Cinca Medio

CINCA MEDIO

castillo de monzon

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Nos encontramos en el tramo medio del río Cinca, aguas que riegan nuestras tierras y las hacen fértiles gracias a las condiciones climáticas y al potencial productivo del suelo.

Todo ello ha condicionado para que nuestra comarca haya acogido asentamientos humanos desde la Prehistoria, siempre situándose en las proximidades de los cursos fluviales más importantes de la zona y muy especialmente en el margen izquierdo del río Cinca, zona más irrigada por barrancos y arroyos.

Haciendo un recorrido por nuestra comarca encontramos, en la localidad de Alcolea de Cinca, el yacimiento de La Codera en el que se documenta el asentamiento más antiguo datado en el año 1350 a.C. aproximadamente y perdura su ocupación hasta la época ibérica s. II a.C. junto al poblado de Ripoll, localizado muy próximo a Binaced.

Alcolea de Cinca

Otros lugares como Monte Gil, en Selgua, perdurarán hasta la Edad Media.

Con la llegada de las legiones romanas a la Península en el año 218 a.C. se aprovechan los trazados de caminos ya existentes que habían sido utilizados anteriormente por los pueblos autóctonos de la zona.

Para ello, será necesaria su reconstrucción y así facilitar el paso de los ejércitos romanos a los territorios conquistados, convirtiéndose en ejes importantes de la ordenación territorial realizada a lo largo de la supremacía  romana.

Una de las Vías más importantes es la conocida como la de Ilerda – Osca, que partía desde Tárraco (Tarragona) hasta Osca y de allí se dirigía a Caesaraugusta (Zaragoza).

Parte de este trazado lo podemos visitar en las proximidades de Binaced, donde se conserva parte de esta calzada romana que cruza por el Pontón en dirección a la Mansio de Tolous localizada junto a la Ermita de la Alegría en Monzón.

ermita de la alegria en monzon

Rutas

Iniciamos la ruta en Monzón junto a la escultura que simboliza la presencia de los templarios en nuestra comarca y la educación dada al rey mítico, Jaime I.

Seguiremos hasta la Ermita de Nuestra Señora de la Alegría, allí desde sus miradores, y junto al Peirón que sostiene una cruz destruida hace un tiempo por un rayo, admiraremos el paisaje y veremos la Roca agujereada, escucharemos historias sobre Jaime I y la Fuentedel Saso, sobre mozas casaderas, apariciones de la Virgen, íberos, romanos y el viejo Tolous…

De ahí llegaremos a Pueyo de Santa Cruz, población conocida por sus antiguas Bodegas excavadas en la roca, pasaremos junto a la Fuente de la Mora en Alfántega, llegaremos a las inmediaciones del Pontón y Vía romana de Binaced.

fuente de la mora de alfantega

De ahí hasta Albalate de Cinca donde admiraremos el Palacio de Solferino y la torre de origen almohade conocida como Torre de los Espés, que conserva interesantes pinturas murales renacentistas.

Tras cruzar el río Cinca nos detendremos unos instantes en Alcolea de Cinca donde escucharemos desde Las Ripas, imponentes formaciones geológicas, viejas historias de brujas voladoras y otros encantamientos.

Dejaremos atrás Santalecina que conserva oculta en sus entrañas los restos de unavilla romana, para pasar por Pomar de Cinca donde murió un hijo bastardo de Jaime I a manos de su hermano Pedro.

En Conchel observaremos su Torre medieval que se asoma al valle del Cinca.

Conchel

En Selgua visitaremos la ermita de San Salvador con su sepulcro medieval y el aljibe excavado en la roca que hay en su ladera sur.

Ruta Renacentista

 Fonz, a las puertas de la Sierra de la Carrodilla, ofrece al viajero uno de los conjuntos monumentales más importantes de la Comarca del Cinca Medio y, sin duda, el de mayor peso desde el punto de vista de la arquitectura renacentista.

