sayago (la zona sur de los Arribes) hasta que se construyó en 1914 el puente de Bequejo, comúnmente conocido como «el puente Pino», el primer enlace entre las dos orillas de estos abismos zamoranos. Y es que los Arribes siempre fueron un lugar infranqueable, coto de contrabandistas y filibusteros. También sufrieron el olvido y el atraso, al ser frontera entre dos reinos, Portugal y España, que por mucho tiempo no les prestaron atención. Por el lado español, los Arribes han sido declarados parque natural por su rica flora y fauna. Hay un barco turístico que parte desde la presa de Miranda do Douro, con capacidad para 120 personas, para hacer recorridos fluviales por el Duero y los Arribes. El paseo es muy recomendable por ser de carácter divulgativo sobre el medioambiente. Desde la embarcación se observan los buitres leonados, las águilas reales y perdiceras, los alimoches y las cigüeñas negras que forman parte de la rica fauna que vive en los Arribes. |
Casco antiguo de ZamoraEl Itinerario de Antonino, «primer mapa de carreteras» de España, cita sobre las márgenes del Duero una mansio (estación de servicio de la calzada romana) llamada Ocellum Duri, algo así como «los ojos del Duero». Con el tiempo, este nombre fue cambiando y llegó a convertirse en Zamora, «la bien cercada», una de las capitales históricas de Castilla y escenario de alguno de los principales episodios de la época medieval. Uno de estos episodios fue el que originó la famosa frase «Zamora no se tomó en una hora», en referencia al asedio de siete meses al que la sometió Sancho II el Fuerte. Zamora no se puede visitar en poco tiempo, pues su casco histórico está cuajado de edificios singulares. El primero de todos, la catedral, es una obra cumbre del románico castellano. Aunque parezca increíble, fue construida en el tiempo récord de 75 años, un hito para aquella época. Tiene la sobriedad y sencillez de líneas propias del románico, pero sus diseñadores añadieron ciertos elementos bizantinos que la diferencian de cualquier otro edificio de esa corriente artística. Entre ellos está el cimborrio, la cúpula que cubre el crucero mediante 16 gallones cóncavos soportados por capiteles corintios y rematados por un tejado de escamas de piedra, cuyas curvas y ritmos contrastan con la severidad de formas de la torre o de la nave principal del templo. La Zamora actual sigue envuelta por una fantástica muralla circular, vigilante sobre las llanuras que baña el Duero. En su interior, la nobleza y el clero castellanos fueron levantando grandes construcciones desde el siglo XII. La torre pentagonal del castillo y su foso custodian el primer recinto de murallas. El palacio episcopal se asoma a la inmensidad del valle, y a su lado está la casa del Cid, en la que se supone se hospedó el famoso caballero castellano. Entre las iglesias destacan las de San Isidoro, una de las más antiguas de la ciudad, y la de la Magdalena, donde vuelve a despuntar el románico más delicioso. |
Macizo Central de GredosGredos es la cadena montañosa más elevada del Sistema Central, una gran barrera de piedra que hace de frontera natural entre las llanuras extremeñas y la Meseta castellana. Este es un paso obligado de vías trashumantes y de rutas comerciales. Animales, pastores y viajeros se las apañaron desde tiempos inmemoriales para encontrar vados accesibles en esta formidable serranía de granito cuyo techo, el Almanzor, alcanza los 2.592 metros. Hay pasos históricos, como el puerto del Pico, donde los romanos trazaron una calzada que es una de las mejor conservadas de España. La altitud media, junto con la situación geográfica, permite la existencia de una variada gama de vegetación, desde el bosque mediterráneo en los valles a los prados alpinos en las cumbres. Por encima de 1.700 metros Gredos es un reino de piedra donde solo piornales y enebros chaparros son capaces de colonizar las formas redondeadas del granito. La cabra montés, de la que existen más de 3.000 ejemplares, es el símbolo de la fauna de Gredos. También abundan el zorro, el jabalí, el tejón, la jineta y, en menor medida, el lince y el gato montés. El río Tiétar marca la frontera sur de Gredos, mientras que la norte, la más frecuentada por senderistas y montañeros, está drenada por los cauces del Alberche y el Tormes. Navarredonda de Gredos y Hoyos del Espino son los dos centros de servicios de estacara septentrional. Ambos presentan unos cascos urbanos sencillos, con más construcciones modernas que tradicionales, pero su encanto reside en su ubicación. Tanto Navarredonda como Hoyos son la base ideal para plantear incursiones al interior del macizo. Se puede llegar en coche hasta la Plataforma, a 11,5 kilómetros de Hoyos del Espino, y desde allí abordar cualquiera de los itinerarios que cruzan la sierra. El más frecuentado lleva hasta la laguna Grande, el circo de Gredos y el refugio Elola. Se puede disfrutar de la soledad de la alta montaña y asimismo de excelentes paisajes a través de la senda que lleva al puerto de Candeleda, divisoria entre las aguas del Alberche y el Tiétar. Por el lado sur una de las excursiones clásicas es la que sube hasta el refugio Victory y los Galayos. El refugio es una cabaña de piedra con servicio de radiosocorro inaugurada en 1949 al pie de unas espectaculares agujas graníticas conocidas como «el Galayar» o «los Galayos». |
