Casa de l'Ardiaca
Adosada a la Casa del Degà, la Casa de l'Ardiaca, con
entrada por la calle de Santa Llúcia núm. 1, ha sufrido
diversas remodelaciones a lo largo de los tiempos
de tal manera que a veces han estado integradas las
dos en una, y otras veces han sido dos edificaciones
independientes.
Cuando Lluís Desplà (1444-1524) fue nombrado Archidiácono,
renovó y remodeló las antiguas edificaciones arcedianas,
(originarias del s. XII), unificándolas en un único
edificio al estilo de los palacios contemporáneos
(1510).
Fue necesario situar el patio en la entrada, ya que
al apoyarse el edificio en la muralla romana (desde
el interior, en la planta baja, se puede ver el paramento),
no había suficiente espacio para construirlo en el
interior siguiendo los cánones de la época.
En 1524, después de la muerte de Desplà, la casa
entró en un período de decadencia y sufrió posteriormente
diversos cambios.
En el año 1870 fue comprada en subasta por Jordi
Altimira. Éste, junto con Josep Garriga, fue el artífice
de la gran remodelación del edificio al unirlo a la
vecina Casa del Degà. Esto supuso la alteración y
traslado de numerosos elementos originales.
La conversión del patio en claustro data de ese momento.
Posteriormente, en 1895, pasa a ser la sede del Colegio
de Abogados que en 1902 encargará a Lluís Domènech
i Montaner la decoración del edificio.
Finalmente, en 1920, pasa a ser propiedad del Ayuntamiento
y desde 1921 es la sede de l'Arxiu Municipal d'Història.
La adecuación del edificio para esta función la dirigió
Josep Goday a partir del planteamiento de Duran i
Sanpere y Santiago Marco se encargó de la decoración.
La muralla romana es visible desde el interior del
edificio, en la planta baja.
La puerta de la planta noble es testigo de la reforma
del siglo XV.
La estructura general es de carácter gótico flamígero,
aunque los detalles esculturales contengan motivos
del Renacimiento italiano.
Cierre del patio con puerta renacentista, de frontón
triangular, llena de relieves.
De especial interés en el interior encontramos el
Saló de les Pinyes, llamado así por el motivo que
decora el rico artesonado.
En la fachada hay un buzón modernista de Doménech
i Montaner (1902).
En el patio en forma de claustro hay una gran palmera
y la fuente que en Corpus se adorna con el "ou com
balla" (huevo que se coloca en lo alto de un surtidor
de agua y que se mantiene allí en movimiento, por
eso se dice en catalán que baila).
|