Es más: se ha llegado a decir -no sin razones objetivas- que no hay otro pueblo aragonés con tan alta densidad de piedras renacentistas.

Los edificios resultan interesantes por sí mismos y por la historia que encierran. El entorno de la plaza Mayor fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1976.

El palacete del Ayuntamiento -antigua residencia de verano de los obispos de Lérida-, el de los Gómez de Alba, la parroquial de la Asunción, la fuente de seis caños (1567) y las casonas nobiliarias, conforman un decorado renacentista incomparable.

Por estas calles corrieron personajes como Pedro Cerbuna, fundador de la Universidad de Zaragoza, y Pedro María Ric, III Barón de Valdeolivos, héroe de Los Sitios de Zaragoza, regente de la Real Audiencia de Aragón y diputado en las Cortes de Cádiz.

Centro de Interpretación del Renacimiento

Alojado en la planta superior del Ayuntamiento. Dispone de un audiovisual, paneles y maquetas que facilitan información sobre el contexto histórico y artístico del siglo XVI. La sala de exposiciones se renueva periódicamente: trajes de época, fotografías, grabados, objetos de Casa Ric…

Palacio de los Barones de Valdeolivos

Palacio de los Barones de Valdeolivos

Este palacio (Casa Ric) se remonta a 1613. De sobria y elegante fachada, su interior rebosa historia.

Los Ric fueron infanzones documentados desde muy antiguo. En 1765, el rey Carlos III nombró barón de Valdeolivos a Pascual Antonio Ric y Exea, primer miembro de la saga nobiliaria.

Varios miembros de la familia Ric ocuparon importantes cargos políticos y administrativos.

Entre ellos cabe destacar al ya citado Pedro María Ric y Montserrat, III Barón de Valdeolivos, Regente de la Real Audiencia de Aragón, diputado...

En la planta noble los salones conservan el sabor y encanto de los siglos XVII al XIX, como la Sala de la Música, la Sala de los Retratos y la Sala de la Purísima o de las Conchas.

Todos estos espacios guardan auténticas joyas: los muebles decorativos, los cuadros, las pinturas murales, las vajillas, los trajes de época, los objetos orientales atesorados por Enrique Otal Ric...

Por los salones se reparten catorce obras del pintor Fray Manuel Bayeu.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

La Iglesia se alza al final de una escalinata de piedra y es uno de los mejores exponentes de la arquitectura religiosa renacentista aragonesa.

Fue construida a principios del siglo XVII (1606-1617). La fachada presenta una espectacular portada y en su interior se conserva un retablo de finales del siglo XV dedicado a Santa Ana.

También guarda reliquias de San Vicente Mártir, traídas desde Roma por Pedro María Ric. La espléndida torre se compone de tres cuerpos, cuadrangular el primero y octogonales los otros dos.

Fontes, Fons, Fonz

Nadie duda de que, etimológicamente, Fonz proviene de ´fontes´ (fuentes). Tanto es así que la fuente de seis caños de porte renacentista (1567) aparece en el escudo de armas de la villa. Los abundantes manantiales hicieron del valle de Palau, al otro lado del cerro, un vergel y paraíso para las casas solariegas (el “pozo de chelo” es otro vestigio), y los palacetes de mayor abolengo incluso disfrutaron del agua corriente que suministraba el corredor subterráneo de la Fuente d´Abaix (1723).

fuente d abaix

La galería abovedada parte del inicio del manantial, en la parte alta del pueblo, y acaba en la fuente propiamente dicha.

En el exterior, la fuente se compone de tres caños coronados por un dintel de puerta o ventana en arco conopial, un abrevadero y un lavadero.

Monzón, Capital del Cinca Medio

Monzón, con más de 17.000 habitantes y un término municipal de 155 kilómetros cuadrados (incluye los núcleos de Selgua y Conchel), es la capital de la Comarca del Cinca Medio.