Covarrubias.BurgosEl río Arlanza es un cauce burgalés en torno al cual el conde Fernán González fundó en el siglo X el primer condado de Castilla. El territorio es, por lo tanto, rico en historia y en ciudades monumentales, como, por ejemplo, Covarrubias, una de las localidades más importantes en la protohistoria de este reino castellano de origen medieval. La historia de Covarrubias está estrechamente ligada a la de la infanta doña Urraca, nieta del conde Fernán González, quien fue abadesa y dueña de la localidad durante el siglo XI. Mucho ha cambiado la ciudad desde aquellos tiempos, pero la armonía de sus calles y la agradable uniformidad de la arquitectura castellana que lucen sus viviendas siguen atrayendo en la actualidad a viajeros de todas las procedencias. Es el mismo encanto que cautivó a los nobles, obispos y monarcas medievales que levantaron en Covarrubias bellas mansiones solariegas. La mayoría de estas magníficas viviendas se asoman a la plaza de Doña Urraca, donde antes o después confluyen todas las sendas urbanas que dan vida a la ciudad. Otro punto de interés es el Torreón, la construcción más famosa de Covarrubias. Pertenece a la antigua muralla medieval y, según la tradición, en él fue emparedada viva la pobre doña Urraca. A sus pies, un rollo jurisdiccional recuerda la independencia civil y jurídica de la ciudad. Un paseo por la actual Covarrubias, siempre que se huya de los agobios y las masificaciones de los puentes y el verano (la ciudad es uno de los principales destinos turísticos de la provincia de Burgos), es una inmersión en la paz y la quietud de una auténtica villa castellana del Medievo. El principal edificio religioso de Covarrubias es la colegiata. Se trata de un bello templo gótico al que se llega por un paseo arbolado junto al río Arlanza. En el claustro, también gótico, está enterrada desde 1262 la princesa Cristina de Noruega, esposa del infante Felipe de Castilla. Por eso la relación cultural de la ciudad burgalesa con el país nórdico es muy intensa y cada mes de octubre se celebra un festival de música noruega. Si el otoño ha vestido ya de ocres y amarillos los árboles de esa ribera, disfrutará de una de las más hermosas travesías urbanas, con el rumor del Arlanza a un costado y toda la carga histórica de los viejos muros castellanos de piedra y madera, al otro. |
Las Médulas.LeónUno puede haberlas visto mil y una veces en fotografías y vídeos, pero cuando está por fin delante de ellas, la sorpresa supera todas las expectativas. Son las Médulas, uno de los paisajes más sorprendentes de León. Para llegar desde El Bierzo no hay que usar la salida natural del río Valcárcel sino que hay que dirigirse hacia el sur, por la carretera nacional de Ourense y luego por la comarcal CL-536. Poco antes del pueblo de Orellán, varios carteles indican el acceso a esta maravilla natural . En estas antiguas minas de oro romanas, la acción combinada del hombre y de la naturaleza ha creado un paisaje irreal de pináculos y montañas rojizas tapizadas por un extenso bosque de castaños. Se aconseja ir al atardecer, cuando los últimos rayos del sol se acuestan sobre las arcillas encarnadas e incendian el escenario. Las Médulas fueron una región aurífera conocida desde la época astur, pero fueron los romanos los que las explotaron de forma industrial. Para ello excavaban galerías subterráneas por las que luego hacían circular agua a presión que arrastraba aluviones de tierra cargados de pepitas de oro, pero que a la vez desmoronaba el terreno. El resultado es un caos medioambiental lleno de armonía. Hay que subir hasta el mirador de Orellana, el último punto al que se puede acceder en coche, y luego caminar los últimos 600 metros a pie, antes de que el sol desaparezca por el horizonte. Cuando uno se asoma por fin a la barandilla del mirador el espectáculo que se despliega ante sus ojos es único e irrepetible. Los túneles con los que los romanos horadaron la montaña cedieron, hundiendo unas zonas de terreno y dejando otras elevadas, con paredes verticales de arcilla rojiza, como lienzos de arpillera. El cromatismo de esas tierras ocres y bermellonas resalta aún más el verdor del bosque de castaños que cubre todo el plano horizontal. Acá y allá aparecen pináculos de color rojo intenso que mueren en la espesura del bosque. Una sensación de paz infinita envuelve la escena. Nunca un desastre medioambiental produjo tanta belleza. |
Claustro de Santo Domingo de Silos.BurgosUna estrecha carretera remonta el río Mataviejas, un afluente del Arlanza, hasta llegar al monasterio de Santo Domingo de Silos, uno de los hitos del condado de Castilla. Se cree que desde época visigótica ya existió aquí una ermita o una pequeña iglesia, aunque el recinto actual empieza a tomar forma a partir del siglo XI, durante el reinado de Fernando I de León. En esa centuria empieza a construirse la estancia que ha hecho famoso a este monasterio benedictino: el claustro, una pieza maestra de la arquitectura medieval. Está formado por dos pisos con arquerías alzadas sobre columnas. Cada uno de los 64 capiteles está considerado una joya perfecta de la cantería, llena además de símbolos y misterios. Los enigmas empiezan incluso por el tiempo que llevó tallarlos. Mientras unos autores sostienen que se necesitaron más de 100 años para cerrar la arquería, otros mantienen que cada capitel pudo tallarse en apenas una semana. Las influencias también son variadas y misteriosas. En algunas zonas del claustro se aprecian detalles del románico francés del Languedoc que, sin embargo, desaparecen en otros capiteles, para dar paso a las maneras del arte califal islámico, lleno