Comarca de Andorra

COMARCA DE ANDORRA - SIERRA DE ARCOS

jose iranzo

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La comarca de Andorra se sitúa al norte de la provincia de Teruel, entre la Depresión del Ebro y el Maestrazgo,  en el cruce de los ejes Zaragoza - Valencia y Madrid – Barcelona. Sin infraestructura ferroviaria para pasajeros, el medio de acceso a utilizar es la carretera.

Tradicionalmente agrícola y por supuesto en el último siglo minera, la comarca de Andorra revela un interesante patrimonio cultural y artístico y un deslumbrante entorno natural.

El embalse de la Cueva Foradada, el cauce del río Martín con sus pinturas ruprestes -magníficos ejemplos del arte levantino- y sus yacimientos íberos, la espectacular Sima de San Pedro o los frondosos pinares de la sierra de Majalinos en pleno Maestrazgo turolense, son lugares de inusitada belleza natural.

sierra de Majalinos

El Parque Tecnológico Minero, el Centro Pastor de Andorra, el C.I. del Arte Rupestre o el Centro de Arte Contemporáneo Pablo Serrano, son algunos de los museos y centros de Interpretación donde podrás conocer su historia y su patrimonio.

La tradición jotera de Andorra, el sonido de los tambores de la Semana Santa del Bajo Aragón o la fiesta de la 'Encamisada' en Estercuel abren un abanico de ocio de enorme interés cultural.

encamisada

La comarca despierta al turismo y consigue ofrecer una adecuada oferta de servicios al viajero. Destaca la capital comarcal, por supuesto, pero nuevas iniciativas de desarrollo fomentan la aparición de alojamientos rurales o interesantes inciativas como la hospederia del Monasterio de Santa María del Olivar, perfecto lugar de reposo en un recogedor ambiente natural.

Sin lugar a dudas, Andorra-Sierra de Arcos es una comarca a descubrir.

La comarca de Andorra es un escenario perfecto para la práctica del senderismo. Los cauces del Martín, Estercuel y Guadalopillo y las sierras de Arcos y San Just son habitat natural de una rica y variada fauna y vegetación.

Particularmente interesantes son los recorridos por el Parque Cultural del Río Martín

(http://www.parqueriomartin.com).

El rio abre profundas gargantas y desfiladeros a su paso por la Sierra de Arcos, donde numerosos abrigos y covachas albergan interesantes pinturas rupestres, declaradas Patrimonio de la Humanidad, que compiten en interés con el abundante patrimonio ibero de la zona y la belleza natural del entorno.

Al sur de la comarca, la mayor altura de la sierra de Majalinos (1600m del pico Majalinos), proporciona un clima más húmedo y frio, perfecto para los frondosos bosques de pino que rodean Ejulve.

Desde Ejulve podemos acceder al Espacio de Interpretación Masías de Ejulve, más de 70 km de senderos señalizados en un entorno agreste y salvaje.

Desde esta localidad también podemos seguir el cauce del rio Guadalopillo, incluido en el sendero de Gran Recorrido GR 8: vigorosos chopos y una variada fauna ornitológica serán nuestros compañeros de camino.

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Rutas:

Rutas en torno a ALACÓN

Ruta de las bodegas: La población se asiente sobre un destacado otero que la convierte en inmejorable mirador sobre el valle del río Martín y las estribaciones de la Sierra de Arcos.

La cara norte de este cerro se encuentra totalmente horadada por unas 400 bodegas, excavadas en la roca y dispuestas en terrazas escalonadas para suavizar así la abrupta pendiente.

Su interior aporta el ambiente adecuado para la elaboración y conservación del vino de Alacón.

Estas bodegas, junto al barrio de las Eras que se extiende bajo ella forman parte de la ruta de la arquitectura popular, junto a las masías de Ejulve y los pajares y mases de Crivillén.

crivillen-vista-panoramica

Barranco del Mortero y Cerro Felío: constituye uno de los recorridos más bellos y sugerentes que nos ofrece el parque.

Su belleza radica en el contraste entre el paisaje que forma el nacimiento del barranco y el recorrido de sus esporádicas aguas. Su atractivo natural se ve completado por las pinturas rupestres que han quedado inmortalizadas en las paredes rocosas de sus márgenes.