Riegan el término municipal las aguas del Cinca y el Sosa (fuentes de numerosas acequias), abundan las explotaciones agroganaderas, y su tradición industrial, con fuerte peso de la actividad química, data de mediados del siglo pasado.

Además, el paso de la línea férrea Zaragoza-Lérida siempre ha supuesto un “atractivo añadido” para empresas de toda índole. Monzón presenta hoy la imagen de una ciudad moderna en la que el sector de los servicios cobra cada día mayor pujanza.

Desde la perspectiva histórica, Monzón ocupa un lugar de privilegio en los libros por haber sido cabecera de una importante encomienda de la Orden del Temple y sede en numerosas ocasiones de las Cortes de la Corona de Aragón, entre los siglos XIII al XVII.

La catedral de Santa María del Romeral de planta románica y el castillo con orígenes en el siglo IX (Torre del Homenaje) acogieron a reyes y nobles.

catedral de santa maria del romeral

El niño-rey Jaime I pasó parte de su infancia en la fortaleza tras la muerte de su padre Pedro II en la batalla de Muret (1213), bajo la tutela de los templarios.

Centinela del paso entre los valles del Segre y el Cinca, el castillo montisonense siempre fue un bastión muy disputado.

Castillo

Pocas fortalezas muestran como la de Monzón las transformaciones y cicatrices de mil años de historia y ocupación.

A los cimientos y torre de un primer castillo musulmán, los templarios sumaron en el siglo XII una iglesia, galerías subterráneas y otras dependencias, que todavía se conservan.

A partir del XVII y especialmente en el XVIII, el castillo se transformó en fortaleza moderna y protagonizó memorables episodios en las guerras de Secesión Catalana, Sucesión e Independencia.

Cuartel de artillería hasta 1892, en 1949 fue declarado Monumento Nacional (BIC). Hoy alberga un Centro de Interpretación Templario, acomodado en la capilla de San Nicolás.

Patrimonio

Destaca la catedral de Santa María del Romeral, edificio románico (siglos XII-XIII) de tres naves y triple ábside, con reformas en estilo gótico, mudéjar y barroco. Fue colegiata y sede habitual de las Cortes de Aragón.

En 1994 se le otorgó el título de Monumento Nacional (BIC) y su torre se enmarca en el Territorio Mudéjar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La iglesia de San Juan Bautista (siglo XV) es de estilo gótico tardío con reformas renacentistas y barrocas.

La Casa Consistorial, típico palacio renacentista aragonés (siglos XVI-XVII) de tres plantas con lonja abierta en arcos sobre robustas columnas, preside la plaza Mayor.

Otros edificios históricos de interés son el Palacio de los Luzán, el Palacio de los Fortones, la Casa Pano y la Casa Zazurca, algunos pasos cubiertos evocadores de la desaparecida muralla y calles angostas como las de la judería que hubo en la subida a la fortaleza.

En Selgua se merecen visita los yacimientos ibero-romanos y medievales, la fuente medieval de Pozo Gil, la ermita de San Salvador (donde se aloja un monumento funerario del siglo XIII, uno de los más antiguos de Aragón) y los aljibes.

pozo_gil

También demandan visita la torre de Conchel (siglo XV) y la ermita de la Virgen de la Alegría, centro mariano de gran devoción entre los montisonenses.

 RUTAS DE SENDEROS POR EL CINCA MEDIO

·  MONZÓN-ARIÉSTOLAS-COFITA

·  COFITA-FONZ.

·  FONZ-ALMUNIA DE SAN JUAN

·  ALMUNIA DE SAN JUAN-ERMITA DE LA PIEDAD

·  MONZÓN-ALMUNIA DE SAN JUAN.

·  SELGUA-SOTOS DE MONZÓN

·  CONCHEL-MONZÓN

·  CONCHEL-POMAR DE CINCA

·  POMAR DE CINCA -ESTICHE.