de alegorías de animales, aves, genios y centauros finamente tallados. Uno de los más fotografiados es el arco de las columnas torcidas. Aunque parezca una anomalía, fue una práctica habitual entre los canteros medievales, que marcaban así el final del trabajo de un maestro y la reanudación de las obras por parte de otro taller diferente. La entrada al claustro incluye también una visita a la botica del monasterio, reconstruida tal y como los monjes la mantuvieron durante varios siglos. Todos los días, durante los oficios litúrgicos, la comunidad de benedictinos que aún habita Santo Domingo de Silos reproduce el ritual dictado hace siglos por sus predecesores, donde el canto gregoriano tiene una importancia capital. Escuchar los cantos de los monjes de Silos bajo las naves neoclásicas diseñadas por Ventura de la Vega transporta a un mundo espiritual donde no existe ni la prisa ni lo mundano. Una experiencia vital a la que un poeta llamó el «fervor de Silos», que nos recuerda que el hombre, más allá de lo terrenal, está obligado a cultivar también la paz y la armonía de su espíritu. El monasterio tiene una hospedería, pero solo para hombres. |
Valle del Silencio.LeónDesde el borde meridional de la hoya que cierra El Bierzo una carretera de montaña estrecha y serpenteante remonta el río Oza. Los laterales de la pista asfaltada son una pared continua de bosque caducifolio de increíble frondosidad en el que se alternan castaños, chopos, serbales, nogales, fresnos y alisos. El cauce del Oza remolonea entre resaltes y pozas en este paraíso verde, húmedo y oscuro, sobre todo si se tiene la suerte de visitarlo en un día de niebla, que contrasta con la aridez y ausencia de arbolado de las cumbres de los montes Aquilanos. El valle del Silencio fue lugar predilecto de ermitaños y santos, quienes construyeron varios monasterios e iglesias. La carretera sube hasta la más famosa de todas ellas, la iglesia de Peñalba de Santiago, un pequeño templo mozárabe que es todo lo que queda de un monasterio fundado en el siglo Xpor san Genadio. El monasterio fue abandonado y los vecinos aprovecharon la piedra como cantera para nuevas construcciones. La primera sorpresa es el pueblo de Peñalba de Santiago, un pequeño museo en piedra que es una excelente muestra de la arquitectura popular berciana, en el que, por fortuna, ni una sola construcción moderna afea el conjunto. Las casas amontonadas que miran al valle, las balconadas de madera en forma de corredor y los techos de pizarra componen un conjunto urbano perfecto. Otra población rural de la montaña berciana es El Acebo, situada en pleno descenso del Camino de Santiago desde el alto de la Cruz do Ferro hacia Ponferrada. El Acebo también tiene una preciosa calle mayor llena de casonas típicas. Pero Peñalba de Santiago está mejor conservado. Caminando por sus calles solitarias (no hay forma de tropezarse con ningún ser vivo; parece como si la vida se escenificara solo de puertas para adentro) es fácil sentirse en el Medievo. Más aún cuando se accede a la sencilla iglesia mozárabe de Santiago por la portada del mediodía, con dos arcos de herradura sostenidos por columnas de mármol que bien podían ser la entrada a un hipotético túnel del tiempo. Desde Peñalba de Santiago parten varias rutas senderistas que recorren el valle del Silencio, pasando por la cueva de San Genadio y los valles laterales de Oza y Friguera |
Cuevas de Ojo Guareña y Valporquero.BurgosOjo Guareña, en las montañas del norte de la provincia de Burgos, es el segundo complejo subterráneo con mayor recorrido horizontal de toda España, con 110 kilómetros de galerías subterráneas exploradas y topografiadas; el primero, el sistema del Mortillano, en Cantabria, tiene solo 5 kilómetros más. Se trata de una gigantesca red subterránea distribuida en seis niveles diferentes que alberga una de las mejores colecciones de arte rupestre del país, por lo que fue declarada monumento nacional. Al abrigo de una de sus bocas (conocida como la sala del Ayuntamiento) se reunió durante siglos el concejo de los pueblos cercanos, una tradición que duró hasta 1924. En otra de las bocas se levantó la ermita de San Bernabé, un interesante eremitorio cristiano construido en el interior de una galería fósil de la cueva, y en cuyas paredes aún pueden verse unos frescos rupestres pintados hacia el siglo XVII que relatan el martirio de san Tirso. Desde el interior de la iglesia varias galerías comunican directamente con la cueva. Las primeras exploraciones de Ojo Guareña las llevó a cabo el grupo burgalés Edelweiss en el año 1956. La cueva se puede visitar con guía. Otra de las maravillas que la naturaleza esculpió bajo la capa terrestre de Castilla y León es el enorme complejo kárstico de Valporquero, en la Montaña leonesa, con acceso cerca de la localidad del mismo nombre. Solo está acondicionado a la visita turística un kilómetro de galerías, repartido entre siete salas diferentes, alguna de volumen tan colosal como la Rotonda, en cuyo interior cabría una iglesia. La Gran Vía es una enorme galería de más de 200 metros de longitud y 30 de altura donde los estratos de la caliza afloran de manera vertical. En la Sala Maravillas, la cristalización de la calcita ha creado miles de estalactitas puntiagudas, además de otras formas increíbles como las excéntricas, los macarrones, las banderas y todo un sinfín de preciosidades en piedra. Por debajo se oye la red activa por la que todavía circula el río Valporquero, accesible solo para espeleólogos experimentados. |