El Cerro Felío ha sido testigo de la ocupación humana desde hace 50000 años.

Cerro Felío

El Barranco del Mortero y el Cerro Felío cuentan con numerosos abrigos pintados, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, entre los cuales destaca la Cueva del Tío Garroso.

Ruta de las balsas: Parte de la balsa y ermita de San Miguel, a la cual se accede desde la carretera que va hacia las Ventas de Muniesa, a 1 km. aproximadamente de Alacón.

La ermita es del siglo XVII, y se sitúa en la confluencia de los dos principales barrancos de Alacón, el de La Muela y el del Mortero, junto a un manantial que llena una balsa empedrada que alimentaba un molino, que todavía se conserva; los lavaderos, restaurados recientemente; y la huerta de la población.

Esta balsa cuenta con un caño de 40 cm de ancho y que penetra a través de la roca caliza unos 35 metros. Desde los lavaderos podemos seguir la ruta señalizada, que nos llevará a diferentes fuentes y balsas que servían para regar las huertas de Alacón.

El Cabezo de San Pedro

El Cabezo de San Pedro

La Sima de San Pedro es una gran cavidad de origen kárstico, con una caída vertical de 86 m hasta el lago que inunda su fondo. El vértigo que provoca asomarse a su balcón se complementa con el deleite de la visita al recinto ibérico fortificado del Cabezo de San Pedro, que se remonta a los siglos III al I a. C.

Como punto de partida y llegada nos servimos de Oliete. Dejamos el coche a la altura del río Martín, tras recorrer 4,3 km de una pista que surge, a mano izquierda, inmediatamente antes del desvío a Alloza en la carretera que une Oliete con Ariño.

Comenzamos el sendero junto al río Martín, en un retazo de bosque de ribera con chopos, olmos y sauces. Unos metros antes de llegar al río seguro que nos ha llamado la atención un ejemplar monumental de sabina a pie de camino.

Cruzamos el río, que en primavera puede rebosar sobre el asfalto, y en seguida nos encontramos con unas tablillas que nos indican nuestros dos destinos. Empezamos yendo a la derecha, hacia el poblado ibérico, en una suave pendiente que nos dirige hacia unas granja que dejamos a la izquierda.

Continuando el camino encontramos nuevas tablillas; dejamos a la derecha una pista que conduce a Ariño y seguimos el ascenso.

El paisaje es de cultivos y montes pelados por la acción secular del ser humano, con algunos restos de olivos y almendros; aportan una nota de color las numerosas plantas arvenses: ababoles, fumarias, avena loca, etc. Enseguida vemos a la derecha el torreón del poblado íbero, dominando estratégicamente el valle.

En algunos tramos del camino afloran estratos calizos ricos en fósiles, donde es fácil descubrir restos de ammonites, algunos de considerable tamaño, testimonios del antiguo mar que cubrió en tiempos pretéritos estas tierras hoy tan alejadas del mar.

Continuamos hacia el recinto fortificado del Cabezo de San Pedro siempre por la pista, que da un pequeño rodeo para sobrepasar un sembrado, hasta llegar al pie de la primera de las dos líneas de murallas.

A la derecha disponemos de un panel con información del que fue uno de los poblados más extensos de Aragón en el siglo III a. C.

Su destrucción se remonta al siglo I a.C. con motivo de las guerras Sertorianas de Roma. Aún se mantiene un buen fragmento de la impresionante muralla caliza y parte de los torreones de la línea defensiva interior. Al fondo se ve el pueblo de Ariño y los cortados sobre el río Martín.

Regresamos sobre nuestros pasos hacia las tablillas iniciales, acompañados del canto de numerosos pájaros de campo abierto, entre los que destaca la hermosa collalba rubia. Una vez en este punto enfilamos hacia la Sima de San Pedro y, a unos 90 m, volvemos a encontrarnos más indicaciones.

La pista va ascendiendo pero, en poco más de 400 m, ya nos reciben las chovas y algún cernícalo indicándonos la llegada a la sima. Nos asomamos desde este lado para obtener un primer vistazo y seguimos la pista. Tras bordear la cavidad llegamos al balcón instalado sobre la sima, magnífica plataforma desde la que apreciar la magnitud real de la caída.