·  ESTICHE-SANTALECINA

·  SANTA LECINA-ALCOLEA DE CINCA

·  ALCOLEA DE CINCA-LA CRUZ

·  ALCOLEA DE CINCA-ALBALATE DE CINCA

·  ALBALATE DE CINCA-BINACED

·  BINACED-ALFÁNTEGA

·  BINACED-VALCARCA-ERMITA DE SAN ELIAS

·  ALFANTEGA-PUEYO DE SANTA CRUZ

·  MONZÓN-PUEYO DE SANTA CRUZ

 EL CAMINO DE SANTIAGO POR LA COMARCA

La Comarca del Cinca Medio -antaño con otro nombre- era un paso estratégico en el peregrinaje por el Camino Catalán que busca el monasterio de San Juan de la Peña.

Como había que salvar el Cinca, al menos tres ramales confluían en Monzón. A lo largo de la historia, diferentes puentes cumplieron tal misión.

Los peregrinos del norte de Europa utilizaban el Camino Francés, que se encuentra con el Camino Aragonés (paso pirenaico por el puerto de Somport) en Puente la Reina.

Y había una tercera posibilidad: entrar en tierras catalanas por Perthus, llegar a Barcelona y Tarragona y girar hacia Lérida y Zaragoza.

Esta variante, el llamado Camí de Sant Jaume, era la preferida por los peregrinos procedentes de Italia y la región del Languedoc.

El Camino Catalán por San Juan de la Peña, o Camino Catalán septentrional, es el Camino de Santiago que desde Montserrat se dirige a Santa Cilia de Jaca, donde se une con el Camino Aragonés (pasa por Huesca).

El tramo de Montserrat a Tárrega es común con el Camino Catalán por Lérida y Zaragoza. La documentación confirma que este camino fue seguido por peregrinos medievales que aprovechaban la traza de la calzada romana que unía las ciudades de Ilerda (Lérida) y Osca (Huesca).

El itinerario llegaba de Tamarite de Litera y entraba en Monzón por el camino que lleva el nombre de la primera localidad.

Cruzaba la muralla por la puerta denominada “de Lérida”, y de aquí se dirigía a la plaza Mayor.

Antes de llegar al centro de la población, el peregrino tenía una parada obligada en la actual concatedral de Santa María del Romeral.

Del “tráfico” de este camino hablan los enterramientos de peregrinos aflorados en el yacimiento arqueológico de la antigua iglesia de San Juan, en las faldas del castillo.

Y también las espéculas (sellos de plomo que portaban los peregrinos a modo de credencial) halladas en la zona.

Destacan las que reproducen la imagen de una Virgen sobre un cerro. La composición y la leyenda establecen una relación directa con la ermita de la Virgen de la Alegría.

En las espéculas acostumbra a aparecer la imagen de algún personaje de la iconografía de la zona.

Así, estos sellos, que certificaban el paso por un hito del Camino o un lugar de inicio de la peregrinación, avalan la tradición jacobea.

Referencias actuales

Tras dejar atrás Tamarite (localidad literana de referencia antes de entrar en el Cinca Medio) y saltar el Canal de Zaidín, la pista de tierra se torna de asfalto y ya puede verse, justo delante, el castillo de Monzón.

El camino pasa por debajo de la autovía A-22 Lérida-Huesca. Luego, salva por un puente la línea del tren y de inmediato toma una carretera local que conduce a Monzón.

En la capital comarcal discurre por la avenida de Lérida (carretera N-240 Tarragona-San Sebastián), donde se encontraba la puerta con el mismo nombre.

El recorrido sigue en la misma dirección por la calle Joaquín Costa, hasta la concatedral.

Finalizado el paseo por el casco antiguo, la vía salta el río Sosa por el Puente Viejo y encara el antiguo Hospital de San Francisco, actual Conservatorio de Música “Miguel Fleta”.

Siguiendo la N-240, cruza el río Cinca y, poco después, deja la calzada a la derecha y continúa por debajo de la vía férrea Zaragoza-Lérida.