Laguna Negra.SoriaEste espejo lacustre es un lugar único para dar pábulo a todo tipo de leyendas. Desde antaño, el color de sus aguas y lo tétrico de los bosques y roquedos que ocluyen la laguna Negra dieron rienda suelta a la imaginación popular para fabular todo tipo de historias: que si su fondo no se conoce, que si está conectada con el mar, que si en ella se ahogó un vecino tras dar muerte a su hermano y que aún se oyen sus gritos desgarradores procedentes del lago en las noches de invierno. Situada en el extremo norte de la provincia de Soria, ya lindando con La Rioja, la laguna Negra es la más grande cubeta de origen glaciar que queda en los Picos de Urbión, el sistema montañoso donde nace el río Duero. Tras dejar el coche en una explanada y continuar a pie unos centenares de metros, aparece esta cubeta misteriosa y algo tétrica, atrapada por los negros roquedos de la sierra de Urbión, en la que se reflejan las historias de trágicas leyendas, la más famosa de las cuales, la de la Tierra de Alvar González, fue romanceada por el propio Antonio Machado, aunque una definición menos prosaica diría que la laguna es el resultado de la excavación de una lengua de hielo durante las glaciaciones del Cuaternario. Todo en ella, desde la quietud de los árboles al rumor insistente de una cascada que se desploma desde los altos farallones, incita a creer en la magia y en lo sobrenatural para explicar el encanto de este paisaje. Quizá por eso la laguna siempre fue un lugar sagrado para los pueblos de la comarca, cuyos habitantes han impedido a toda costa que los vehículos puedan llegar hasta el borde del lago y estropear su hechizo. La laguna resulta fascinante en cualquier época del año, pero quizá sea durante los crudos días del invierno, en los que la nieve pinta de blanco el telón negro de los pinares y una dura costra de hielo cubre su superficie, cuando muestre su más enigmática belleza. Por la izquierda de las paredes rocosas que la cierran asciende una senda bastante empinada que lleva a una meseta de pastizales y pequeñas pozas de agua. Aquí aparecen otras dos lagunas, la Helada y la Larga, que siguen a la Negra en tamaño y fama. |
Catedral de LeónEn una reutilización del espacio público sin parangón en la capital leonesa, sobre las antiguas termas de la Legio VII Gemina se levantó el palacio del rey Ordoño II. Más tarde, sobre sus ruinas se edificó la iglesia románica de Santa María de Regla, que a finales del siglo XII se desmontó por completo para levantar sobre sus cimientos la más bella catedral gótica de la península Ibérica. El primer templo leonés, cuyas obras se iniciaron hacia el año 1205, pero que no fueron rematadas hasta 1302, es hijo del Camino de Santiago y de las vanguardias estéticas que a través de él llegaron a la Península procedentes de Europa. Una de ellas fue el gótico, el estilo arquitectónico que cambió la concepción del arte en el mundo occidental. Los pesados muros románicos y los espacios pequeños y oscuros que caracterizaron las centurias anteriores evolucionaron hacia formas más esbeltas y armónicas, como lo hacía la mentalidad del hombre al borde de una nueva era histórica. El ser humano aspiraba a la superación, a estar más cerca de Dios, y las bóvedas y torres de sus catedrales se estilizaron hasta alcanzar alturas antes impensables. La catedral de León fue el reflejo perfecto de esta nueva forma de pensar y de crear. Altiva, vidriada, luminosa y colorista, heredera de catedrales francesas como la de Chartres, la Pulchra leonina, como se la llamó, es un delicado entramado orientado hacia Jerusalén, centro del mundo, cuyos 1.800 metros cuadrados de vidrieras desparraman en el interior una amalgama de luces y colores nunca vistos antes en templo alguno del Camino. Trazada en sus orígenes por arquitectos franceses, la iglesia sufrió importantes intervenciones en los siglos XVI y XVIII y está afectada por un mal de la piedra que corroe sus muros y sobre todo sus esculturas y obliga a una continua labor de mantenimiento. La catedral es en realidad un gran cofre del tesoro que contiene a su vez otras muchas pequeñas maravillas, como el pórtico, un alarde de escultura gótica; el rosetón central; el magnífico retablo mayor, con pinturas originales embutidas en un nuevo marco barroco añadido en 1740, o el impactante crucero, donde se unen todas las líneas maestras que han hecho del gótico un arte puro, altivo y airoso. |
Las Cinco Villas y el castillo de Mombeltrán. Ávila El castillo de Mombeltrán domina aún la cara sur de la sierra de Gredos y del valle del Tiétar, recordando el poder que sobre los cinco pueblos de esta comarca ejercieron durante siglos los duques de Alburquerque. La fortaleza tiene dos recintos de forma cuadrada, antemuro, escarpa y foso, y unos grandes torreones cilíndricos que defienden sus cuatro esquinas. Mombeltrán es la cabeza de las Cinco Villas, pero las otras cuatro no le quedan a la zaga en interés. Cuevas del Valle ha conseguido mantener el sabor arquitectónico más original. En San Esteban, sorprende su enorme iglesia parroquial, antigua fortaleza defensiva. Santa Cruz del Valle es la más pintoresca de las cinco. Villarejo del Valle completa el elenco. Detrás, la sierra de Gredos, un ecosistema con lagunas glaciares, más de 3.500 ejemplares de cabra montés y una vegetación de bosque mediterráneo en los valles y prados alpinos en las cumbres. |