Como podemos leer en una mesa de información, el descomunal orificio calizo que tenemos ante nuestros ojos presenta unos 100 m de diámetro y 90 m de profundidad; su origen se debe a la disolución de las calizas por la acción del agua; en su fondo hay un lago alimentado por el río Martín y las paredes están habitadas por numerosas especies de aves, como el gorrión chillón, la chova piquirroja y la paloma bravia, así como un gran número de murciélagos.

En las verticales paredes originadas por el colapso de las calizas logra arraigar algún litonero, introduciendo una nota de verdor en tan árido entorno.

Tras contemplar el espectáculo volvemos por el mismo camino hacia el punto inicial del recorrido.De vuelta en el pueblo de Oliete es muy recomendable completar la visita en el Centro de Interpretación de Cultura Ibérica, que nos aportará una rica información sobre la forma de vida de los antiguos habitantes.

Desde el centro se oferta la posibilidad de visitar el poblado ibérico del Palomar, asentamiento agrícola-residencial situado a unos 15 minutos del pueblo que contrasta con la arquitectura defensiva del cabezo de San Pedro.

poblado iberico del palomar

El Alto Guadalopillo

Alto Guadalopillo

La acción fluvial ha erosionado las calizas cretácicas y jurásicas -que forman cerros testigo como el Budo o Santa Lucía- y al exhumar las arcillas y yesos trias icos ha creado un amplio valle.

Este río alberga un soto compuesto por vigorosos chopos cabeceros y un seto arbustivo con zarzas y endri-neras -los bosques de Ejulve-, habitat de ruiseñores, cucos y oropéndolas.

Desde la loclidad de Ejulve hay que buscar las marcas de GR que llevan a las nuevas escuelas. Al salir, el descendente camino pasa entre unas casas viejas y el cementerio. Antes de terminar la bajada aparece un cruce con señales, debiéndose tomar el sendero que lleva a Molinos (GR 8.1) y que cruza entre bancales y parcelas cercadas con paredes de piedra.

Pronto aparece una fuente y un desvío que se toma a mano izquierda y al poco se alcanza el río Guadalopillo.

Más adelante, hay una fuente, un panel del parque fluvial y un área recreativa armoniosamente integrada en la chopera. Cuando las resistentes calizas cierran el paso del río, el valle se estrecha.

El camino cruza el río y, al poco, será abandonado para tomar una senda que se introduce en un denso carrascal que va a media ladera por la margen izquierda del valle.

En amplios setos y huertos prosperan cornejos, endhneras y escaramujos ofreciendo cobijo a una abigarrada fauna. Ya se habrá llegado al Molino Alto.

Prosigue el frondoso e impenetrable soto de chopos cabeceros mientras que el carrascal se muestra cada vez más umbrío. El río traza una cerrada curva y continúa estrechándose. Las calizas jurásicas dan paso a unos rojizos conglomerados que forman enormes moles de suaves formas.

El PR-TE 57 asoma por el barranco de las Viñas (donde puede encontrarse la cueva del Abuelo) y ofrece un retorno alternativo y más corto hacia el pueblo. Sin embargo se recomienda continuar -atravesando un vigoroso rebollar- hasta alcanzar el Molino Bajo.

En él puede apreciarse la maquinaria atrapada bajo el desplomado techo. Frente al molino una casa aprovecha como corraliza la cueva que se forma en un toba calcárea.

El sendero sigue al río a través de un precioso soto salpicado de prados.

Pasa junto a algún caseto y entre un frondoso carrascal, con algunos árboles de talla notable.

La alternancia de arenas y conglomerados en disposición horizontal crea escalones por erosión diferencial. Valle arriba remontan plantas termó-filas como la coscoja, el romero y el pino carrasco.

Cuando aparecen los primeros cultivos ya se atisba la Venta del Cuerno.

Aquí se toma un desvío hacia la izquierda que remonta el barranco del Muro entre campos de cebada y bosquetes de pinar. Cuando el valle se estrecha, el bosque desciende hasta el fondo. Rebollos, carrascas, coscojas, enebros y pinos (negral, rodeno y carrasco) forman un monte alto de un magnífico estado de conservación.

Aparece una caseta y, más adelante, una pequeña fuente. El camino remonta por el fondo del barranco entre cultivos, bancales abandonados y plantaciones de carrasca trufera.

Paralelo a aquel discurre el antiguo camino -ya perdido- que estaba cercado por muro de piedras. El repecho es prolongado.