Un angosto y corto camino sube al área industrial de La Armentera, y desde aquí ya se ven Selgua (todavía tierra del Cinca Medio) y al fondo, en lo alto de un cerro, Berbegal (localidad del Somontano).

Ruta del agua

 RUTA 1

Partiremos desde Monzón, situado en las riberas de los ríos Cinca y Sosa, cruzándolos mediante diversos puentes, algunos de ellos verdaderas joyas de  ingeniería. Tomaremos la carretera en dirección a Conchel, Selgua y Berbegal desde el cruce de los Sotos del Cinca.

Primero nos acercaremos hasta Selgua y en la entrada del pueblo, comenzamos nuestro itinerario propiamente dicho.

Visitaremos la  ermita de San Salvador (Sepulcro medieval - Aljibes - Mirador de la Comarca) y el núcleo de Selgua (Iglesia - Casas Solariegas)  De regreso en dirección a Monzón tomamos el desvío situado a la derecha junto a una instalación ganadera y pronto encontramos la Fuente Pozo Gil con interesantes restos arqueológicos y opcionalmente el  Poblado Monte Gil (restos arqueológicos).

Siguiendo en dirección a Pomar de Cinca visitaremos el Pozo Agullón, y Casa Raimat. En esta zona encontraremos un observatorio de aves y el Vado de La Clamor con una interesante vegetación ribereña.  En Pomar de Cinca merece la pena destacar el Puente de la Barca,  la Iglesia, algunas  Casas Solariegas o el Pozo de Chelo.  

Los núcleos urbanos de Estiche y Santa Lecina tienen interesantes Iglesias y restos arqueológicos y Conchel posee el mejor Mirador de los meandros del Cinca, así como una Torre Medieval y una bonita Iglesia. Desde Conchel regresaremos a Monzón.

RUTA 2

Desde Monzón tomaremos la carretera hacia Fonz y a nuestra izquierda apenas salir de Monzón y sobre el río podemos obsevar los restos del antiguo Puente sobre el río Cinca (Camino de Santiago), antigua Aduana templaria).

En Ariéstolas existen restos de una antigua Iglesia y en Cofita cuentan con una Iglesia románica y sorprendentes grafittis medievales.

Llegados a la Villa de Fonz, autentica joya monumental de la Comarca podremos ver que se trata de una villa renacentista con interesantes  Palacios y fuentes como la Fuente de los Caños  y la Fuente de Abaix.

Con tiempo podemos visitar el archivo del Barón de Valdeolivos, el Ayuntamiento y el Centro de Interpretación del Renacimiento o la magnífica y recientemente restaurada Iglesia.

En la cercana Sierra de la Carrodilla podemos contemplar el Valle del Cinca desde el Mirador de Palau o conocer el Ojo de la Fuente (nacimiento del Canal de Aragón y Cataluña), la Mina Miraflores y el Volcán.

Por el Camino viejo (bordea el Canal de Aragón y Cataluña) llegaremos a la Almunia de San Juan donde son mencionables la Iglesia, el Palacio, la Ermita de la Pieda el Castillo y el Molino de Ortilla y el Sifón del Sosa.

En los roquedos de los alrededores del pueblo son visita obligada el conjunto de los Aljibes de Campián y desde ellos regresaremos a Monzón.

RUTA 3

Desde el barrio de La Carrasca de Monzón sale la carretera a la localidad de Binaced.

Allí cabe destacar la Iglesia, el Ayuntamiento y algunas Casas Solariegas, así como el Pontón de Binaced y Vía Romana de Ilerda a Osca.

Desde aquí nos queda cerca el Poblado Ibérico de Ripol. Desde Binaced por una interesante carretera en un paisaje estepario bajaremos hasta Alfántega que posee una interesante Iglesia, y la recientemente restaurada Fuente de la Mora y una visita optativa al Acueducto de Alfántega.

Hacia el sur y siguiendo el cauce del Cinca llegamos a Albalate de Cinca con una más que destacable Torre Medieval,  Iglesia y fuentes, destacando la del Pino o los Leones.  