Murallas de Ávila Ávila posee uno de los mejores recintos amurallados de toda Europa y el mejor conservado de cuantos rodean a una capital de provincia española, junto con Lugo. Las murallas de Ávila tienen un perímetro casi rectangular de más de 2,5 kilómetros, con nueve puertas, 88 torreones y 2.500 almenas, que le confieren una simetría hipnótica. De estilo románico europeo, su construcción se completó en la segunda mitad del siglo XII, siendo posteriormente restauradas y apuntaladas por Felipe II en el siglo XVI. La Puerta del Alcázar es la estampa más conocida del recinto y, como las otras ocho, tiene uno (o varios palacios) adosados cuyas familias se comprometían a defenderlas en caso de ataque. La muralla encierra uno de los cascos históricos mejor conservados de España. Se puede recorrer a pie casi la totalidad del adarve de la muralla. |
Cartuja de Miraflores y monasterio de las Huelgas Reales . Burgos En Burgos el gótico nos dejó mucho más que la catedral. A 4 kilómetros de la capital está la cartuja de Miraflores, donde una veintena de monjes cartujos lleva aún vida contemplativa según la regla de san Bruno: se empezó en época de Juan II (1453) y se concluyó en el reinado de Isabel la Católica (1484). Los pináculos, la puerta del claustro, las vidrieras, el retablo y el sepulcro de Juan II y su mujer, Isabel de Portugal, nos recuerdan que estamos ante una de las obras principales del gótico castellano. A las afueras de la capital burgalesa, en la margen izquierda del río Arlanzón, se levanta la abadía de las Huelgas Reales, monasterio fundado por Alfonso VIII. |
Catedral de Burgos Es, sin duda, una de las mejores muestras del gótico español, aunque sucesivas reformas hayan desvirtuado un poco el espíritu original de la obra. El primer templo burgalés está también muy ligado a la ruta jacobea y es una de las etapas cumbres del Camino de Santiago Francés. Sus inicios se remontan a 1221, bajo el reinado de Fernando III el Santo. Aunque nada se sabe de su constructor, sí están claras sus influencias francesas. El edificio central estaba concluido a finales del siglo XIII. En el siglo XV, un cantero alemán, Juan de Colonia, y su hijo, Simón, le añaden los famosos pináculos góticos y la torre de la linterna. Las agujas de las torres son el elemento más característico de la portada de Santa María, donde también destaca un rosetón de aire cisterciense en el segundo cuerpo. |
Milagro de la luz de San Juan de Ortega .Burgos Un milagro ocurre cada equinoccio (del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de septiembre) en la pequeña iglesia de San Juan de Ortega, perdida en los montes de Oca. Esos dos días, un rayo de luz entra por la fachada izquierda del templo y recorre el capitel izquierdo de la entrada al presbiterio, de talla románica, que representa la Anunciación. Es como si un experto en arte lo iluminara poco a poco con una linterna dorada para explicar a sus alumnos una clase de historia sagrada. ¿Milagro? No. Los canteros medievales eran tan expertos en tallar la piedra como en astronomía y quisieron dejar en esta iglesia góticoisabelina del monasterio dedicado a san Juan de Ortega, el benefactor del Camino de Santiago, una audaz prueba de sus conocimientos. Los vecinos lo llaman el milagro de la luz, y reúne cada año durante esas dos fechas a cientos de curiosos y expertos en arte. |
Frías . Burgos La canción popular establece que Frías tiene tres cosas que vuelven loca a Castilla: su castillo, sus mujeres y el vinillo de la Roa. El castillo, encaramado de manera imposible sobre un roquedo de toba que domina el pueblo, es para volver loco a quien se viera obligado a construirlo y a los que intentaran tomarlo por la fuerza. La armonía del casco medieval de Frías, pegado a las formas caprichosas de la ladera, impacta al viajero y no solo por motivos estéticos. Todo, absolutamente todo en el pueblo, desde las viviendas a la iglesia de San Vicente, pasando por el puente medieval fortificado que salva el Ebro, está construido con el mismo material: la toba caliza. De sus iglesias, destaca la portada de San Vítores. Otra portada, la de la iglesia de San Vicente, está expuesta en el Museo de Claustros de Nueva York. |
Castillo de Ponferrada . León Pons ferrata hace referencia al primer puente de hierro del Camino de Santiago. Lo mandó construir un obispo sobre el Sil, a su paso por Ponferrada, de ahí el topónimo. Pero hoy la capital del Bierzo es más conocida y visitada por su castillo templario, levantado sobre lo que fuera una ciudadela romana. El castillo fue reconstruido en 1178 para dar cabida a los monjes del Temple. La fortaleza está considerada como una de las más representativas de esta orden de monjes-guerreros y cuenta con dobles y triples defensas, un verdadero fortín acorazado en piedra, lleno de signos y símbolos templarios. La disolución de la orden en 1312 llevó a la fortaleza a un período de larga decadencia. Hoy es el espacio cultural de referencia en Ponferrada. |
El Bierzo . León Esta es una comarca a la que siempre se entra bajando. Rodeada de montañas por los cuatro lados costados, esta especie de hoya de 60 kilómetros de diámetro ha vivido siempre de una forma aislada, y disfruta de un microclima especialmente benigno. El resultado es una comarca muy rica pero a la vez muy endogámica, con características diferentes al resto de la provincia de León. Incluso llegó a ser provincia independiente entre 1822 y 1823. El Bierzo es una llanura ondulada, cultivada y modelada por el hombre hasta su último rincón. Se ven enormes extensiones de vides, la moderna riqueza del Bierzo. El Camino de Santiago Francés la cruza en su totalidad, lo que ha forjado también la forma y la historia de sus pueblos: Cacabelos, Villafranca del Bierzo o la propia capital, Ponferrada, llevan siglos viendo pasar peregrinos hacia Santiago de Compostela por sus calles. |