Antes de alcanzar la cabecera del valle viene un camino por la izquierda. En frente, se levanta Majalinos. Se alcanza ahora un páramo con bocha y carrascal abierto. Después se une un camino por la derecha y otro por la izquierda.

Poco antes de salir a la carretera, una clara pista que desciende en dirección este (hacia El Budo) baja entre campos y acerca al cruce inicial del GR desde donde se remonta al pueblo.

La Sierra de Arcos

sierra de arcos

Este corto y agradable paseo nos lleva por la ladera norte de la Sierra de Arcos, cruzando el puente colgante sobre el río Martín y tomando altura hasta llegar a las curiosas tumbas medievales. En la ladera opuesta divisamos el Santuario de la Virgen de Arcos.

Iniciaremos el recorrido en la zona recreativa de La Casilla, en el kilómetro 27 de la carretera que une Ariño y Albalate del Arzobispo. Desde la zona recreativa, donde tenemos una fuente, merenderos, columpios y hasta un campo de fútbol, cogemos la carretera en dirección a Albalate, hacia unos bellos cortados calizos llenos de vida durante la primavera (buscar un pájaro azul de curioso nombre: el roquero solitario).

roquero solitario

A la izquierda encontramos la senda indicada que sube hacia el Santuario de la Virgen de Arcos; nosotros seguimos un poco más por la carretera para, en 400 metros, abandonarla hacia la derecha y cruzar el río Martín por el puente colgante, siempre tan espectacular; en la orilla del río vemos unos bancos y diversos paneles que nos explican aspectos diversos sobre la naturaleza del lugar.

Nada más cruzar el puente encontramos carteles indicadores de los recorridos de la sierra de Arcos. Nosotros seguiremos el que señala hacia las tumbas medievales. En adelante las marcas rojas nos acompañarán durante el recorrido, que al comienzo sigue un antiguo canal de riego, encajándose casi entre las rocas.

En este tramo vamos pegados a la orilla derecha del Martín, entre álamos blancos, entre los que se intercalan algunos chopos y tamarices; sin embargo, pronto dejamos la compañía del agua para comenzar a subir en zigzag por la ladera norte de la sierra de Arcos.

La vegetación muestra una clara vocación mediterránea, con olivares, lentisco, romero, coscoja y asnallo entre las plantas más características. Las currucas cabecinegras campean a sus anchas, mientras que las chicharras martillean con su estridente canto cuando más aprieta el calor.

Al ganar altura vemos, en la otra ladera, el Santuario barroco de la Virgen de Arcos (S.XVII); la senda desemboca en una vieja pista forestal, donde seguimos las marcas rojas hacia la izquierda. El camino sube y baja suavemente. Si nos fijamos en las paredes arcillosas paralelas a la pista veremos unos agujeros casi perfectamente circulares; se trata de nidos de abejarucos, una de las aves de más bello colorido de nuestra fauna.

A nuestra derecha se alzan impresionantes paredones calizos en los que seguro veremos volar, si el día no es muy gris, numerosos buitres. Las fuerzas naturales han deformado los materiales formando espectaculares pliegues.

En breve llegamos a un cruce de caminos, donde seguiremos el cartel que indica las tumbas medievales, dejando a la izquierda la Ruta de los Estrechos del Martín. En este tramo del recorrido las areniscas se adueñan del terreno, aportando un bello colorido rojizo.

La erosión de estas rocas origina bellas formas de caprichoso contorno, ast como huecos de mayor o menor tamaño, denominados por los especialistas alveolos y taffonis. De su erosión se originan también las arenas que pisamos.

Si estamos en primavera, es éste un buen punto para intentar localizar collalbas negras, precioso pájaro de contrastado color negro y blanco. En cinco minutos alcanzamos las tumbas medievales, punto final del itinerario. Un cartel explica brevemente detalles sobre esta pequeña necrópolis cristiana de la época medieval.

Desde este punto podemos observar que en nuestro ascenso hemos pasado muy cerca de un profundo barranco excavado por las aguas de escorrentía en las arcillas. De regreso merece la pena asomarnos a verlo, para lo cual andaremos unos metros a la derecha del cruce de caminos. Nos sorprenderán tanto sus dimensiones como su verticalidad. Extremar la precaución en sus bordes, ya que el terreno puede resultar resbaladizo.