Cruzando el puente sobre el río Cinca llegamos a Alcolea de Cinca que posee una monumental Iglesia, así como un interesante edificio del Ayuntamiento y algunas casas Solariegas. es digno de visita el restaurado Molino de cereales.

A partir de este punto el itinerario ofrece dos alternativas posibles: seguir hacia Santa Lecina, Estiche y Pomar de Cinca, o regresar sobre el mismo itinerario hasta Alfántega y vistar la iglesia y las bodegas de Pueyo de Santa Cruz o la Ermita de Nuestra Señora de la Alegría.

Ya en Monzón vitaremos la Fuente del Saso, el monumental Castillo Templario , la Catedral, Iglesias, Palacios renacentistas, Ayuntamiento y Museos.

Naturaleza

 En gran parte del Cinca Medio la vegetación potencial la constituye el carrascal. Muy castigado por siglos de intensa presión y transformaciones, ocupa actualmente áreas muy reducidas y fragmentadas.

En la parte norte de la comarca (Fonz), más serrana, el carrascal se enriquece por la presencia de quejigo, acirón (Acer monspessulanum) y un cortejo florístico termófilo (durillo, zarzaparrilla, labiérnago, rusco, etc.).

También aparecen el boj, el avellano y, muy escaso, el pino albar; la sabina negral y el “chinebro” (Juniperus oxycedrus) proliferan en los suelos más pedregosos, siendo la primera más escasa que el segundo.

Muchos carrascales degradados han derivado en sardas de coscoja (Quercus coccifera) y escambrón (Rhamnus lycioides) -a veces con estepa (Cistus albidus)-, y éstas, por incendios repetidos y sobrepastoreo, en romerales con aliagas (Genista scorpius) y salvia (Salvia lavandulifolia), tomillares o pastizales secos de “zerbero” (Brachypodium retusum) con varias Stipa o especies como Serratula pinnatifida, S. leucantha y Globularia alypum.

Los pastos-matorral caracterizados por la “chunqueta” (Aphyllanthes monspeliensis) sólo abundan en Fonz. El pino carrasco, muy resistente a la sequía, también está presente en nuestra comarca, y algunos bosquetes podrían tener carácter autóctono, como en la muela de Terreu, donde vive el lentisco y otras plantas mediterráneas, como la bufalaga (Thymelaea tinctoria).

Los sotos del Cinca son muy ricos en esta parte del curso fluvial, con varios sauces, chopos, fresno de hoja estrecha, álamos, “zapatera” (Coriaria myrtifolia) y rarezas como el agracejo (Berberis vulgaris) o el arraclán (Frangula alnus).

También hay formaciones de hierbas altas (Saccharum ravennae, Imperata cylindrica, Sparganium erectum, carrizo, masiega, aneas, etc.) y plantas de las cascajeras, como la “hierba del besque” (Andryala ragusina).

En el río Sosa es abundante el tamariz (Tamarix canariensis). En las “gesas” o colinas yesosas abundan los romerales con asnallo (Ononis tridentata), resultado de la destrucción del carrascal; son ricos en plantas gipsícolas, extendidas como la “badallera” (Gypsophila struthium subsp. hispanica), y más raras como Lepidium subulatum o Launaea pumila.

En las estepas salinas de Selgua y Conchel hay interesantes plantas halófilas, como las quenopodiáceas de los géneros Suaeda, Salicornia y Salsola, más algunos Limonium. Los espartales de Lygeum spartum ocupan los suelos más profundos, mientras las matas de ontina (Artemisia herba-alba) o sisallo (Salsola vermiculata) menudean en lugares transitados por el ganado.

Los roquedos de la comarca, por su estructura y consistencia, no son fácilmente colonizables por las plantas.