Puente sobre el río Órbigo . León Este puente es uno de los vados más bonitos del Camino de Santiago y el más novelesco. El puente del passo honroso, como se conoce, fue el escenario de la gesta llevada a cabo por el caballero leonés don Suero de Quiñones en 1434 (Año Santo), cuando se colocó en el puente con sus ayudantes y retó a romper tres lanzas a cualquier caballero que pretendiera cruzarlo desde 15 días antes hasta 15 días después de la festividad de Santiago. La razón: una promesa de amor hecha a una doncella que le obligaba a llevar todos los jueves una argolla de hierro y de la que quería librarse a cambio de esta otra promesa. Tras la proeza, en la que solo murió un caballero oponente, don Suero peregrinó a Santiago. Respecto a lo puramente arquitectónico, los historiadores coinciden en que el puente sobre el río Órbigo tiene orígenes romanos. |
Románico pobre de Sahagún . León A Sahagún, ubicado en pleno Camino de Santiago a su paso por León, se le llamó el «Cluny español» por el cobijo que los peregrinos encontraban en el gran monasterio medieval de San Benito, una de las instituciones principales en el reino leonés. Fueron los monjes cluniacenses los que hicieron del de San Benito un monasterio rico, famoso y con buenas rentas. Aquel foco de riqueza atrajo al burgo que iba creciendo en torno a la abadía a un buen número de nuevos residentes, entre ellos muchos artesanos mudéjares de la España musulmana que convirtieron Sahagún en la capital del románico pobre por el uso de ladrillo de barro en vez de piedra en iglesias aún hoy tan monumentales como la de San Tirso, la de San Lorenzo o la Peregrina. |
Astorga. León Esta localidad debe lo que es a su pasado romano y al Camino de Santiago. Asturica Augusta fue un importante núcleo comercial de la Hispania romana, al que llegaban ocho calzadas. Más tarde, al ser designada como sede episcopal, empezó a dibujarse la trama moderna de Astorga en torno a la catedral de Santa María, un coloso que aúna los estilos gótico, renacentista y barroco. Astorga llegó a contar con 25 hospitales para peregrinos y aún hoy es uno de los finales de etapa principales de la ruta jacobea. Admirable es el palacio episcopal encargado por el obispo Grau Villaspinós en 1889 a un viejo amigo y compañero de colegio, Antoni Gaudí, que a la sazón trabajaba en la Sagrada Familia barcelonesa. También destacan los restos de las murallas que rodean el casco antiguo y que guardan mucho de la muralla romana levantada con cantos rodados en el año 15. |
Carrión de los Condes . Palencia Varios campanarios despuntan sobre el interminable secano de la Tierra de Campos. Son las muchas iglesias de Carrión de los Condes, una localidad estrechamente relacionada con el Camino de Santiago. Entre ellos está el de la iglesia de Santa María del Camino, con su soberbio pórtico románico, o el de la iglesia de Santiago y su famoso friso en relieve de la portada. Pero con todo, el principal monumento está a las afueras, al otro lado del río Carrión. Se trata del monasterio de San Zoilo, del que destaca su claustro renacentista; estuvo habitado por monjes borgoñones que convirtieron Carrión de los Condes en el epicentro del poder económico y religioso de la zona hasta el siglo XV. Los peregrinos del siglo XXI aún disfrutan de este legado histórico de religiosidad. |
Iglesia de San Martín de Frómista . Palencia Considerado por muchos el edificio más puro del románico español, la iglesia de San Martín es todo lo que queda de un antiguo monasterio medieval en torno al cual creció este pequeño pueblo de la llanura cerealista palentina. Dos torrecillas circulares escoltan la portada principal. A la espalda de esta, el cimborrio se presenta con forma de tambor octogonal. En su interior se distinguen tres naves con bóveda de cañón y ábsides circulares. Fue completamente restaurada en 1904 mediante una obra quizá demasiado intervencionista que le pudo restar algo de su singularidad original. Su peculiar simetría y su estilo tan puro le han valido ser comparada con obras tan importantes como la catedral de Jaca o la de León. Una pequeña joya constructiva que no deja impasible a los peregrinos que pasan a su vera camino de Santiago de Compostela. |
Monasterio de San Andrés de Arroyo . Palencia El románico dejó excelsos ejemplos en la provincia de Palencia. Uno de ellos es este monasterio cisterciense femenino ubicado junto a la localidad del mismo nombre y que dependió del de las Huelgas Reales de Burgos. La joya de San Andrés de Arroyo es el claustro, rico en columnas pareadas y capiteles tallados de excelente factura. El conjunto fue consagrado en 1222 y guarda la esencia de un gran conjunto monástico de transición entre el románico y el gótico. San Andrés de Arroyo es un buen punto de partida para la ruta del románico en Palencia, la provincia que más ha puesto en valor el patrimonio de esta época. Entre los puntos inexcusables: la iglesia de San Martín, en Frómista; San Zoilo, en Carrión de los Condes, o Santa María la Real, en Aguilar de Campoo. |