Ruta Arquitectura Popular

Esta ruta transcurre entre Alacón, Crivillen y Ejulve.

A pesar de la tradición minera que ha hecho famosa a la comarca, todavía se pueden observar restos de un pasado agrícola y ganadero que nos devuelven otros modos de vida.

Podemos comenzar en: Alacón, cuyo barrio de las eras y pajares, situado frente a sus bodegas excavadas en la roca configuran un conjunto de alto interés etnológico. De las bodegas, cerca de 400, destacan aquellas cuya entrada está realizada en piedra seca. Estas bodegas todavía se utilizan como lugar de reunión y para guardar el sabroso vino de Alacón.

alarcon

Podemos completar nuestra visita al Alacón más tradicional con el lavadero, situado a las afueras, junto a la balsa de San Miguel y el antiguo molino.

En Crivillén se han catalogado casi 50 pajares, con sus correspondientes eras, alguna de ellas empedradas. Además, el barrio de los mases de Crivillén estuvo habitado hasta mediados de la década de los 60. Hoy todavía se utilizan como segundas residencias. El río de los Mases recorre los cuatro barrios que forman este conjunto de gran interés paisajístico.

Por último, el término municipal de Ejulve conserva numerosas masías, alguna de ellas todavía habitada. Accesibles a través de pistas, constituyen un nexo de unión con la vecina comarca de Maestrazgo y un prestigioso testigo de un pasado no tan lejano.

Ruta Comarcal

Andorra, villa y comarca minera, pero también solar de historia salpicada de valiosos yacimientos arqueológicos y exhuberantes rincones naturales.

La capital de la comarca tiene como edificación más destacable la iglesia de la Natividad de Nuestra Señora, construida entre los siglos XVI y XVII. En el plano civil resalta la casa de los Alcaine, con una espectacular galería aragonesa de catorce arcos. En su término municipal es clara la presencia de la cultura ibérica en el pasado, reflejada en los poblados de El Cabo, El Cabecico Royo o La Cerrada.

En Alacón se localizan dos de los conjuntos más importantes de arte rupestre levantino: el primero en torno al Barranco del Mortero, con abrigos que contienen figuras de cazadores y recolectores, y el conjunto de Cerro Felío.

En Ariño, por otra parte, destaca la iglesia del Salvador, así como el Centro de Interpretación de Arte Rupestre. A poca distancia de la población podremos observar las fantásticas huellas de dinosaurio impresas en la roca.

Oliete nos recibe con sus arcos de entrada a la localidad, restos del recinto amurallado, su iglesia parroquial del siglo XVII y su palacio de la plaza de la Iglesia. En el alto, cercano, el yacimiento íbero de El Palomar, declarado Monumento Nacional, da fe de la vida en el lugar hace miles de años. Cerca de la población, el embalse de Cueva Foradada y, hasta él, un agradable paseo. La gigantesca sima de San Pedro permitirá al viajero disfrutar de su visión y, a los más atrevidos, descender hasta su base interior.

Oliete

Continuamos nuestro recorrido por la comarca visitando Crivillén, a orillas del río Escuriza. El Balcón de Pilotos, la iglesia de San Martín, la Casa Consistorial, los Almudíes...

A pocos kilómetros de Crivillén, encontraremos Estercuel, donde podremos observar la gran erosión sufrida en sus inmediaciones debido a las explotaciones mineras a cielo abierto, que sorprenderán al viajero por su lunático aspecto.

Pero Estercuel cobija en su término una de las joyas del patrimonio turolense e incluso regional: el monasterio de Santa María del Olivar, monumental obra muy restaurada que sirve también de alojamiento. Su construcción comenzó en los siglos XIII y XIV, completándose la obra en el siglo XVI y XVII.

Cerca de Estercuel, en dirección a la carretera N-420, nos encontraremos Gargallo, localidad que nos recibe con su Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, del año 1707, diversas ermitas y dos arcos de piedra fechados en 1556 y 1773 respectivamente.

Siguiendo la carretera N-420 en dirección Alcañíz, a dos kilómetros nos desviaremos a nuestra derecha para tomar una carretera comarcal que nos conducirá hasta Ejulve. El monte Calvario y los montes Majalinos, advierten al viajero de la proximidad del municipio, en cuyo interior destacan la iglesia de Santa María la Mayor y el edificio de la Casa Consistorial.