Aun así, el té de roca (Jasonia saxatilis) es frecuente, y en los conglomerados (“mallacán” de Monzón) o calizas (Fonz) la flora es algo más rica, con helechos (Polypodium cambricum, Cheilanthes acrostica, Asplenium fontanum), oreja de oso (Ramonda myconi) o Silene saxifraga.

La flora del Cinca Medio en datos

En la comarca encontramos un total de 1.035 plantas vasculares catalogadas hasta la fecha (aproximadamente el 30% del total de la flora aragonesa). El Cinca Medio es una encrucijada donde confluyen diversos elementos florísticos. Grupos corológicos:

* El fondo florístico mediterráneo es muy importante, con casi un 45 % del total de especies, debido al clima dominante en la mayor parte de nuestra comarca.

* El elemento eurosiberiano, con plantas propias de Centroeuropa y frecuente en las regiones montañosas, sobrepasa el 16 % de la flora comarcal y caracteriza los ambientes más frescos, con humedad asegurada.

* Las plantas subcosmopólitas, muy extendidas a escala global, y gran parte de las plurirregionales, más las introducidas, sobrepasan el 30 % y reflejan la abundancia de ambientes alterados y la importancia de la agricultura, con su cortejo de plantas arvenses y ruderales asociadas.

* Las endémicas, de área más o menos reducida, suman alrededor del 7 % del total y tienden a concentrarse en ciertos enclaves singulares.

Límites biogeográficos y plantas raras

Hay taxones más o menos frecuentes en la Depresión del Ebro que no se han encontrado de momento más que al Norte del Cinca Medio. Cabe citar, entre otros, Aizoon hispanicum, Dianthus broteri, Inula crithmoides, Alyssum granatense, Carex hispida y Salicornia patula.

En cambio, otras plantas de carácter montano (submediterráneas o eurosiberianas) no penetran ya más al Sur en este sector de nuestra provincia, por lo que sabemos: Helleborus foetidus, Frangula alnus, Clematis recta, Corylus avellana, Carex mairii, Origanum vulgare o Juniperus communis.

Las especies autóctonas más raras y escasas de la comarca tienden a concentrarse en determinados puntos singulares. Por ejemplo, en Fonz destacan Aster willkommii, Iris spuria, Juncus sphaerocarpus, Anthericum liliago o Fritillaria lusitanica.

En Almunia de San Juan Crocus nevadensis, Astragalus exscapus, Nepeta tuberosa o Euphorbia minuta subsp. moleroi.

En Monzón, Cheilanthes acrostica, Atractylis cancellata o Berberis vulgaris. En Pueyo de Santa Cruz, Bassia hyssopifolia o Chenopodium glaucum.

En Alfántega, Iris lutescens. En Binaced, Allium moschatum o Centaurea linifolia. En Albalate de Cinca, Crucianella patula y Narcissus dubius. En Alcolea de Cinca, Potamogeton nodosus o Astragalus turolensis.

En Pomar de Cinca (Terreu), Biscutella mediterranea, Chronanthus biflorus o Cheirolophus intybaceus.

Tenemos familias y grupos vegetales con pocos representantes (sólo 12 especies de Orquídeas y 11 de helechos, por ejemplo); en cambio, las Compuestas, Gramíneas y Leguminosas suman por sí solas el 34 % de la flora comarcal.

Un caso emblemático: Los sotos del Cinca en Ariéstolas

La notable anchura y poca pendiente del tramo medio del Cinca ha propiciado en muchos puntos la proliferación de canales laterales al cauce principal y, en lugares poco alterados, el notable desarrollo de distintas comunidades vegetales de ribera, concatenadas con otras ligadas a suelos aluviales más secos.

La menor violencia de las riadas por la construcción de los embalses de la cuenca del Cinca ha traído como consecuencia la fijación de gravas y arenas, y con ello la posterior colonización por una vegetación de carácter más permanente.

En los sotos de Ariéstolas y Castejón del Puente se encuentra una riqueza de comunidades y especies sin parangón en toda la ribera del tramo medio del Cinca.