Montaña palentina . Palencia En el extremo norte de la Castilla histórica, o la ladera sur de la cordillera Cantábrica, la Montaña palentina es una comarca de valores medioambientales y paisajísticos donde se alzan los picos más altos de este sistema montañoso, Peña Prieta (2.538 m), Curavacas (2.500 m) y el Espigüete (2.450 m), y donde nacen dos de los principales ríos de la provincia: el Pisuerga y el Carrión. Este es un territorio de transición con densos bosques de robles, hayas, pino albar, acebo y tejo (en los que se acaba de reintroducir el bisonte europeo con ejemplares traídos de Polonia) y con grandes recursos para el turismo rural: pueblos monumentales como Cervera de Pisuerga o Aguilar de Campoo, mucho y buen románico, arqueología industrial de antiguas instalaciones mineras y recia gastronomía montañesa. |
Plaza Mayor . Salamanca Esta plaza, elevada a la categoría de auténtica obra de arte, constituye el epicentro de la vida urbana salmantina. Diseñada por Alberto de Churriguera, tiene una estructura casi cuadrada que Miguel de Unamuno calificó como «cuadrilátero irregular asombrosamente armónico». Los balcones de los pisos están revestidos de hierro y adornados con medallones que representan a los Reyes Católicos, los miembros del Concejo salmantino y reconocidos escritores, pensadores y humanistas. Muchos de estos intelectuales compartieron mesa y tertulia en el Café Literario Novelty, una centenaria cafetería que acogió la vida intelectual de esta ciudad tan universitaria. La plaza es el escenario de todas las manifestaciones sociales; siempre está llena de vida, siempre bulliciosa. |
Miranda del Castañar . Salamanca Localidad de solera y abolengo, Miranda del Castañar es una de las villas medievales más bonitas y mejor conservadas de la sierra de Francia. El tiempo no ha pasado apenas factura a esta pequeña localidad situada en la Montaña salmantina, donde uno puede reencontrase con el silencio mientras camina por sus calles empedradas. Las casas mantienen la tipología habitual de la sierra, con entramados de vigas de madera muchas veces a la vista. Al que sí pasó factura el tiempo fue al castillo, que preside el pueblo, y que en la actualidad se encuentra en mal estado de conservación. A sus pies está la antigua plaza de armas, hoy plaza del pueblo y para muchos la plaza de toros más antigua de España, ya que se celebraban allí lidias desde el siglo XVI. |
Claustro de Santa María la Real de Nieva .Segovia Un pequeño pueblo segoviano situado en mitad de una llanada interminable que en verano espejea como un desierto, conserva una de las joyas histórico-artísticas de Castilla y León. La historia de Santa María la Real de Nieva empieza hacia 1393, cuando la reina Catalina de Lancaster ordenó levantar una iglesia en un lugar donde se apareció la Virgen. El templo fue ampliado, ya en pleno siglo XV, con una soberbia portada. Santa María la Real de Nieva es célebre sobre todo por los capiteles historiados de su claustro, un conjunto de transición entre el románico y el gótico. Esos capiteles son el mejor documento histórico que nos pudieron legar los artistas medievales sobre las formas de vida del pueblo llano, de la nobleza y del clero. Aparecen los 12 meses del año, con las tareas del ciclo agrícola. |
Maderuelo .Segovia Este es uno de los pueblos más encantadores de Segovia, y por diversos avatares de la historia ha permanecido anclado en la Edad Media casi hasta el siglo XXI. Ello fue una mala noticia para sus antiguos pobladores, que se vieron forzados a la emigración, sobre todo cuando en la década de 1950 el embalse del río Riaza anegó buena parte de sus tierras de labor, pero que a cambio dejó casi intacto su urbanismo. Maderuelo tiene dos calles estrechas y silenciosas que nacen en la Puerta de los Dos Arcos. También tiene dos iglesias, la de San Miguel, en el centro del pueblo, y la de Santa María. Se conservan puertas y el trazado de murallas, restos de más de trece templos y vestigios diseminados por las casas del pueblo. Dentro de ella, numerosas casonas con fachada de piedra, y también otras de cal y adobe se están utilizando como alojamientos de turismo rural, el nuevo motor económico del pueblo. |
Sepúlveda y las Hoces del Duratón .Segovia Las Hoces del Duratón integran en muy pocos kilómetros un paisaje sorprendente y una increíble variedad de actividades al aire libre. El río Duratón excavó en estas calizas segovianas una de las hoces más espectaculares de Castilla. Dominándolo todo, la ermita de San Frutos parece ser la guardiana de tan espectacular tajo. Aunque la actividad más frecuente en el parque es el piragüismo, aprovechando la presa que remansa sus aguas, un paseo a pie o en bicicleta permite descubrir con mayor precisión este original paraje. Los numerosos buitres que anidan en estos roquedos serán los únicos compañeros de viaje. Arriba, en la llanura, está Sepúlveda, la localidad de referencia del valle, una villa de orígenes medievales con calles empedradas, portales blasonados, iglesias, casonas de piedra, restos de murallas y famosos restaurantes. |
Acebal de Garagüeta . Soria Con un total de 460 hectáreas de bosque, Garagüeta es el bosque natural de acebos más grande de Europa, una reliquia de la naturaleza de altísimo valor ecológico. De esas 460 hectáreas, ubicadas en la sierra de Montes Claros, al noreste de la provincia, 180 están ocupadas por una mancha continua de acebo, quizá un resto de los bosques primigenios de roble y haya, en los que el acebo suele abundar. La fauna del lugar incluye tordos, corzos y zorzales. Hay rutas señalizadas por el interior del acebal que discurren por las zonas de mayor umbría, donde el acebo forma cuevas naturales debido a su densidad, y también junto a típicas chozas de pastores de forma cilíndrica. Las rutas suelen acabar en el Aula de Interpretación «La Casa del Acebo», situada en el pueblo más próximo al acebal, que es Torrearévalo. |