Son numerosas las fuentes que se reparten por el término de Ejulve, sobresaliendo la fuente Serrano y Val del Pinar.

Acaba nuestro viaje en Alloza, a pocos kilómetros de Andorra. El entorno del Calvario, la Nevera, Gallipuente. Población humilde pero rica en historia y tradiciones. El yacimiento íbero de El Castelillo está, en parte, excavado en la roca, y su conservación es bastante buena.

Ruta de la Mineria

La minería es la principal actividad económica de la comarca, tanto subterránea (en Andorra y Ariño) como a cielo abierto en Andorra-Alloza, Gargallo y Estercuel.

La minería se desarrolló en la comarca sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, y quedan notables testigos de su evolución histórica en estas tierras, aunque desgraciadamente otros hayan desaparecido tras el agotamiento de una mina o su destrucción para dar paso a un desmonte.

En Ariño todavía se explotan dos minas subterráneas, la Mina María y la Sierra de Arcos, pertenecientes a la empresa SAMCA, que junto a su lavadero de carbón constituyen un impresionante ejemplo del tipo de ingeniería e instalaciones necesarias para la extracción del carbón con esta técnica en proceso de desaparición.

Además, SAMCA levantó en Ariño un bien conservado e interesante barrio minero, del cual destaca varias construcciones de mediados del siglo XX (viviendas unifamiliares para ingenieros, residencia de técnicos...).

Además, el castillete situado a modo de monumento en una plaza a la entrada del pueblo, junto al economato, dignifica este barrio y lo vincula a su naturaleza y su historia.

Por la carretera de las minas y en paralelo a la Val de Ariño observamos varias explotaciones a cielo abierto, hoy restauradas. Así, llegamos a: Andorra es el centro de esta actividad minera.

Quedan numerosos testigos de un pasado no tan lejano, como las instalaciones de bocamina de la Andorrana, la antigua estación de tren (hoy oficinas), y sobre todo, el pozo San Juan, pozo de extracción de carbón, que al final se utilizó para abastecer de agua a Andorra y que próximamente será debidamente puesto en valor. Hoy es sede del Parque Tecnológico Minero de esta comarca, MWINAS y en él se encuentra expuesta gran parte de la maquinaria utilizada por las empresas mineras de la zona para la extracción del carbón en minas subterráneas.

Además, la entonces empresa estatal ENCASO levantó un gran barrio para sus trabajadores, con instalaciones deportivas, piscinas, cine, colegios, etc. Hoy, aunque notablemente transformado, permanece este barrio, que se vio ampliado en la década de los 70 tras la construcción de la impresionante Central Térmica de Teruel, en la carretera entre Andorra y Calanda.

Por último la minería a cielo abierto ha ganado la batalla a la subterránea. Así se comprueba en todas las explotaciones que se han realizado en Estercuel y Gargallo.

La Corta Gargallo

La Corta Gargallo es un ejemplo del impacto paisajístico de la minería a cielo abierto, que es otro recurso de la comarca por su espectacularidad, sus colores y sus inabarcables dimensiones. El ir y venir de los camiones con carbón nos acompañarán en toda esta ruta.

Ruta del Agua

El aprovechamiento del agua ha dejado en Alloza interesantes restos, a través de los cuales podemos interpretar su ciclo vital, desde su acumulación en un embalse (el Pantano del Escuriza), su canalización para el regadío de la huerta y el consumo humano (el gallipuen o gallipuente) hasta su acumulación en forma de hielo para la conservación de alimentos y como elemento medicinal (la nevera).

Comenzamos la ruta en el paraje de los Montalvos, donde se localiza la nevera (se llega a través de una pista que parte de la carretera entre Andorra y la Venta de la Pintada, entre los kilómetros 14 y 15). Recientemente limpiada y restaurada, se puede datar entre los siglos XVII y XVIII. Es de destacar su buen estado de conservación y la belleza del paisaje de su entorno.

Desde la nevera nos dirigimos a Alloza. Un camino empedrado nos llevará hasta el gallipuente, un antiguo puente-acueducto que aunque la tradición popular quiere datarlo en época de los romanos, sea seguramente de la misma cronología que la nevera.

alloza

Aunque ya no pasa el agua por él, la belleza y tranquilidad del camino bien merece el esfuerzo.