Burgo de Osma y el cañón del río Lobos . Soria Durante siglos, los ríos castellanos han horadado sobre la superficie de la Meseta profundos y sinuosos cañones llamados hoces. Uno de los más llamativos y espectaculares de toda la comunidad autónoma de Castilla y León es el del río Lobos, en la provincia de Soria, un prodigio de la naturaleza, con cientos de pináculos, farallones, meandros y grutas. Una senda que parte desde la ermita de San Bartolomé permite recorrer el fondo del cañón hasta el puente de los Siete Ojos, disfrutando de los nenúfares que tapizan las pozas y de las docenas de buitres que vigilan desde lo alto de los roquedos. A la entrada del cañón queda El Burgo de Osma, una de las ciudades históricas y monumentales de Soria. El casco histórico gira en torno a la catedral (El Burgo es sede episcopal), el palacio episcopal, las murallas y sus numerosas iglesias. |
Villa romana de Almenara-Puras .Valladolid En 1887 apareció bajo unos terrenos de labor en el pago de la Calzadilla, entre los términos municipales de Almenara de Adaja y Puras, en la provincia de Valladolid, un gran mosaico romano. No eran tiempos ni de sensibilidad por el pasado ni de alegrías presupuestarias, por lo que el hallazgo quedó en el olvido. Hasta que en 1942 se empezó a excavar con criterio científico la zona. Lo que se encontró fue una villa tardorromana, habitada entre los siglos IV y V, con una de las mejores colecciones de mosaicos de toda Hispania, unos 400 metros cuadrados de teselas en perfecto estado que hablaban de la opulencia con la que vivieron sus propietarios. Hoy la villa romana de Almenara-Puras se ha convertido en el Museo de las Villas Romanas, una obra pionera en España, que recrea lo que fueron estas factorías agrícolas del mundo romano. |
Medina de Rioseco .Valladolid Aunque está en plena Meseta, la llaman la «ciudad de los almirantes» por la familia Enríquez, señores feudales de ese territorio que tuvieron el título de Almirante Mayor de Castilla. También es un importante puerto, pero no marítimo, sino del canal de Castilla. Medina de Rioseco es uno de los referentes de la arquitectura urbana vallisoletana. Debe su desarrollo a los mercados de los siglos XVI y XVII, los más ricos de Castilla. De esa época son muchos de sus monumentos y la rúa Mayor, prototipo de calle castellana orlada aún con viejos soportales. Destacan la iglesia de Santa María de Mediavilla, de estilo gótico tardío, así como la de Santiago Apóstol. Su Semana Santa es famosa. |
Peñafiel .Valladolid La sobrias líneas del castillo de Peñafiel, el edificio más emblemático de esta villa histórica castellana, contrastan con los perfiles de corte vanguardista de las nuevas bodegas de la denominación de origen Ribera del Duero. Peñafiel estuvo siempre ligado a esa soberbia fortaleza que se alza sobre un cerro, pero también a su personaje más célebre: el infante Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X, guerrero infatigable y autor de El Conde Lucanor, obra fundamental de la historia de la literatura española. Hoy lo está sobre todo a la cultura del vino, como capital de esta denominación de origen. La plaza del Coso, conocida en el pueblo como el corro, era el lugar de los festejos taurinos. Todavía en esta plaza se ejerce el derecho al balcón de servidumbre para disfrutar en primera línea de las fiestas de Nuestra Señora y San Roque y de la Bajada del Ángel el Domingo de Resurrección. |
Torre templaria de Mombuey . Zamora La torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Mombuey llama la atención porque no se parece a ninguna otra. La tradición atribuye su construcción a la Orden de los Templarios, los monjes-guerreros que tenían encomendada en aquella época de la Reconquista, el siglo XIII, la defensa de estos territorios. Lo cierto es que su estructura, con planta rectangular de sillería y cuatro pisos en los que se abren ventanales a ambos lados, más un balcón volado de piedra en el tercer nivel, bien podría indicar esta función vigía. La iglesia anexa ha sufrido múltiples reformas y ampliaciones a lo largo de los siglos. Es muy interesante el chapitel de planos curvos que la cubre y la decoración de la pared oeste, con relieves de temas vegetales, figuras de leones, dragones, arpías y otros animales. Mombuey está a la entrada de la comarca de Sanabria. |
Lago de Sanabria . Zamora El paraje de Sanabria es agreste y duro. La veintena de lagunas nacidas del glaciarismo, incluido el gigantesco lago de Sanabria, de 3 kilómetros de largo y más de 50 de profundidad, apenas suavizan los per-files agudos de un territorio donde confluyen Galicia, Castilla y León. Esta comarca históricamente aislada propició unas formas arquitectónicas, una cultura y hasta un lenguaje (el sanabrés) propios. El azul de las aguas de las lagunas contrasta con el verde de los bosques de roble, abedul, fresno y avellano que lo rodean. El lago de Sanabria está protegido bajo la figura de parque natural desde 1978. Acoge a una de las mejores representaciones de vida salvaje de la comunidad castellanoleonesa. La excursión más recomendable lleva de Ribadelago al monasterio románico de San Martín de Castañeda y la laguna de los Peces. |