El tercer hito de nuestra ruta es el Pantano del Escuriza de 40 m. de altura y 86 de longitud. Permite el embalse de 4 millones de metros cúbicos de agua. Al mismo se puede acceder desde Alloza,  o desde Crivillén. A pesar del relativo abandono del pantano, éste presenta un indudable interés paisajístico. Se accede desde la carretera que parte de Alloza (TE-V-1330).

Aproximadamente a dos kilómetros del mismo parte una senda a la derecha que no se ha de abandonar. Al no estar señalizado, recomendamos que os informéis en el pueblo.

Ruta Ibera

Esta ruta transcurre entre Oliete, Alloza y Andorra.

Los iberos dejaron notables testimonios de su paso por estas tierras, a través de los cuales podemos recorrer el norte de la Comarca: Oliete, Alloza y Andorra están unidas por conservar unos magníficos restos íberos.

Oliete conserva dos yacimientos arqueológicos de gran interés: el Palomar, ejemplo de la arquitectura civil y agrícola; y el Cabezo de San Pedro, con el cual podemos aprender sobre la arquitectura militar y defensiva ibera. Por ello el Parque Cultural del Río Martín localizó en Oliete su Centro de Interpretación de la Cultura Ibérica. Más información en:

http://www.parqueriomartin.com

De las excavaciones realizadas en el Castelillo de Alloza se extrajeron unos interesantísimos restos cerámicos, que destacan por su decoración pictórica. Estos restos lo relacionan con el vecino yacimiento de Azaila. El Centro de Interpretación de El Castelillo explica el paso de esta cultura por Alloza, así como la significación de su cerámica.

Andorra cuenta con un caso muy particular: el yacimiento arqueológico de El Cabo iba a ser destruido para dar paso a una mina a cielo abierto, por lo que se decidió su traslado y reconstrucción en el parque de San Macario.

Ruta Monumental

La comarca cuenta con un rico patrimonio cultural, que recorre gran parte de la historia del arte, desde el gótico hasta la contemporaneidad. La ruta que se detalla a continuación recorre Ejulve, Estercuel y Alloza.

Podemos comenzar la ruta en Ejulve, el pueblo más meridional de la comarca y ligado históricamente al Maestrazgo. Su iglesia parroquial dedicada a Santa María la Mayor conserva gran parte de la primitiva estructura medieval, principalmente la torre, con almenas incluidas. Además, el caso urbano presenta edificios excepcionales, como la Casa Felicitas, fechada en 1608 según inscripción de su maravillosa portada.

La ruta continúa en el Monasterio del Olivar (a 4 km de Estercuel). Fundado en 1258, el monasterio se realizó en los siglos XVI y XVII principalmente. Es de destacar la cabecera de la iglesia, que presenta elementos mudéjares únicos en la comarca, así como el claustro, de doble crujía y bellísimas yeserías en sus bóvedas y cúpulas.

Monasterio del Olivar

Terminamos nuestra ruta monumental en el Calvario de Alloza, otra de las joyas del patrimonio cultural de la comarca. Construido entre los siglos XVII-XVIII es de destacar la ermita del Calvario, profusamente decorada con pintura al fresco, azulejos del siglo XVIII y óleos sobre cobre que relatan la vida y muerte de Cristo.

El Calvario constituye un compendio de patrimonio cultural y natural, por la presencia de centenarios cipreses en el mismo.

Noticia:

La Ruta del Tambor y el Bombo declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.

19-03-2014

La Ruta, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional

Miércoles, 19 Marzo 2014 00:17 Escrito por Beatriz Severino

En la Comarca Andorra Sierra de Arcos estamos de enhorabuena. La Semana Santa de los nueve pueblos de la Ruta del Tambor y el Bombo, entre los cuales se encuentra Andorra, ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Se prevé que el título aparezca publicado en el Boletín Oficial del Estado en los próximos días.

Declaración bien merecida por la belleza y el sentir de ésta tradición tan nuestra que hará que se conozca aún más fuera de nuestras fronteras. Y otro pequeño empuje para que las tamborradas españolas sean reconocidas por la UNESCO patrimonio inmaterial de la humanidad.

Para más información: http://www.turismoandorrasierradearcos.com/